Un ciudadano melillense que fue obligado a deshacerse de 6,5 litros de aceite de oliva cuando procedía a entrar en Melilla a través del puesto fronterizo de Beni-Enzar, acudirá a Fiscalía para denunciar un presunto delito de prevaricación administrativa en el control alimentario de la frontera.
El incidente se produjo el pasado 7 de julio, cuando este ciudadano se trasladó a Marruecos con su familia, donde compró varios kilos de fruta y verdura. Además, trajo 11,5 kilos de aceite de oliva hecho por su familia.
Una vez se disponían a entrar en Melilla y con la documentación en regla, llegaron al puesto de control de la Guardia Civil. Allí los agentes le comunicaron que la cantidad que tenía de aceite excedía lo permitido, 5 litros, por lo que le dieron 2 opciones: Dar media vuelta o recibir el acta de abandono.
"Llevábamos 4 horas de viaje y veníamos con mi hijo, que es diabético, al final me quitaron 6,5 litros".
Al llegar a su domicilio, este ciudadano revisó la normativa y descubrió que su aceite se encontraba dentro de lo establecido por la norma específica de Melilla, que establece que no se exceda la expedición comercial. El objetivo de esta limitación se basa en que no se utilice un producto para la venta al por mayor del mismo con el fin de evitar el contrabando.
"En una familia numerosa y que cruza poco ¿Qué problema puede haber?".
Este ciudadano decidió presentar un escrito de queja fundamentado en que los productos no eran de una expedición comercial. La respuesta obtenida fue que el aceite no cumplía con los requisitos sanitarios para poder cruzar la frontera.
También envió dicho escrito de queja a Delegación del Gobierno. Esta acción tenía como objetivo determinar que tipo de producto alimenticio pasa los controles y cuál es la función de los agentes de la Benemérita y la de los responsables de sanidad exterior. Según denuncia, este escrito ni siquiera tuvo contestación.
Ante esta situación, este vecino decidió llevar su denuncia a las redes sociales, donde el caso ha circulado como la pólvora. Este tema ha cogido fuerza en redes y son muchos los melillenses que se han puesto en contacto con este ciudadano para denunciar casos similares. Además, ha elaborado un modelo de reclamación, donde a través de Onedrive cualquiera puede acceder.
Asimismo, ha solicitado asistencia legal para llevar su caso a la Fiscalía, toda vez sostiene que ha sufrido un presunto delito de prevaricación administrativa.
Este ciudadano lamenta que la implantación de estas medidas restrictivas sigue produciéndose en la frontera. El vecino hizo referencia a un cartel donde se establece que el aceite debe pasar embotellado y precintado. Sin embargo, insiste en que se está aplicando restricciones sin una base reglamentaria, ya que la circular que establece dicha limitación fue derogada el pasado mes de julio.
Este melillense se queja de que, en primer lugar, no hay ninguna información al respecto sobre las mercancías y el equipaje en ninguna zona visible del acceso al puesto fronterizo como establece el Reglamento Delegado 2019/2022 de la Comisión (UE) y el protocolo de control de los requisitos de salud pública de los equipajes personales de los viajeros.
De ahí que decidiera presentar una queja porque la norma dicta que los Estados miembros deban revisar anualmente los mecanismos y medidas de control específico para garantizar los riesgos para la salud pública, sobre todo tras las temporadas de altos desplazamientos. En el escrito cita, precisamente, la circular IM/1/2022 del Procedimiento de Control Sanitario sobre Mercancías con Destino o Procedencia de Ceuta y Melilla, que establece los 10kg por vehículo y que no ha sido actualizada en dos años.
Achaca, asimismo, que la competencia de la regulación de las mercancías destinadas a la alimentación es competencia del Ministerio de Sanidad y que, por tanto, le corresponde al mismo la aplicación del reglamento correspondiente y no a la Guardia Civil. Del mismo modo, a lo largo del documento, expone otras "incoherencias" en la normativa fronteriza, como son las restricciones de productos frescos para consumo particular y, especialmente, en el pescado procedente de Marruecos, cuyo acceso por la frontera está limitado a la presentación de un certificado sanitario. Sin embargo, aseguró que tras estudiar la normativa, vio que no era obligatorio para el régimen de viajeros, sino que se exige que esté eviscerado y fresco.
"Un ciudadano melillense pasa con menos de 20 kilos de pescado fresco y eviscerado por la frontera de Beni-Enzar y le exigen un certificado sanitario. Sin embargo si va desde Nador a Almería con la misma mercancía no lo necesita. Además el certificado sanitario es para expedición comercial no para régimen de viajeros".
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