El juicio que abrió la sesión de ayer en la Sala de lo Penal de Melilla trató sobre un supuesto intento de agresión sexual a una mujer en las cercanías de la frontera de Beni Enzar.
El suceso tuvo lugar el 6 de octubre de 2012 y de noche. Según la denunciante, un varón de mediana edad se le acercó increpándole con insultos, pretendiendo empujarla a realizar actos carnales con él. Presuntamente, el hombre le llamó “puta”, reclamando el objeto de su deseo a la vez que sacaba una navaja para amedrentarla.
Huída y denuncia
Tras ocurrir los hechos, la mujer asaltada emprendió una fuga a la carrera, encontrándose con un coche patrulla de la Policía, al que alertó sobre este intento de agresión sexual.
Como confirmó uno de los agentes presentes aquella noche en calidad de testigo, consiguieron interceptar al supuesto agresor en un breve lapso de tiempo, y la denunciante pudo reconocerlo muy cerca de la escena del crímen. El hombre llevaba consigo una navaja de nueve centímetros de hoja como había atestiguado la asaltada.
El ministerio fiscal quiso aclarar si había habido cualquier tipo de conducta libidinosa por parte de la mujer, o si ejercía la prostitución al encontrarse en un sitio muy frecuentado por mujeres que ejercen dicha actividad.
La denunciante negó tales preguntas y expresó que, aunque no trabaje, se mantiene con una paga que recibe regularmente. Cabe recordar que el código penal recoge penas diferentes para estos casos, que están tipificados como agresiones a personas de vida promiscua.
La víctima del asalto, a la sazón testigo único del altercado, relató en la vista el suceder de los hechos según su punto de vista. Relató cómo el sospechoso se acercó a ella para, presuntamente, agarrarla por su chaqueta y, tras insultarla, le sacó una navaja de un palmo y le amenazó con ella.
Defensa ve incongruencias
La magistrada por parte de la defensa alegó que, según su defendido, la denunciante se había acercado previamente al sospechoso para pedirle dinero, algo que niega la supuesta víctima.
La abogada de oficio del sospechoso, que no compareció el juicio, expuso que la mujer había incurrido en varias incongruencias al testificar, por lo que solicitó la inadmisión de su testimonio, ya que a su vez, es la prueba única de tal delito.
La denuncia interpuesta en un primer momento hablaba de un acercamiento del cuchillo al rostro de la mujer en modo amenazante. Ayer, en el juicio, la denunciante no expresó que hubiese tal aproximación del arma blanca a su cuerpo, y se limitó a decir que la esgrimió en alto con actitud amenazante.
Con todo lo expuesto, el juicio queda visto para sentencia con la petición por parte de la fiscal de un año de prisión por un delito de agresión sexual en grado de tentativa.
Sin datos al respecto
En el último informe sobre criminalidad, que alertaba del incremento de la delincuencia en Melilla (y cuyos datos ha defendido el delegado del Gobierno Abdelmalik El Barkani), no se incluían datos sobre dos temas que han copado portadas de los medios de comunicación en Melilla durante este último mes: las agresiones sexuales y el acoso escolar.
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