El desmentido categórico de la Autoridad Portuaria a las acusaciones ayer del Partido Socialista sobre las últimas contrataciones en el ente dependiente de Puertos del Estado, resta credibilidad a una denuncia de mucho peso, que juega con un tema muy sensible y de interés generalizado como es el del empleo.
No obstante, más allá del envite que el desmentido supone para el PSOE local, en la medida que deberá demostrar lo que dice para contrarrestar la versión de la Autoridad Portuaria, habría que preguntarse dónde están los sindicatos, si como dice el Partido Socialista se han producido contrataciones a dedo a partir del mérito superior de una relación de amistad con el actual director del puerto.
Tanto UGT como CC.OO. forman parte del Consejo de Administración del mismo órgano portuario y tienen delegados representativos de los trabajadores en el organismo. Por tanto, resulta llamativo que las organizaciones sindicales callen ante un supuesto proceder tan irregular como el que denuncia el PSOE.
El control de las instituciones públicas es necesario y sano en Democracia, pero también debe ser efectivo, y no puede agotarse en la rumorología para divulgar mensajes que pueden desestabilizar esa misma democracia, al mermar injustamente la confianza en las instituciones y cargos públicos.