En 2014 fallecieron 17 en estos países y ocho volvieron a España. Siete de estos retornados permanecen en prisión.
Diecisiete combatientes yihadistas procedentes de España fallecieron el pasado año en las zonas de conflicto del Estado Islámico, fundamentalmente Siria e Irak, y ocho de ellos retornaron a nuestro país, de los que siete fueron detenidos y están ya en prisión preventiva. Según datos proporcionados por fuentes de la lucha contra el terrorismo yihadista, los expertos calculan que unos 36 yihadistas procedentes de España permanecen en Siria e Irak, a donde, a la luz de informes policiales, se habrían desplazado 5.000 individuos de países de la Unión Europea, de los que el 80% se habría integrado en las filas del Estado Islámico o Daesh.
Colaboración con Marruecos
En España, las investigaciones policiales y judiciales que se siguen y en las que destaca, según las fuentes consultadas, “la estrecha colaboración de las autoridades marroquíes”, se centran fundamentalmente en los focos radicales de Melilla y Ceuta y, concretamente, en las actividades de captación y adoctrinamiento de personas muy jóvenes (incluso niñas menores) para su envío a Siria.
El auge del yihadismo en esas zonas también se ha traducido en un incremento de estos procedimientos en la Audiencia Nacional, ya que el pasado año llegaron a suponer el 15% de todas las investigaciones abiertas en este tribunal.
En total se estima que en la Audiencia Nacional hay 70 procedimientos judiciales abiertos por el fenómeno yihadista, que engloba también el enaltecimiento de este tipo de terrorismo a través de las redes sociales, y 40 personas se encuentran en prisión en relación con estos grupos.
Desde junio de 2013, se han llevado a cabo varias operaciones contra el terrorismo yihadista, en las que resultó detenido un centenar de personas en España, Marruecos y Bélgica.
La mayor parte de los arrestados estaba vinculado con las redes de captación, adoctrinamiento y envío de yihadistas a las filas del Estado Islámico. Algunos tenían relación con otras organizaciones que operan en África como AQMI (Al Qaeda en el Magreb Islámico) y MUYAO (Movimiento para la Unión de la Yihad en el África Occidental).
Acción judicial
La actuación judicial, según las fuentes, es “fundamentalmente preventiva, dirigida a la detención y desarticulación de células y grupos incardinados en organizaciones terroristas antes de comenzar a preparar o ejecutar acciones terroristas de cualquier naturaleza”, lo que dificulta la obtención de pruebas, pero consigue evitar que estas personas lleguen a dar el paso de atentar.
Entre las operaciones más importantes contra el yihadismo, destacan, la operación Cesto, de junio de 2013, que se saldó con catorce detenidos y a los que la Fiscalía pedirá condenar por integración en organización terrorista a penas que oscilan entre los 10 y 12 años de prisión en el juicio que se celebrará próximamente.
Las operaciones antiyihadistas claves en 2014
Entre las actuaciones policiales más importantes contra el yihadismo en 2014, destacan, la ‘operación Azteca’, desarrollada en marzo del año pasado, cuando fueron detenidas nueve personas, de las que cuatro están presas en España y las otras cinco en otros países. En mayo, en el marco de la ‘operación Javer’, fueron detenidas seis personas en Melilla que se encuentran en prisión preventiva por su presunta integración en MUYAO, que opera en Malí; y en junio, en el marco de la ‘operación Gala’, fueron detenidas nueve personas por su supuesta relación con la captación y envío de personas a las filas del Estado Islámico (EI) y que también permanecen encarceladas.
Entre los detenidos en esa operación destaca Lachen Ikassrien, quien en 2005 llegó a España extraditado por Estados Unidos y que un año después resultó absuelto en 2006 del delito de pertenencia a Al Qaeda por el que fue juzgado en la Audiencia Nacional. En octubre tuvo lugar la ‘operación Firewell’ con nueve detenidos (uno en Melilla, el responsable de la célula, 8 en Marruecos), todos ellos actualmente en prisión por delitos de integración o colaboración, actividades de captación, adoctrinamiento, adiestramiento, formación o asistencia a prácticas de entrenamiento. En agosto, en el marco de la ‘operación Kibera’, fueron detenidas dos mujeres, una de ellas menor de edad, cuando pretendían salir de Melilla y entrar en Marruecos con el propósito de trasladarse a Irak para enrolarse en el EI. La última operación contra el yihadismo se produjo el pasado 16 de diciembre con la detención de seis personas en España y en Marruecos, que ingresaron en prisión preventiva por formar parte de una red de captación y envío de combatientes a Siria e Irak. Esta organización pretendía fundamentalmente captar a niñas menores para enviarlas al Estado Islámico.
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