Un puente que a la Asociación de Amigos del Museo de Albacete se le hizo corto

La Asociación de Amigos del Museo de Albacete nació en 1990. Desde el año 2000, aproximadamente, organizan todo tipo de actividades: desde ciclos de conferencias de historia, arqueología, arte o tecnología a viajes, que pueden ser más cortos o más largos, de un día o de un fin de semana, dentro o fuera de España. Casi todas estas actividades son publicadas posteriormente en YouTube.

A Llanos Giménez hubo gente que le habló de Melilla: de la importancia del modernismo, del mar y del buen clima. Todo ello, unido al hecho de que sea un territorio español en el norte de África, hacía de la ciudad autónoma un lugar “de potencial interés” para pasar el puente de la Constitución, “como así ha sido”, librándose también un poco del “frío pelón” que está habiendo en los últimos días en la península.

Ella fue la organizadora de un viaje que a todos se les ha quedado corto aunque pensaban que iban a tener suficiente tiempo desde el jueves hasta el domingo. Al principio, iban a ser más, pero finalmente vinieron 32 personas, porque, según cuenta, por una cuestión de precio no pudieron sumarse todos los que lo deseaban.

El caso es que este grupo llegó el día 5, a la hora de cenar, “en un avión chiquitito”, como dice Llanos. Los recogió Francisco, “un señor muy cariñoso”, y se alojaron en el hotel Tryp Melilla Puerto.

Durante estos días, contaron con la compañía de Jennifer Aragón, de Tu Guía en Melilla, quien les mostró el viernes El Pueblo con todos sus museos y el sábado el centro modernista, donde pudieron empaparse de toda la obra de Enrique Nieto. El domingo, finalmente, realizaron por la mañana un recorrido en el que descubrieron algunas historias de mujeres importantes para la ciudad autónoma antes de regresar a casa por la tarde.

Lo único que les quedó de pena en el viaje fue no poder ver el Museo Egipcio de Melilla, ya que estaba cerrado. Para Llanos, a quien un egiptólogo de la Universidad Complutense de Madrid, José Ramón Pérez, le había asegurado que se trata de una colección de fran calidad, “es una pena, porque podría ser un activo más para la ciudad”.

En este sentido, ella apuesta por la colaboración público-privada para que, aun cuando se trate de una propiedad privada, pueda haber una gestión compartida o bien esta se realice a través de una fundación donde estén representadas ambas partes para que los visitantes a la ciudad puedan disfrutar de “una buena colección egipcia, que en España no son tan abundantes”.