El décimo octavo Pleno de Control que ayer celebró la Asamblea de Melilla en el presente mandato electoral no fue tan terrible como el anterior u otros que le han antecedido pero tampoco fue una sesión ejemplar, que en el control al Gobierno sirviera para exponer críticas pero también para servir de plataforma cívica de la política alternativa que pudieran proponer CpM y PSOE.
En realidad fue un pugilato más en el que acabó imponiéndose la teoría de quien es peor o quien incurre más en lo que unos denuncian contra sus adversarios y viceversa.
Lo mejor de estos Plenos es la oportunidad que Televisión Melilla brinda a su audiencia para poder seguirlos al completo. Son tan extensos, se dicen tantas cosas que resumirlas apresuradamente en prensa, como hacemos los periodistas, resulta harto difícil sin dejar detalles en el tintero que también merecerían destacarse.
En esta edición intentamos reflejar cuanto ocurrió y esperamos servir de correa trasmisora y también de balanza ponderativa desde un punto de vista lo más objetivo posible aunque a los políticos nunca les guste nada que no sea hacerles coro, y esto sin excepción ya se encuentren gobernando o en la oposición.