Los asaltos se registraron a en la zona de Cerro de Palma Santa y en Villa Pilar
La presión migratoria continúa en Melilla. Después de varios días tranquilos, sin ningún intento de salto, ayer a primera hora de la mañana unos 350 subsaharianos trataron de asaltar la valla por varios puntos del perímetro fronterizo. Tres lograron su objetivo de entrar en Melilla. Es el quinto miércoles consecutivo que los inmigrantes protagonizan un intento de entrada masivo a la ciudad. De hecho, el salto del pasado 15 de octubre, uno de los más violentos que se ha vivido en nuestra ciudad, que se saldó con diez heridos (cinco agentes y cinco inmigrantes), también se produjo en miércoles.
La Delegación del Gobierno informó ayer, a través de un comunicado de prensa, explicó que el intento de acceso se produjo en dos saltos simultáneos alrededor de las siete de la mañana. El primero se registró en la zona del Cerro de Palma Santa. Allí, un grupo de 150 inmigrantes fue detectado cuando trataba de aproximarse a la valla. Un centenar de ellos fue interceptado por las Fuerzas de Seguridad del país vecino, mientras que los otros cincuenta lograron alcanzar la alambrada, pero fueron “rechazados” por el dispositivo antiintrusión de la Guardia Civil. Sólo tres lograron su objetivo de entrar en Melilla y “vulnerar la frontera sur de Europa”.
Al mismo tiempo, por la zona de Villa Pilar, otro grupo de unos 200 subsaharianos intentaba aproximarse a la valla con el objetivo de acceder a nuestra ciudad. En este caso, ninguno logró acercarse a la verja gracias a la cooperación de las Fuerzas de Seguridad marroquíes que los interceptaron antes de llegar al vallado.
La Delegación del Gobierno resaltó que en esta ocasión, al contrario de lo que ha sucedido en saltos anteriores, no se produjo ningún herido, ni entre los inmigrantes ni entre los agentes, según confirmó la propia Guardia Civil.
Los tres subsaharianos que consiguieron saltar la alambrada se dirigieron al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), que actualmente alberga a unos 1.300 residentes, lo que supone que está cerca del triple de su capacidad óptima, aunque la ocupación sigue siendo considerablemente inferior a la registrada hace algunos meses.
La presión migratoria en Melilla es extrema desde hace meses, aunque ha sufrido un repunte en el último mes. En lo que va de año alrededor de 4.000 inmigrantes han entrado a la ciudad, de los que 2.200 eran subsaharianos que han saltado la valla, en patera o en dobles fondos de coches. El resto eran fundamentalmente ciudadanos sirios que, a diferencia de los subsharianos, suelen entrar por los puestos fronterizos con documentación falsa.
La Delegación apuntó ayer que en estos meses se han registrado más de 60 saltos, con una media de seis al mes. Unos 14.000 inmigrantes han tratado de entrar en la ciudad pasando la valla, aunque sólo algo más de 2.000 lo han logrado.
En el dispositivo de seguridad desplegado durante la noche del martes participaron guardias civiles de la Comandancia, de los módulos de GRS destinados en la ciudad y el helicóptero asignado para la vigilancia del perímetro fronterizo.
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