Las cifras en el sector hotelero continúan hablando en positivo. “l Instituto Nacional de Estadística (INE) señala que la ocupación por habitación superó el 70% durante el mes de octubre. Ese porcentaje representa un aumento de 15 puntos sobre el nivel registrado hace un año, cuando el INE midió un 54%. Las datos son positivos, pero lo son aún más porque concuerdan con la percepción que tienen los propios hoteleros. La coincidencia es importante ya que la frialdad de las cifras no siempre encaja con el entusiasmo o pasión del sujeto al que describen. En este caso, los hoteleros están de acuerdo con el INE. Hasta tal punto es así que tienen la sensación de que “se está volviendo a datos de antes de la crisis”.
Las premoniciones, creencias, impresiones y augurios no son algo que pueda despreciar un economista. Muchos de los sucesos financieros y cambios de ciclo empiezan con una percepción generalizada de la realidad que no siempre coincide con la verdad. Por ello es importante que el optimismo se vaya adueñando de los distintos sectores económicos y que el cambio de ánimo venga apoyado por los números. En este caso, los hoteleros cuentan con los porcentajes de ocupación a su favor. Y además están observando un cambio en la ‘calidad’ de sus clientes. Hasta hace poco era vital para su negocio la presencia en Melilla de efectivos de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Estos refuerzos policiales venidos para la vigilancia de la frontera continúan siendo importantes, pero ahora los hoteleros han empezado a constatar la llegada de otros clientes. Se trata de trabajadores y representantes comerciales de la península, habituales hace años y que comenzaron a escasear a medida que la crisis se agudizaba. Su presencia en nuestra ciudad es significativo porque, a su vez, anuncian el resurgimiento de otros sectores económicos. Hoy da la sensación de que la espiral que hasta hace nada nos hundía poco a poco cada vez más en la depresión financiera, ahora empieza a girar en sentido contrario e iniciamos un lento camino en sentido contrario, arriba tras haber tocado fondo.
Este cierto optimismo que lucha por abrirse paso en Melilla podría acabar demostrando que la presidenta de la Confederación de Empresarios, Margarita López Almendáriz, erraba cuando el domingo señalaba en El Faro que “la crisis llegó dos años después a Melilla y se irá más tarde”. Si hay un vaticinio en el que quisiera estar equivocada López Almendáriz, sin duda sería éste. Será así, si el cierto optimismo que exhiben los hoteleros se contagia a otros sectores y ese sentimiento también viene refrendado por las cifras. Los próximos en hablar serán los comerciantes y los hosteleros. Dentro de un mes habremos entrado de lleno en una de las fechas más consumistas del año. Ambos tipos de negocios son de los más beneficiados por la Navidad. Cuando hagan caja, conoceremos hasta que punto es contagioso este brote de optimismo detectado entre los hoteleros.
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