Según se supo ayer, el Gobierno central se ha comprometido para que la bonificación del 75% para los trayectos aéreos y marítimos entre la península y Melilla, Ceuta y los archipiélagos sea una realidad antes del próximo 28 de este mes de julio. Una buena noticia para la ciudad que mejorará así sus conexiones .
Tras semanas de incertidumbre, se cierra así el debate sobre unas ayudas que son de justicia. Los territorios extrapeninsulares padecemos históricamente de una importante carencia en lo que a movilidad se refiere y es necesario que el Estado ponga todas las herramientas a su alcance para bonificar estos desplazamientos. No sólo es una manera de facilitar la vida de las personas que residen en estas zonas sino que es también una forma de reforzar la cohesión territorial de la Nación.
En el lado amargo de esta historia nos queda la trifulca entre socialistas y populares que parecían más preocupados en echar balones fuera y acusar a su rival en caso de que la iniciativa no saliera adelante en vez de en buscar un consenso para defenderla. Seguramente los ciudadanos preferirían haber visto a sus dirigentes políticos unidos en una demanda que en este caso es de importancia capital. También es preocupante que el Gobierno de la Ciudad no estuviera presente en la reunión de ayer con el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, a la que sí acudieron los presidentes de la islas, el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, y la presidenta balear, Francina Armengol. No es de recibo que el Ejecutivo central no tenga en cuenta la opinión de Melilla y Ceuta en un tema que les atañe directamente y se conforme con negociar con la mitad de los territorios afectados. Esperemos que en futuras decisiones el Gobierno de Pedro Sánchez haga gala de su alardeada predisposición al diálogo y no ignore a ninguna de las partes interesadas y escuche las demandas y de todos.