Ole, ole y ole y el que no diga ole que se le seque la yerbabuena!, es lo que hubiera dicho la famosa señora gaditana en el Teatro Manuel Falla de Cádiz al término de una gran actuación en las finales del Carnaval gaditano y lo que hubiera dicho ayer a la finalización del espectáculo ofrecido por la UD Melilla y el Sevilla Atlético si hubiera estado presente en el vetusto Álvarez Claro.
Y es que lo visto ayer en el Municipal melillense no tiene parangón. De grandioso, espléndido, magnífico, apasionante, vibrante, colosal y cuantos adjetivos se quieran, todos en grado superlativo, merece el calificativo de lo presenciado por los más de mil aficionados que acudieron al feudo melillense para ver, a priori, un atractivo encuentro que había sido considerado como el de la jornada en el que se enfrentaban UD Melilla, cuarto clasificado y el Sevilla Atlético, líder del Grupo IV. Lástima que la afición no acudiera en mayor cantidad pero los que asistieron tardarán mucho tiempo en olvidar un partido de fútbol que difícilmente podría darse incluso en la tan cacareada Liga de las Estrellas. Ya lo dijo Ramón Tejada, técnico del filial sevillista, al término del encuentro, “ha sido un partido propio de la División de Plata”, comentó de manera modesta.
Extraordinario partido el que ofrecieron ambos equipos que saltaron al césped con la clara intención de ganar ya que desde el pitido inicial se pudo ver las intenciones de dos escuadras llamadas a estar en lo más alto de la tabla en la presente temporada y que ofrecieron un recital de goles de bella factura y un fútbol de muchos quilates, con jugadas de gran calidad y jugadores que demostraron estar capacitados para jugar en superior categoría.
El choque, que tuvo un ritmo trepidante desde el inicio, comenzó con ambos equipos en busca de la posesión del balón que no tuvo un dominador claro ya que las aproximaciones a ambas áreas eran continuas. Así, a los seis minutos de juego, Luis Alberto, quizás el mejor jugador del partido, enganchó una volea desde la frontal del área que Dorronsoro desvió a córner cuando el esférico se colaba por la escuadra derecha del portal melillense. Fue el preludio del primer gol visitante ya que tres minutos después, el propio Luis Alberto recibió en la línea de centro campo azulino, avanzó sin que nadie le saliera al paso y desde la frontal del área disparó ajustado al palo izquierdo para adelantar a los sevillistas en el marcador.
La reacción unionista no se hizo esperar y al minuto siguiente, en el diez, David Vázquez, otro de los destacados del partido, ejecutó una falta lateral enviando el cuero al segundo palo donde apareció Chota para cabecear al fondo de la red y establecer la primera igualada del partido.
El juego no daba respiro a ninguno de los contendientes que demostraban la posición que ocupaban en la tabla. Así, entre idas y venidas, el lateral izquierdo visitante Luna recibió un balón en diagonal desde la derecha, ganó la posición a Mahanán y cruzó de fuerte disparo a las mallas del marco defendido por Dorronsoro que nada pudo hacer por evitar el segundo tanto visitante cuando el crono marcaba el minuto 20 de partido.
Cuatro minutos después los azulinos reclamaron una mano en el área sevillista pero el colegiado, muy cerca de la jugada, no sancionó y Víctor Bravo vio la amarilla por protestar.
El Sevilla Atlético, dirigido por un Luis Alberto estelar, no especuló con el resultado y seguía buscando ampliar diferencias como así ocurrió. Transcurría el minuto 26 cuando el citado jugador enganchó una volea desde fuera del área que se coló como un obús por la escuadra izquierda de Dorronsoro. Un gran gol que, incluso, llegó a arrancar aplausos de la grada.
La UD Melilla, lejos de amilanarse, tiró de casta y orgullo y se lanzó en busca de la portería rival. Así en los minutos siguientes y de manera sucesiva, se produce una jugada con varios remates sobre el portal visitante que la zaga filial desbarata con apuros. David Vazquez disparó desde lejos y Dani Jiménez envió a córner. A la salida del mismo, Chota cabeceó y el meta sevillista evitó el tanto enviando nuevamente a saque de esquina.
En el minuto 35 se produce una jugada que resultó clave en el devenir del choque al ser expulsado el central Salva por derribar a David Vázquez, siendo el último hombre de la defensa. A partir de esos instantes el Melilla jugó con superioridad numérica.
Tan sólo dos minutos después, Carlos Ruíz dibujó un pase interior para Guille Roldán que controló y cruzó de tiro raso a la red acortando distancias en el marcador. El Melilla continuó acechando la meta visitante pero sin consecuencias de cara al marcador por lo que se llegó al descanso con el señalado 2-3 favorable al líder.
En la reanudación, más de lo mismo. En ningún momento decayó la intensidad del choque y García Tébar, que sorprendió dejando a Andrés Ramos fuera del once inicial, optó por dar mayor potencial ofensivo a su equipo dejando en la caseta a Zamorano y Sergio y dando entrada al goleador azulino y al canterano Sufian.
Así, en el minuto 56 Chota se hizo con un balón dentro del área y, algo escorado, engatilló un zurdazo que tras dar en el poste se introdujo en la meta defendida por Dani. De nuevo el Melilla lograba empatar el encuentro y el 3-3 subió al electrónico.
Diez minutos después, Luna recorrió la banda izquierda y su centro al segundo palo lo remató de cabeza el omnipresente Luis Alberto pero en esta ocasión el cuero se estrelló en la parte exterior del poste. Al minuto siguiente, en el 67, Luis Alberto, ahora en banda derecha, diseñó un pase interior entre los centrales azulinos hacia Jairo que cruzó ante la salida desesperada de Dorronsoro y la pelota, tras golpear en la base del poste derecho, se alojó en la meta azulina adelantando de nuevo a su equipo en el electrónico. El gol sentó como un auténtico jarro de agua fría pero la escuadra local no se aminoró y buscó de nuevo la igualada en el marcador.
Así en los minutos siguientes, los de García Tébar dispusieron de varias ocasiones de gol. Andrés Ramos cabeceó fuera por poco. Javi Herreros recibió de Carlos Ruíz y su tiro a puerta vacía lo desvió sin querer Chota al tratar de evitar que el cuero le golpease.
El Melilla seguía insistiendo y en el minuto 82 Víctor Bravo cayó en el área. En primera instancia el árbitro no vio nada pero corrigió su decisión tras consultar con Guadalupe Porras, juez de línea que señaló penalti. El propio Víctor Bravo fue el encargado de lanzar el castigo y de fuerte disparo con la izquierda batió a Dani Jiménez. De nuevo el Melilla lograba igualar la contienda y el delirio llegó a la grada. Con el empate a cuatro se llegó al final de los 90 minutos, aunque Andrés Ramos pudo desnivelar la contienda con un impecable remate de cabeza a centro de Guille Roldán, pero el meta visitante despejó a córner en una gran intervención.
El conjunto melillense, tras los resultados que se dieron en la jornada de ayer, sigue ocupando la cuarta plaza en la tabla.
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