Hace unos días, un ciudadano se puso en contacto con El Faro para protestar por el funcionamiento del servicio de Correos. Hace algo más de un mes Feliciano Palomo envió un paquete con una muñeca y algunos otros juguetes para su nieta, quien vive en Molina de Segura (Murcia) junto con sus padres.
El paquete tardó más de un mes en llegar a su destino, lo que le parece a Palomo “vergonzoso”, sobre todo porque, durante semanas, intentó averiguar dónde estaba el envío y nadie le proporcionaba ninguna información. Un funcionario de Correos, eso sí, se portó “genial” con él.
La otra queja que tiene Palomo es que le hayan cobrado el IPSI de exportación de un artículo que ya tenía pagado este impuesto de su importación a Melilla. “No es lícito”, cree Palomo, a quien el precio del paquete –que no vale ni 35 euros- le ha subido a 110 euros contando con los impuestos. “Una vergüenza que te levanten un DUA por haber mandado una mercancía que ha entrado aquí lícitamente y que ha pagado todos sus impuestos”, insiste este ciudadano.
Fuentes conocedoras de este campo consultadas por este medio creen que, aunque es “totalmente injusto” que haya una doble imposición de impuestos, el motivo de este cobro estriba en que Melilla se encuentra fuera de la Unión Aduanera, por lo que todo lo que entra y todo lo que sale debe llevar su importación y su exportación.
Esta persona piensa que el argumento de Correos para cobrar el IPSI y la gestión aduanera viene de la normativa de la Ciudad Autónoma. Hace años, cuando no existía esa norma, era un funcionario del Ayuntamiento el que controlaba el envío de paquetería y decidía, en función de su contenido y de su valor, si había que pagar el IPSI o no.
Esa figura desapareció y, durante años, todo lo que venía era controlado por el servicio de recaudación y registrado por aduanas. Sin embargo, como a veces costaba más enviar la notificación que lo que se iba a cobrar realmente, al final muchos de esos impuestos no se cobraban o bien se intentaba acumular varios envíos y luego se enviaba una comunicación con el IPSI de siete, ocho o nueve artículos pendiente de pagar.
Con este impuesto, además, indica esta persona que la Ciudad Autónoma tiene ahí una fuente de ingresos -“aunque no sea mucho, todo suma”- y a Correos también le interesa, porque, según sus cálculos, debe de estar facturando alrededor de medio millón al año con la gestión aduanera de la paquetería.
Lo que sí tiene claro Palomo, quien ha puesto una denuncia en Consumo, es que no vuelve a enviar nada más a través de esta empresa. “Se están cargando Correos. Es una vergüenza”, remata.
Bochornoso tener noticias como esta de un ciudadano normal y corriente que le manda unos detalles a su nieta y le metan un sablazo injustificable y que tengamos que tener una ciudad plagada de narcotraficantes que han sacado perras de debajo de las piedras a base de sus menesteres con las 🌿 aromáticas de ketama y hacienda ni los investiga a sabiendas de la desproporción entre ingresos halal y el tren de vida y bienes de los que disfrutan y se pavonean. Ascazooo.!!