La verdad es que al PSOE de Melilla no le rindo las ganancias, por lo menos, hasta que deje de llover en los próximos meses en forma de enfrentamientos con el Partido Popular. Y es, tal y como dice el dicho castellano, una cosa es predicar y otra bien distinta dar trigo. Han sido muchas las referencias, las manifestaciones, las peticiones en el Congreso de los Diputados, las preguntas con respuesta por escrito y con comparecencias. En definitiva, muchas cuestiones que ahora están obligados a solucionar, porque han dicho, por activa y por pasiva, que existían soluciones para los problemas que padecía Melilla.
Comencemos por el tema de la frontera, donde no solamente han dicho que es posible una mayor rapidez y fluidez en la misma, sino que también han hecho hincapié en la necesidad de contar con más policías nacionales y guardias civiles. Ahora tendrán la oportunidad de demostrarlo y ver que grado de receptividad tiene el Ejecutivo de Pedro Sánchez con sus ministros al frente.
Por supuesto, una de las primeras promesas que deberán cumplir será la retirada de las concertinas que están a lo largo de los kilómetros de valla fronterizo que nos separan de Marruecos. No hace falta recordar que fue el PSOE quien introdujo, en los tiempos de Rodríguez Zapatero, quienes introdujeron estas medidas coercitivas. Igualmente, se han hartado de decir que las devoluciones en caliente no son legales, cuando con gobiernos socialistas se ha utilizado la misma fórmula que puso en marcha el Ejecutivo de Mariano Rajoy. Se podrá estar de acuerdo o en desacuerdo con las concertinas. Se podrá estar de acuerdo en desacuerdo con las devoluciones en caliente, pero lo que no es de recibo es echar en cara al contrario político su utilización, clamar a los cuatro vientos que deben eliminarse, cuando uno ha sido el principal instigador de la utilización de esas maneras de frenar la inmigración irregular hacia Melilla.
Lo mismo podemos hablar con el tema de los Menores Extranjeros No Acompañados. Melilla tiene controlados ahora mismo a unos ochocientos aproximadamente. La verdad es que el Gobierno del Partido Popular no ha ayudado en la solución de este problema, no se ha encontrado una salida que permita respirar a una ciudad que tiene nada más que doce kilómetros cuadrados. Desde el PSOE se ha dicho, en multitud de ocasiones, que se analizara la posibilidad del traslado a la Península. No olvidemos que el tema de los MENA, aunque la competencia es de la Ciudad Autónoma, no deja de ser un fleco más del gran problema que es la inmigración en general.
Ahora habrá alguien en el Ministerio del Interior que deberá responder, a la mayor brevedad posible, de esa necesidad que tiene la Ciudad Autónoma de contar con mas policías y guardias civiles. Es verdad que Zoido no ha sabido responder a esa prioridad e incluso la entonces vicepresidenta Sáenz de Santamaría se lo llegó a afear, en concreto, a su secretario de Estado de Seguridad, en la cumbre que tuvo lugar en La Moncloa durante el mes de abril con la presencia de varios ministros y varios secretarios de Estado. Por tanto, la presión desde el PSOE de Melilla y también desde la Delegación del Gobierno deberá ser lo suficientemente fuerte para que a ellos les hagan caso. De lo contrario, al final sería reconocer que las críticas al Partido Popular eran por criticar.
Y no nos olvidemos de las relaciones con Marruecos. De esas relaciones bilaterales depende, desde luego, la solución a los problemas que existen en la frontera de Melilla. Porque desde este lado de la frontera puede existir la mejor voluntad posible, pero, sin ningún género de dudas, en un conflicto que tiene dos partes, si una no quiere, difícilmente se va a solucionar.
El Partido Socialista llega a plantear incluso una Proposición No de Ley en el Congreso de los Diputados para que se reforzaran esas negociaciones con el Reino de Marruecos. Ahora, la responsabilidad le tocará a otros.