Primero intentaron acceder corriendo por el paso de Beni Enzar, pero la Policía Nacional se lo impidió. Unos 70 se encaramaron a la valla. El último tardó once horas en bajar.
Un grupo de 250 inmigrantes de origen subsahariano intentó acceder ayer a las 5:00 horas a Melilla a través del paso fronterizo de Beni Enzar. Su intención era saltarse corriendo los controles de seguridad y entrar en la ciudad de manera irregular. No obstante, la rápida reacción de los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que en ese momento se encontraban de servicio en la frontera evitó que los inmigrantes lograran su objetivo. Así, los policías cerraron rápidamente las puertas de acceso de Beni Enzar y repelieron a todos los subsaharianos. Sin embargo, éstos no desistieron y buscaron una nueva vía por la que acceder a Melilla.
Al verse sin salida, se dirigieron a la valla fronteriza, en concreto al tramo cercano a la frontera, conocido como Arroyo de Beni Enzar, para intentar saltar el perímetro.
En este segundo intento 15 personas del grupo de 250 lograron pasar a Melilla, mientras que unos 70 se encaramaron a la valla. El último en bajar lo hizo a las 16:30, once horas después de subirse. Todos ellos fueron devueltos a Marruecos.
Subidos a la valla
De los 70 encaramados, unos 50 fueron desistiendo progresivamente, haciéndose cargo de ellos las Fuerzas Auxiliares del país vecino, mientras que el resto, alrededor de unos 20, permanecieron subidos cerca de once horas.
Uno de ellos, desgajado del resto del grupo, se quedó en lo alto de una farola. Éste inmigrante no dudó en amenazar con un gancho de hierro a un guardia civil que, a bordo de una grúa de un vehículo del cuerpo de Bomberos, intentó dialogar con él para que depusiera su actitud. No fue el único episodio de violencia por parte de los subsaharianos. Según la Delegación del Gobierno, otro amenazó a un agente con un cuchillo casero.
Con la situación medianamente controlada, se procedió a desplegar en torno a la valla un dispositivo formado por los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) del Instituto Armado y el helicóptero de vigilancia, perteneciente al mismo cuerpo de seguridad.
Asimismo, la Guardia Civil requirió la ayuda del Cuerpo de Bomberos de la ciudad para usar un vehículo con escala y poder acercarse así a los subsaharianos que estaban en lo alto de la valla. Sin embargo, esta estrategia no dio resultado, pues los inmigrantes no quisieron bajar.
Los más fuertes del Gurugú
Al parecer, los subsaharianos que más tiempo permanecieron en lo alto de la valla eran de origen camerunés y ‘cabecillas’ de los campamentos que hay en el monte Gurugú. Fuentes de la Benemérita consultadas ayer por El Faro apuntaron que si se hubiera tratado de nacionales de Mali, como en los últimos saltos a la valla, el asunto habría quedado resuelto en poco tiempo, pues se trata de un colectivo que suele ofrecer poca resistencia y obedece con mayor facilidad las indicaciones que les dan los agentes.
De los 15 inmigrantes que lograron acceder a la ciudad, 5 de ellos necesitaron asistencia sanitaria, por lo que fueron trasladados a Urgencias del Hospital Comarcal, donde fueron atendidos por contusiones varias, pero en ningún caso graves. Al poco tiempo de haber logrado entrar en Melilla, y previo paso por las citadas instalaciones médicas, fueron llevados al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI).
Uno de los inmigrantes que logró entrar afirmó ser menor de edad. Al parecer, tiene 15 años, según ha podido saber El Faro. No obstante, en los próximos días se le practicarán las pruebas pertinentes para comprobar si el dato es cierto o se trata de un mayor de edad.
Entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado hubo un guardia civil herido, en concreto con una contusión en el brazo. No obstante, se lesión no revestía gravedad y ni siquiera solicitó baja del servicio.
Desde la Delegación del Gobierno felicitaron y apoyaron a los agentes por su labor, al tiempo que agradecieron al Cuerpo de Bomberos su cooperación y rápida disposición cada vez que la Guardia Civil solicita su colaboración.
Diputado a pie de valla
El salto a la valla de ayer contó con un testigo de excepción, el diputado de Amaiur Jon Iñarritu, que siguió el intentó de entrada a pie de valla. Hace unos días, el parlamentario vasco subió al monte Gurugú para interesarse por la situación de los subsaharianos.
Iñarritu presenció los hechos más de cerca incluso que los medios de comunicación, pues se prohibió el acceso a la zona donde se estaba produciendo el salto.
Durante los primeros compases de la mañana, se pudo ver al diputado de Amaiur comentando lo que ocurría con un par de guardias civiles.
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