La empresa pública Tragsatec entrará en el centro de menores de La Purísima el próximo miércoles, 11 de diciembre, según la fecha anunciada por el Gobierno de la Ciudad Autónoma. Le espera, por cierto, una enorme tarea porque la plantilla que atiende a los jóvenes migrantes está alerta y expectante después de la nefasta experiencia que han tenido con la actual Aquisocial, denunciada en los tribunales y que sigue sin hacer frente a las consecuencias de su mala política en materia de recursos humanos en Melilla.
Los trabajadores del centro aguardan al cumplimiento del convenio colectivo del sector y también han solicitado ya en distintos comunicados de prensa que se les abonen atrasos y se lleve a efecto el fallo judicial que Arquisocial nunca aplicó. Sindicatos como CCOO y CSIF, tras reunirse con la consejera de Política Social y Salud Pública, Randa Mohamed, parecen dispuestos a dar un voto de confianza a Tragsatec pero deben ser cautelosos ante el empuje de otra organización sindical en liza, caso de la CGT, que apuesta por la municipalización y gestión directa del servicio.
Esa situación sindical también tiene mucho que ver con la actitud que mantendrá la plantilla a partir del día 11 y marcará el plazo de tiempo que tendrá Tragsatec para cumplir compromisos relacionados con las principales reivindicaciones ya comentadas. La lucha sindical interna anuncia unas próximas elecciones para la configuración del comité de empresa, actualmente copado por CCOO y el SIM.
En otro orden de cosas, la empresa pública tiene otro reto de primer orden: la seguridad interna en el centro, sobre todo después de que este pasado fin de semana se hayan producido incidentes protagonizados por determinados menores, que presuntamente fueron los autores de un incendio en uno de los comedores.
Los vigilantes de seguridad ya han exigido medidas que garanticen la integridad física de todas las personas que están en esas instalaciones de La Purísima. Y solicitan algo muy de sentido común, como es que se lleven a cabo tareas psicosociales que permitan a estos menores migrantes desarrollarse al margen de cualquier tentación de mostrar actitudes violentar y mantener una convivencia pacífica entre todos.
Es de la máxima importancia que Tragsatec sea consciente de lo que se pone en sus manos, que es la acogida y protección de unos menores, prácticamente todos marroquíes, que tienen unas necesidades muy específicas desde el más amplio punto de vista educativo. Por eso es tan acuciante que la empresa pública se ponga manos a la obra y se emplee a fondo en resolver los graves problemas que afectan al centro en su conjunto.
Hay que resaltar también la curiosa coincidencia de los incidentes en La Purísima con el final de Arquisocial como adjudicataria del servicio. Hasta ahora, las actitudes violentas se producían de vez en cuando, pero en este último fin de semana las cosas han empeorado de forma evidente con la quema de colchones y el incendio en uno de los comedores. Ello, sin contar con los desperfectos causados en hasta nueve vehículos aparcados en las inmediaciones del centro.
Lo que ha sucedido en La Purísima no hace sino alentar también esos pronunciamientos políticos en contra de la presencia de los menores migrantes en Melilla y anima los mensajes racistas y xenófobos que aparecen de forma recurrente ante situaciones de este tipo.
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