Según el sector especializado de la web bodas.net, todo apunta a que para el Día de San Valentín de este 2022 habrá un aumento de un 20% de bodas, con respecto al 2019, último año de actividad normal del sector, antes de la pandemia padecida por el coronavirus.
A tenor con lo que comenta la profesora de la UGR Alena Karpava, “algo similar" a este fenómeno sociológico "ocurrió en Rusia en 1945 después de padecer los horrores de la segunda Guerra Mundial”.
En Melilla se ha producido, de hecho, un incremento de bodas, de acuerdo con lo que manifiesta la joven fotógrafa Insaf Mohamed Azouagh, miembro de la Asociación Activas Charter 100 y propietaria del estudio fotográfico “Imaz x Insaf“, recientemente inaugurado en la calle Ejército Español.
Sin embargo, las estadísticas desaconsejan pedir matrimonio el mismo Día de San Valentín porque afirman que trae “mala suerte”. Pero, si decides casarte, al menos sigue el consejo del actor estadounidense Mickey Rooney: "Cásate siempre a primera hora de la mañana; de ese modo, si no funciona, no habrás perdido todo el día”.
A encontrar pareja me inspiró en el año 2007 un Cupido que se cruzó en mi camino por las calles de Florencia, Italia, a quien le dije: “L´Amore é un appuntamento in un luogo probabilmente meraviglioso, con qualcuno che probabilmente non conocerai mai”. O lo que es lo mismo en español: "El amor es una cita en un lugar posiblemente maravilloso, con alguien que probablemente jamás conocerás".
Cupido es un personaje de la mitología romana considerado como “el Dios del deseo romántico”, de cabello rubio rizado, que con su arco dispara dos clases de flechas: una con punta de oro para el amor y otra, con puntas de plomo, para el olvido y el desamor.
En España se celebra el Día de los Enamorados o San Valentín el 14 de febrero desde 1948, como resultado de una campaña publicitaria importada desde Estados Unidos por Galerías Preciados, con motivo de un artículo publicado en el Diario de Madrid por el periodista César González Ruano.
"Ahora nosotros quisiéramos ser los primeros en lanzar la posible adopción del Día de los Enamorados, que existe en América, donde se celebra con gran lucimiento el Día de San Valentín el 14 de febrero… Y he aquí que el regalo, convertido en símbolo, pueda bien servir de intermediario gentil con palabra secreta o de premio del amor”, señalaba el texto.
En respuesta al reto de César González Ruano, el 3 de febrero de 1948 , el fundador de Galerías Preciados Pepín Fernández resaltaba en el ABC: "¿Cómo no augurar en España el más brillante éxito para el Día de los Enamorados? ¡Sábado, 14 de febrero!".
El Día de los Enamorados tuvo también su influencia en el cine español, con la película dirigida por Fernando Palacios y estrenada el lunes 26 de octubre de 1959 en el Cine Palacio de la Música de Madrid, que tuvo a Conchita Velasco y Tony Leblanc entre sus protagonistas.
En dicha cinta, la pegadiza canción que decía “…..hoy es el día de los enamorados con ansias y esperanzas de un querer….”, originalmente cantada por Monna Bell con composición musical de Augusto Algueró, es interpretada por La Tuna de Madrid, en una secuencia donde aparecen las cuatro parejas reconciliadas gracias a San Valentín, a quien encarnaba el actor Jorge Rigaud.
Por otra parte, el 14 de febrero fue incorporado al Santoral de la Iglesia como Día de San Valentín por el Papa Gelasio I en el año 495, con el objetivo de cristianizar las orgiásticas, licenciosas y libertinas fiestas paganas de “Las Lupercalias”.
El Papa eligió esa fecha porque el 14 del año 270 fue cuando mataron al sacerdote y médico Valentín, cortándole la cabeza, por casar en secreto a los legionarios romanos, a pesar de la prohibición del emperador Claudio II, para quien los soldados solteros podrían rendir mucho más en el campo de batalla sin las distracciones conyugales.
Curiosamente, en 1969 el Papa Pablo VI decidió retirar esta fecha del calendario litúrgico, con motivo del Concilio Vaticano II que eliminó los santos de dudoso rigor histórico, aunque se sigue manteniendo en el Santoral Católico.
En América Latina, sobre todo por la influencia de Puerto Rico y de Perú, la tendencia en los últimos años ha sido que no se celebre exclusivamente como el Día de los Enamorados sino como Día del Amor y la Amistad.
La primera asociación históricamente comprobable del Día de San Valentín con los enamorados data del año 1382, cuando el escritor inglés Geoffrey Chaucer escribió el poema titulado “El Parlamento de las aves”, en conmemoración del primer aniversario del casamiento entre el Rey Ricardo II de Inglaterra y Ana de Bohemia.
El poema, de 700 versos, está escrito como si se tratara de un sueño, que según algunas interpretaciones es una especie de teoría del amor del propio Chaucer o el canto de un hombre que no termina de entender del todo al amor.
En concreto, los versos del poema que relacionan al Día de San Valentín con los enamorados, son: “Pues esto fue en el Día de San Valentín/ cuando todas las aves van ahí a escoger su pareja”. Estas líneas fueron captadas por la sociedad y para el siglo XV, cada 14 de febrero se celebraban concursos amorosos y se enviaban cartas románticas para el Día de San Valentín.
Hacia 1840, en la época victoriana, la alta clase inglesa solía celebrar San Valentín con algún regalo o tarjeta, hasta que en 1861 Richard Cadbury, un avispado chocolatero, inventó una exitosa variedad que ofrecía los bombones en cajas con formas de corazón.
También en 1840 Esther Allan Howland, una estadounidense oriunda de Massachusetts, revolucionó el mercado al inventar las tarjetas de San Valentín. Howland desarrolló todo un sistema de producción, al principio con amigas y después con un gran número de mujeres, que formaron parte, sin darse cuenta, del primer movimiento feminista de Norteamérica.
En 1907, a Alphonse Augis, un prestigioso joyero de Lyón, se le ocurrió crear la conocida Medalla del Amor con la famosa frase: "Hoy te quiero más que ayer, pero menos que mañana” (en francés: "Car vois-tu, chaque joir j t´aime davantage, Aujoud´hui plus qu´hier et bien moins que demain"). La idea se basó en el poema de 1890 “Les Pipeaux”, de la escritora gala Rosemond Gérard.
Hacia mediados del siglo XX esa frase era mundialmente conocida y se comercializaba adherida a infinidad de productos. En los años 60 se difundió con fuerza en España la Medalla del Amor a través de spots televisivos. Actualmente la Maison Augis las sigue comercializando en diamantes y rubíes, con un amplio catálogo (agradecimientos a Laurenze Dizier).
Con el tiempo, el amor ha pasado de ser objeto de especulación filosófica y literaria a convertirse en centro de atención de varias disciplinas científicas, con el descubrimiento de todas las sustancias (dopamina, feniletamina, serotonina, norepinefrina, hormonas, endorfinas y encefalinas) que se producen en el cerebro en el estado amoroso y que son tan fuertes como la heroína. De ahí que, por supuesto, creen dependencia.
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