Pertenecen al médico y cirujano Miguel Fernández de Loaiza que prestó servicio en la guarnición de la plaza durante el asedio de 100 días que sufrió la ciudad.
La Consejería de Cultura presentó ayer una obra que rescata los diarios del médico y cirujano Miguel Fernández de Loaiza, una aportación al conocimiento de uno de los hechos más remarcables de la historia de la ciudad después de la conquista en 1497 por parte de Pedro de Estopiñan, en palabras de uno de los coordinadores del trabajo, Miguel Villalba.
En este sentido, Villalba por un lado y el afamado historiador militar Francisco Saro Gandarillas, fueron los encargados de explicar el trabajo de recopilación y análisis que se había llevado a cabo con el fin de publicar esta obra.
Así, Villalba recordó que este diario había estado en manos de una familia melillense durante mucho tiempo, aunque no pudieron rescatarlo. De hecho, el libro se ha realizado con el diario publicado por fasciculos en una revista militar del siglo XIX llamada ‘Mundo Militar’.
En total fueron 47 los fascículos consultados para realizar el libro. Junto a ello, comentó que el manuscrito original todavía existe y lamentó que no haya podido hacerse una publicación facsímil del diario.
Finalmente, remarcó la figura del mariscal Juan Sherlock, artífice de la defensa de Melilla durante el sitio de los 100 días, y confirmó que habían logrado encontrar su tumba en la Iglesia del Rocío en Sanlucar de Barrameda. El mariscal murió en el año 1794.
Antecedentes del sitio
Por su parte, el historiador Saro Gandarillas disertó en torno a los antecedentes del sitio de Melilla y explicó cómo un siglo antes, bajo el sultanato de Muley Ismail, ya podía intuirse un cambio en la política alauita, pues desde un inicio mantuvieron la idea de expulsar tanto a españoles como portugueses de las plazas que ocupaban.
“No fue un hecho aislado”, explicó y confirmó que fue en estos primeros años cuando caen los fuertes exteriores de la plaza de Melilla.
Tras ello hubo un segundo intento de tomar la ciudad en 1715, con un sitio de la plaza, infructuoso aunque quedó de manifiesto entonces la debilidad principal de Melilla, como era la posesión o no de las alturas del Cubo, donde hoy se emplaza el fuerte de Victoria Grande.
Saro explicó que será la llegada a Melilla como gobernador del militar Antonio Villalba y Angulo el hecho desencadenante de una mejora en las fortificaciones de la ciudad así como la toma de las alturas del Cubo.
A ello hay que añadir igualmente la llegada del ingeniero Juan Martín Zermeño. La ocupación de aquel montículo en las proximidades de la plaza era esencial pues la artillería podría haber destruido los tres recintos fortificados. El sitio de Melilla finalizó el 19 de marzo de 1775 con la retirada de las tropas de Muley Mohamed Ben Abdalah. El hecho de que no hubiera cerco naval junto a las buenas defensas melillenses imposibilitaron que cayera la ciudad.
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