Francis Serón González, de la empresa Transeron, explica a El Faro cómo ha sido este año tras el cierre de la aduana comercial. Es una empresaria positiva y espera y desea que se pueda retomar esta vía de traslado de mercancías al país vecino cuanto antes.
–¿Cuáles son las consecuencias del cierre de la aduana comercial en este primer año?
–La consecuencia principal es una bajada, pero abismal en el tema de los transportes. Se ha producido una disminución de entre el 60 y 70% de lo que es el transporte de mercancías. La reducción es muy importante. Ahora estamos viendo cómo acaba esto.
Siempre tenemos la esperanza de que se pueda recuperar la aduana. Pero estamos a verlas venir. Estamos manteniendo a los empleados porque tenemos la confianza en que esto se retome.
–Comentaba que había bajado un 60% el transporte de mercancías. ¿Tiene más datos?
–En nuestro caso, sacamos los contenedores que llegan en navieras que vienen del extranjero y luego a las agencias de transporte le hacemos los movimientos en Melilla. En cuanto a las agencias de transporte de mercancías para el consumo de los melillenses, siguen viniendo, aunque ha bajado. Y dentro de esos productos hay un porcentaje que sale por la frontera, como son alimentos, productos de limpieza o ferretería. Pero esta disminución se ha notado menos que las navieras que llegaban con cargas internacionales de las que todo prácticamente iba para Marruecos. Ahí sí que ha bajado casi el 80%. Por ejemplo, cada semana traíamos más de 100 contenedores y ahora cada quince día vienen 40 o 50 como mucho y cuando menos treinta y algo. ¡Fíjese si ha bajado el número de contenedores que han llegado al puerto! Esto es lo que queremos recuperar. Esto genera IPSI para Melilla porque se queda en almacenes de la ciudad. Esto a la Ciudad Autónoma también le interesa porque es un dinero que entra en las arcas de la Administración local.
Luego esta mercancía iba a clientes que tienen sus almacenes cerca de las fronteras y se enviaban por los diferentes pasos de Melilla a Marruecos. Ahí sí que se ha notado una barbaridad la reducción de la mercancía tras el cierre de la aduana comercial. Esperamos, de verdad, que se retome y se empiece a mover todo.
–¿Cómo se enteró de que iba a cerrar la aduana comercial? ¿Creyó que esta información era correcta?
–Estoy viene de mucho tiempo atrás. Hubo un ‘boom’ de mercancías y eso provocó un efecto llamada y comenzó a venir mucha gente de fuera de los alrededores de la ciudad desde porteadores hasta clientes que compraban la mercancía. Hay que tener en cuenta que todo este sector depende de las fronteras colindantes con Marruecos. Si en Mauritania hay más impuestos, las mercancías pasan todas por Melilla. Si Argelia se abre, entran menos mercancías y si se cierra, sube el número de productos que salen de Melilla. Durante muchos años hemos visto estas subidas y bajadas. Pero en esta última ocasión en la que subió la mercancía no se había visto algo así nunca. Hace unos años veíamos las avalanchas de porteadores y eso junto al gran número de personas que llegaban con la Operación Paso del Estrecho (OPE). Se hizo la reorganización de los pasos fronterizos, que entre todos estuvimos participando para dar soluciones a aquella situación y que continuara el paso de mercancías.
Pero cuando se cerró la aduana comercial nos pilló de sorpresa. Siempre ha habido noticias y rumores de que la mercancía subía o bajaba. Los que estamos en este negocio sabemos que esto varía de toda la vida. Pero claro cuando se cerró la aduana fue cuando pensamos que era una cosa seria y que todos teníamos que buscar soluciones a este problema a nivel estatal.
–¿Cómo ha visto desde su posición de empresaria la gestión de esta ‘crisis’ por parte del Gobierno central?
–Entiendo que ha sido un tiempo confuso porque estaba gobernando el PSOE sin saber si iba a seguir o iba a haber elecciones. Se entiende que a nivel país no se ve una estabilidad. Nos dijeron que iba a haber un grupo técnico para analizar este tema. Esa comisión técnica está ahí, pero nosotros no hemos recibido noticias. Sabemos que están trabajando, pero no sabemos más. De manera que lo que nos falta es saber con seguridad cómo va el tema, si luego el acuerdo va a ir a instancias superiores, como el Ministerio de Exteriores o del Interior. O quizás si los que se van a sentar son las dos monarquías para que los dos vecinos hablen y empiecen a retomar este tema. Es cierto que, hasta el momento, nadie ha dicho que no se vaya a retomar la aduana comercial. Y como empresaria me agarro a eso.
–¿Tiene esperanzas en que se pueda reabrir?
–Cada vez lo vemos un poquito más crudo. Conforme pasa el tiempo la gente que acostumbra a que la situación esté así. Quieras que no en Marruecos se están moviendo para buscar las mercancías en otra parte. Cuando ves que cada día hay más negocios allí y se van estabilizando nuevas logísticas, pues lo tenemos peor. Cuando más tiempo pase, peor lo tenemos.
De todas formas, nosotros insistimos en poder estar en las reuniones los representantes de los empresarios de Melilla. Soy vicepresidenta de la Confederación de Empresarios de Melilla (CEME) y no paramos de pedir desde la entidad que dentro de las reuniones tengamos representación.
Es el empresario el que, al fin y al cabo, puede dar explicaciones de primera mano de cómo está la situación. Por eso no paramos de pedir que nos tengan en cuenta y nos sentemos con ellos. A ver si lo conseguimos.
–¿Ha tenido que cambiar su forma de negocio a raíz del cierre de la aduana comercial?
–Nosotros, gracias a Dios, vamos manteniéndonos con otros negocios. Pero nos mantenemos ‘cojeando’. Tenemos un personal que se dedicaba solo al puerto. Ahora están de vacaciones y, por lo menos, no los vemos parados aquí en la empresa preguntando qué pueden hacer.
Pero sinceramente, como empresarios queremos que nos digan algo y no tener esta incertidumbre. Una vez que sepamos cómo va a ir el tema, si tenemos que reestructurarnos, lo haremos.
Sin embargo, ahora mismo no nos atrevemos a invertir, porque en nuestro negocio los materiales valen mucho dinero. No vamos a hacer una inversión sin tener nada claro y pensamos esperar. Si no se soluciona lo de la aduana, en lugar de invertir en esto, lo haremos en otro tipo de negocio. Estamos a verlas venir. Además, nuestros empleados son profesionales de este tipo de trabajo relacionado con el traslado de camiones o contenedores y habría que formarlos para otro tipo de empleo y eso cuesta dinero y lleva tiempo. Esperamos que se le dé una solución. Como buenos vecinos que somos y ha habido buen ‘feeling’ entre los dos países. La gente tiene que comer y dependen de Melilla. Quieras que no, nos hacemos un favor mutuo. En un momento dado, hay personas que se mantienen con esta actividad y llevan a su casa dinero para comer y nosotros podemos trabajar también. Entre todos llevamos una especie de logística común.
–¿Ve viable un acuerdo empresarial con Marruecos y que luego se ratifique a nivel político?
–Pues sí. Estamos baranjando esto. Pero es tan delicado el tema de Melilla para Marruecos... Tenemos que plantear y hablar este tema primero para no estropear una negociación que se supone que se está haciendo a nivel técnico entre los dos países. Pero es cierto que hay clientes de Marruecos, quieras que no estamos en contacto con ellos, que están entrando mercancía por Beni Enzar pero que les gustaría retomar la aduana comercial con Melilla. Cuando conoces esto, te dan la esperanza de que si ellos también quieren recuperar la aduana por qué no se va a poder combinar esta puerta con el puerto de Beni Enzar. Lo mismo interesa que unos contenedores entren por el puerto marroquí y otros por Melilla. ¡Y por qué no podemos llevar esa buena vecindad entre todos!
De hecho, desde la CEME tenemos la línea de trabajo de sentarnos a negociar con empresarios de Marruecos. Además, estamos haciendo muchas negociaciones con la CEOE, la Confederación Española de Organizaciones Empresariales. Si a nivel del Gobierno central, cuesta avanzar porque los pasos son más lentos, pues a ver si a nivel empresarial podemos echar una mano y repartirnos el trabajo con el Ejecutivo central para llevar un mismo cauce y que sea positivo el resultado para todos.
–¿Vio justificación que la aduana se cerrara para potenciar el puerto de Beni Enzar?
–Yo creo que no era necesario cerrar la aduana comercial. Esto se podría haber hecho de forma paulatina. Esto son los negocios. Un empresario puede escoger una naviera y empieza traer mercancía al puerto marroquí y con una buena oferta puede que los empresarios escojan esta vía. Pero claro, Marruecos es un país soberano y está en su derecho. Pero creo que se podría haber hecho de otra forma y en un momento dado haber tenido conversaciones. Quizás a la larga el puerto de Beni Enzar gana en captar empresarios, va evolucionando y cada uno va escogiendo su camino con el paso del tiempo.
Con esta decisión del cierre de forma unilateral se perjudica tanto a nosotros como al país vecino.
–¿Teme que ocurra lo mismo con el comercio atípico?
– La incertidumbre de los que trabajan en este sector es grande. Si se mira a los porteadores es una gran logística que es increíble. Cuando he hablado con estas personas en las visitas que hemos hecho en la frontera he visto la logística que hay detrás de esta acción.
Si se corta el comercio atípico... Es que de eso vive mucha gente. De hecho, pienso que sería un problema a nivel de país en Marruecos porque no puede cortar de un día para otro porque ¿esa gente de qué come?
Creo que primero tendrían que crear una industria u otras oportunidades de trabajo y quizás el propio porteador diga que opta a otra actividad. Pero sin tener esa infraestructura es complicado que se cierre. A la larga si no retoman también el comercio atípico por la frontera van a tener problemas políticos. Nos dijeron, aunque aún no lo tengo confirmado, que iba a haber una protesta de porteadoras.
Está claro que la imagen de las porteadoras no la queremos y que hay que dignificar esa acción. En este sentido, una forma era con los traslados en la COA.
Pero lo cierto es que es para estas mujeres es el único sustento que pueden tener para sus familias. Sin eso, no tienen para comer y habrá que dar una solución antes a estas personas de cortar el comercio atípico.
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