María Barranco, Gabino Diego, Boris Izaguirre y Manuel Gómez Pereira lograron mantener al público expectante durante casi dos horas.
María Barranco, Gabino Diego, Manuel Gómez Pereira y Boris Izaguirre llegaron ayer a Melilla para participar en una de las actividades más esperadas de la Semana de Cine de la ciudad, la mesa del humor. Pasadas las ocho de la tarde todos menos Izaguirre, que por problemas con el vuelo se retrasó un poco, llegaron al Kursaal, donde los esperaban decenas de espectadores.
Gabino Diego fue el primero en intervenir. El actor madrileño narró sus inicios en el mundo del cine con un discurso que logró provocar la risa en el público desde el primer minuto. “Yo estudiaba en un colegio, tenía déficit de atención porque yo me quedaba en cómo explicaba el profesor la lección no lo que decía. Eso sí, los imitaba a ellos y a mi padre”, dijo Diego al tiempo que María Barranco le preguntaba ¿Dónde ibas a estudiar sino era en un colegio?
Y en el colegio estaba Gabino cuando llegaron buscando un actor para ‘Las bicicletas son para el verano’. “Me eligieron, actué, fue un fracaso de críticas y me marché a Australia”, apuntó. “Aunque podría haberse venido a Melilla”, rebatió Barranco.
Diego explicó que tuvo que leer críticas como: “El gran fallo del film es la elección de Gabino Diego” o “Lo peor es el repelente niño Luisito”. Tres décadas después, tras haber conseguido triunfar como uno de los actores de comedia más reconocidos de nuestro país y con una amplísima filmografía aún recuerda la frase de su madre tras su primera película: “Si yo te lo dije, tú no servías para esto”.
Tras Diego fue el momento de María Barranco, que al igual que el madrileño logró que las risas no cesaran entre los espectadores. La actriz volvió a su pasado para recordar los años de juventud en su Málaga natal, cuando veía a Marisol e imitaba a Juanita Reina usando las cortinas de casa como batas de cola. Sin embargo, Barranco no sabía entonces que había una carrera llamada Artes Escénicas y comenzó Medicina, algo que abandonó poco después. La actriz paseaba por la playa con su perro a diario y recitaba poemas de Lorca, aunque Claudio ( el perro) huía “porque odiaba oírme recitar”. Poco después decidió marcharse a Madrid para probar suerte y fue allí cuando descubrieron que era graciosa. “A mí en Málaga me llamaban la pava. No es tan grave eh!, a Banderas le decían el brevas”, señaló la actriz, que indicó que de repente se dio cuenta de que sólo contando cosas sencillas lograba despertar las risas. Tras muchos rechazos, Barranco descubrió que su faceta de la malagueña graciosa era la que iba a triunfar y Almodóvar la llamó a su casa. También recordó ella a su madre y esa frase de “ves hija, te dije que eso no era lo tuyo”, al tercer día de llegar a la capital. “Ahora cuando me llama me dice: Yo siempre supe que llegarías”, dijo la actriz volviendo a despertar las risas.
El punto de seriedad lo puso el director Gómez Pereira, que reconoció que era difícil competir con el resto de los participantes en la mesa para levantar sonrisas. Gómez Pereira destacó las dificultades de la comedia y aseguró que fueron las circunstancias las que lo llevaron a decantarse por este tipo de cine. El director recordó sus comienzos y una de las películas en las que actuó Gabino Diego.
Gómez Pereira señaló que los principios fueron complicados, que durante mucho tiempo tuvo vergüenza de decir que iba a dedicarse al cine y de hecho estudió Arquitectura, antes de entrar en “aquel sitio tan raro llamado Facultad de Ciencias de la Información”. Allí coincidió con Fernando Trueba y fue en ese espacio donde, fuera de las clases, encontró en la comedia su camino.
El último en hablar y en incorporarse a la mesa fue Boris Izaguirre que entró en la sala como un torbellino y consiguió despertar la expectación entre todos los presentes. Barranco bromeó al verlo entrar, “lo ha hecho para tener más protagonismo”. Y aunque realmente no fue así, porque el retraso estuvo provocado por el vuelo, lo cierto es que el venezolano consiguió centrar la atención de todos. “Lo mejor del vuelo han sido los pilotos. He venido en la cabina y ellos me decían: Nunca te falta ningún detalle”, dijo Izaguirre que se sorprendió ante una afirmación de uno de los miembros de la tripulación: “El jersey no es rojo, es color coral”.
El escritor y presentador señaló que él tenía poco que decir sobre actuaciones. Sin embargo, recordó un cameo que hizo con Victoria Abril en una película, cuyo título no recordaba. “Yo no quería hacerlo. Entonces ella me llamó y me dijo: ¡Maricón haz el cameo! Y tuve que ir”. Izaguirre recalcó que le sorprendió el lenguaje técnico que era incapaz de comprender. “Quieres que haga un 10 o un 15, decía Victoria y yo no entendía nada. ¡Eran niveles de comedia! Ahí descubrí que actuar era más difícil de lo que creía”, señaló.
Las imitaciones de Gabino Diego de Fernando Fernán Gómez, contando por ejemplo cuando en una ocasión le dijo “¿Así llora usted? Tráiganle un espejo que se vea”, consiguieron mantener al público entregado. Aunque sin duda fue María Barranco con sus anécdotas del día a día la que logró más sonrisas entre los asistentes. Las confusiones de la gente en la calle, las personas que dicen que es graciosa sólo con verla, aunque esté pidiendo una cocacola recién levantada o incluso frases como, “Estás acabadilla ya, ¿verdad?”, hicieron que la sonrisa se volviera carcajada.
Los cuatro participantes e nla mesa consiguieron su objetivo con creces: Traer el humor a Melilla, pero sin olvidarse de reivindicar el valor de hacer buena comedia. “Si vas a decir la verdad sé divertido o te matarán”, una frase del director de cine estadounidenses Billy Wilder, que recordó Gabino Diego, podría resumir las casi dos horas de intervenciones. Los participantes demostraron que pueden contarse grandes verdades y al mismo tiempo lograr que las carcajadas llenen una sala. Porque en definitiva Barranco, Diego, Izaguirre y Gómez Pereira hablaron de las dificultades de los comienzos, el trabajo que hay detrás de lo que vemos en la gran pantalla, la importancia de la familia en sus carrera y los momentos de fracaso frente a los de éxito. Aunque parezca mentira, con cada uno de estos temas sólo consiguieron que el público no parara de reír.
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