Asistimos a un conflicto político de primera magnitud que anda envenenando en exceso el discurso político. Ahora que existe tanto debate sobre quién crispa la vida pública, parece fácil a quién podríamos señalar como principales responsables, a la vista de las conclusiones graves que el PSOE y CpM están sacando respecto de la Justicia y otras instituciones del Estado a raíz de la causa abierta por el voto por correo y presunto fraude electoral en las Generales de 2008, y la detención reciente, ayer ya ingreso en prisión, del diputado cepemista Abderrahim Sellam.
Lo hemos dicho en anteriores ocasiones pero es preciso repetirlo. Hay que dejar a la Justicia que actúe, no confundir a imputados en unas diligencias previas con acusaciones judiciales en firme y respaldadas por el Ministerio Fiscal. A partir de aquí, la reflexión alcanza a todos nuestros representantes políticos sin exclusiones y sin necesidad de caer en el juego de convertir a los acusados en acusadores, como el socialista Dionisio Muñoz pretende.