Los melillenses aprovechan el Eid Al-Fitr para visitar a sus parientes y amigos.
Deja la puerta abierta. Está segura de que la gente va a empezar a llegar de un momento a otro. Aprovecha que todo el mundo está arreglándose para cambiarse de traje. Quiere estar más linda porque todos los musulmanes se ponen sus mejores galas. Antes de meterse en el cuarto, observa el salón. Está todo preparado. Varias bandejas de pistachos, almendras y revuelto de frutos secos están rellenando los huecos que dejan los grandes platos repletos de pastas. Algunas con chocolate, otras con trocitos de nueces, una poca con azúcar por encima... Todas hacen que la mesa parezca el banquete de un rey. También está el té caliente y los vasos repartidos para que haya suficientes para todos los invitados. Parece que todo está acabado, pero en la cocina se sigue escuchando el ruido de los cucharones contra las ollas y las sartenes. En la elaboración de algo rico andará metida la cocinera porque comienzan a expandirse por toda la casa los olores de las especias. Mira el reloj y se mete corriendo en el cuarto. Elige una chilaba de color azul y se pone un pañuelo de flores.
Piensa en todo lo que ha pasado hasta llegar a este día. Sin ir más lejos, en la caminata que se dieron por la mañana temprano para ir al rezo en la explanada de La Legión. Recuerda a su madre ordenando que todo el mundo se levantara de la cama para acompañar a la abuela a realizar esta oración que tiene una tradición importante en este día tan especial.
Fueron en coche la mayor parte del trayecto, pero al llegar a Cabrerizas decidieron dejar aparcado el vehículo en este punto. Más arriba comienzan las aglomeraciones y luego todo el mundo se quiere marchar corriendo a las casas porque los invitados aparecen muy pronto. ¡Y sin avisar! Aunque lo cierto es que se les espera, como todos los años, con los brazos abiertos y miles de besos, sobre todo en su casa. Todos son muy cariñosos.
La abuela puso en marcha a todo el mundo y sobre las 8:30 ya estaban en el rezo colectivo. Mientras subían recuerda haber visto a chicas de su calle, a familiares de familiares y a amigos de sus tíos y sus padres. Si es que en Melilla, en el fondo, se conoce a todo el mundo. Acompañó a la mayor del grupo hasta un buen lugar para que pudiera hacer su oración con tranquilidad. A su lado muchas más mujeres de su edad también daban la gracias a Alá por haberles dado fuerzas en este mes de Ramadán.
Ricos manjares
Una vez que el rezo finalizó, todos anduvieron sin prisa pero sin pausa hasta el coche. Con toda la familia montada en el todoterreno a su tío se le ocurre pasar por la casa de los primeros familiares. Yunaida felicitó el Eid Al-Fitr a su dos bisabuelas y a su bisabuelo antes de volver a casa para terminar de colocar las mesas con los dulces y vestirse.
La que estaba haciendo ruido en la cocina es la abuela. Una señora inquieta que no ve lo de preparar decenas de platos como un trabajo, sino como una alegría. A lo largo de todo el día la familia les irá visitando y desea ser una buena anfitriona. Con los primeros en llegar a la casa sirve el té y coloca un gigante plato de cuscús con leche y calabaza cocida en mitad de la mesa. Tiene tan buena pinta que nadie se resiste a coger una cucharita y probarlo al menos en un par de ocasiones. El té se va acabando de los vasos mientras las pastas van desapareciendo de la mesa.
Toda la mañana picoteando de plato en plato, en cada casa que se visita. Pero hay que dejar hueco a la comida. La abuela se estaba afanando en preparar una carne en salsa así que no se le puede despreciar.
Yunaida vive en familia y rodeada de amigos esta fiesta del fin de Ramadán. Sus tíos y sus primos aseguran que este año no ha sido tan duro como otros el ayuno. Afirman que no ha hecho tanta calor como en otras ocasiones y que una vez que pasan los días, el cuerpo se acostumbra a que no le des de beber en todo el día.
Un mes de ayuno
Las noches de Ramadán las han vivido en casa o el hogar de algunos familiares. Con dátiles, chebakía y té han roto el ayuno. Luego llegaban los platos tradicionales. Un tío de Yunaida explicó que antes la gente no se podía permitir comprar carne de cordero o de ternera tan a menudo como ahora, así que con la llegada de fiestas como la Pascua Chica, las familias se permitían este gasto. Aseguró que ahora estos alimentos sí se comen más amenudo y no es tan extraordinario comerlos en la ruptura de Ramadán. Aunque el hambre acumulada de todo el día haga que el tallín de cordero o los pinchitos sepan a gloria. Eso sí, como es fiesta, las mujeres se afanan por hacer más postres y platos caseros muy ricos. Ellas son las que trasmiten las recetas de estos dulces a los más pequeños de la casa con el objetivo de que no se pierda la costumbre de hacer estos ricos postres con el paso del tiempo.
El día transcurrió de casa en casa y recibiendo a amigos y familiares en la suya. La mejor forma de describir el Eid Al-Fitr es que es una fiesta para vivir con los que más quieres.
Melilla ha vivido una noche para no olvidar en años este sábado en el Teatro…
CV Melilla: Dani Ruiz, Sufian, Portero, Samir, Azzdin, Macarro (8), Vidoni (7), Méndez (8) Rasanen (6),…
Melilla: Nabil, Adam, Hamza, Muslim, Izan, Umair, Ayman, Miguelón, Santi, Amin, Hugo y Noe. Canarias:…
Melilla: Unai de Haro, Edrim, Darian, Himmi, Bienvenido, Abderrahman, Pablo Moreno, Adam, Óscar Gómez, Lázaro Miralles,…
El Nueva Era de la Segunda División B del fútbol sala masculino suma tres puntos…
Torreblanca B: Patri Alarcón, Roberta, Sofiia, Larissa, Vika, Amal, Nara, Mariana Restrepo, Sara Ruiz, Gabi y Daria.…