Entrando “La diplomacia es el arte de resolver lo que en teoría no tiene solución”. Esto es lo que aparece en algunas búsquedas sobre la palabra “diplomacia”. Si bien es cierto que la “diplomacia oficial” es de carrera, también existe otra por designación política. Su definición muy resumida sería la de un servidor público que ejerce la representación del Estado en las relaciones internacionales. La negociación es básicamente el rol a desempeñar por dicha figura política como veremos más adelante mediante un ejemplo claro de las ventajas que aporta esta figura a la solución de muchas situaciones que se enquistan y que es gracias a esta diplomacia que se resuelven de la forma más beneficiosa, siempre para ambas partes del conflicto. Muchas veces y si sobre todo no se entiende bien el concepto de diplomacia, se puede confundir este término con otra palabra, “hipocresía”.
Estas palabras no son sinónimos, aunque las dos impliquen en mayor o menor medida, tener que disimular. La gran diferencia es que mediante la hipocresía se busca y tiene como objetivo final el beneficio propio, justamente todo lo contrario de lo que representa la diplomacia que como hemos dicho antes tiene como objetivo principal la reconciliación de dos o más partes en discordia haciéndolas llegar a un punto de entendimiento, buscando lo que une y sobreponiéndolo a lo que separa. ¡Todo un arte!
La diplomacia no es nada nuevo, es tan antigua como la vida misma. Aparece infinidad de veces incluso en los textos bíblicos y ocupa su espacio en los anales de la historia de la humanidad. Podría decirse que todos en algún momento de nuestras vidas debemos desempeñar este papel por el bien de nuestras relaciones, ya sean personales y familiares, laborales etc. La diplomacia no es algo fácil, todo lo contrario, requiere de un autocontrol y una disciplina excepcional, si hablamos de una diplomacia óptima y por supuesto y lo más importante es que lo que realmente se persiga sea el entendimiento. Otro de los factores cruciales que puede hacer triunfar una negociación en este campo, es el valerse de todos los medios al alcance de uno para dicho fin y uno de esos medios es el saber utilizar las relaciones y contactos para ponerlos al servicio del deseado resultado. En ocasiones hemos podido comprobar como ciertas situaciones atascadas y que ni en reuniones de alto Estado se han podido solucionar, que a través de una diplomacia más discreta y fuera de los despachos oficiales han podido salvarse.
Se me viene a la mente una muy concreta y cercana debido al nexo que me une con los protagonistas. Los medios de comunicación se hicieron eco de la noticia y la consideraron uno de los éxitos de la diplomacia en su más genuino significado.
En el verano del 2020 y debido a las tan duras restricciones que en ese momento existían por la pandemia, siete mil mujeres marroquíes, temporeras de la fresa en Huelva, quedaban allí retenidas sin poder volver a sus casas en Marruecos. Una situación muy dramática para estas mujeres las cuales se encontraban en un auténtico limbo, tanto administrativo como en lo más personal. Considerada dicha situación también como un problema sanitario debido al motivo por el cual no podían volver a sus casas. Se dieron reuniones entre Interfresa y las distintas organizaciones que forman parte de la misma con la Junta de Andalucía, que a su vez también entablaron negociaciones con el círculo más próximo al Rey de Marruecos. Resumiendo mucho y como así lo definen todas las partes implicadas en estas negociaciones, medios de comunicación incluidos en compartir dicho análisis final, resultaron decisivas unas conversaciones mantenidas entre el por aquél entonces Consejero de Presidencia, Administración Pública e Interior, el señor Elías Bendodo y el Consejero del Rey de Marruecos, el señor André Azoulay. Ambos consiguieron en una brevedad necesaria para ello, el desbloquear dicha situación y permitir el regreso escalonado de estas pobres mujeres a sus hogares. Éxito político en un asunto humanitario de un calado excepcional y que implicaba a dos países.
Mucho publicaron los medios sobre el tema y todos coincidieron en resaltar un hecho evidente que fue con toda seguridad lo que facilitó en gran medida dicha solución. La amistad entre ambos negociadores, Bendodo y Azoulay. Ambos de origen judío y con raíces en Marruecos puesto que ambas familias de allí provienen.
A título informativo y como dato muy interesante para que nosotros en buena medida podamos tomar ejemplo de la tan pronunciada multiculturalidad de la cual tan orgullosos nos sentimos, hacer mención de un proyecto de muchísimo éxito y de gran calado social tanto a nivel nacional como internacional. Se trata de La Fundación Tres Culturas. Una breve reseña. Es una entidad adscrita a la Consejería de la Presidencia de la Junta de Andalucía. Tiene como objetivo ser refente de progreso y tolerancia entre pueblos y culturas del Mediterráneo. Fue una iniciativa entre la Junta y el Reino de Marruecos en el año 1999. Posteriormente se unen a este proyecto el Centro Peres por la Paz, la Autoridad Nacional Palestina y otras instituciones de Israel. Ubicada en el Pabellón Hassan II, antiguo Pabellón de Marruecos en la Expo Sevilla 92. Uno de los escasos edificios en funcionamiento que están en perfecto estado. Ideado en su día por el mismo arquitecto que diseñó la mezquita de Casablanca, la segunda más grande del mundo. Cuenta con una gran biblioteca y fomentan de forma incesante proyectos culturales de toda índole.
Les recomendaría una lectura más detallada sobre dicha Fundación, créanme que merece la pena ver como es posible trabajar en unión y concordia si así se quiere y desea de verdad, fuera de esto, lo demás es palabrería estéril. Y esto es a colación de la anterior relación a la que hacía referencia entre ambos personajes políticos, el señor Bendodo y el señor Azoulay. Los dos forman parte muy activa de este proyecto lo cual hace más estrecha aún las relaciones no solo entre las personas implicadas sino que también sus países a representar pueden gozar de dicha relación y entendimiento. Como ven, claro ejemplo de lo que significa una política diplomática llevada con elegancia y sobre todo con mucha, mucha efectividad que es finalmente lo que cuenta. Cabría ahora hacernos las siguientes preguntas ¿Sería posible un entendimiento sobre nuestra situación fronteriza el cual beneficiara a ambas partes? ¿Es posible un acercamiento de posturas referente a dicha cuestión que pueda desbloquear la actual situación? Creo que con todo lo expuesto aquí no hace falta mucha imaginación para adivinar la respuesta. Indiscutiblemente que una buena gestión diplomática es necesaria, quizás más allá de los despachos oficiales. Dos buenos vecinos que presumen de dicha cordialidad deberían encontrar fácilmente el punto de entendimiento que haga que tanto unos como otros encuentren beneficio en dicho acercamiento. Por otro lado y siendo muy realista, cuando todas las partes implicadas en una negociación obtienen algún tipo de beneficio, todo resulta ser más fácil. La clave está muchas veces en mostrar o aparentar mejor dicho, que se cede más de lo que se recibe. Cuando ambas partes creen entender que ganan más de lo que dan, sólo queda el apretón de manos para cerrar el acuerdo.
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