El presidente de Tragsa, Jesús Casas, acompañado de su equipo se ha reunido esta mañana con la vicepresidenta primera del Gobierno, Gloria Rojas; el consejero de Medio Ambiente, Hassan Mohatar; y el consejero de Infraestructuras, Rachid Bussian. El objetivo era analizar las obras que tiene esta empresa pública adjudicada en la ciudad. Una de las más importantes y que ha ocupado no solo el tiempo de la reunión con la Ciudad, sino también con la Delegación del Gobierno, ha sido la obra del hospital universitario. Subrayó que la obra civil se prevé que esté terminada a finales de 2022.
Casas afirmó que casi era obligado hablar de esta obra del hospital nuevo. Dijo que conoce lo transcendente que es este proyecto para la ciudad y lo singular que es la obra en sí misma. Comentó que se está actuando en ella porque hubo un proceso de abandono de la constructora a la que se le adjudicó este proyecto.
En este sentido, el presidente de Tragsa explicó que la empresa puede llevar a cabo determinadas actuaciones y también la Administración puede encargar este otro tipo de actuaciones en el caso de abandono o de que el contrato quede desierto.
“Es una obra complicada y compleja. Está avanzando razonablemente. Entiendo el deseo de población de que lo antes posible esté acabado. Y es que ha sido este proyecto la estrella de la conversación tanto en la reunión con la Ciudad, como con Delegación del Gobierno. Nuestra sensación es que a finales del año 2022 la obra civil que es la que nos corresponde esté finalizado, aunque con la lógica holgura de plazos”, aseveró.
Casas insistió en que lo que es seguro es que Tragsa va a terminar la obra y al ser una empresa pública y un medio propio instrumental, la ciudad puede estar tranquila de que el proyecto se va a concluir con “las lógicas cadencias de los tiempos”, pero que “la impresión que tiene todo el mundo es que va a quedar muy bien”.
El presidente de Tragsa también destacó algunas actuaciones que se han ejecutado de la mano de la Ciudad. Comentó que se han hecho varios proyectos, como actuaciones derivadas de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir en el río de Oro o también fue la encargada de sustituir la valla perimetral por la actual en toda la frontera.
Otra obra que está en manos de esta empresa pública es la fachada de Averroes. Pero Casas no se quiso arriesgar a dar una fecha de finalización, aunque sí apuntó que está en ese proceso de terminarse. Remarcó que ha sido complicada esta intervención.
Y la obra de reparación del muro de contención de la playa de la Alcazaba es otro de los proyectos que ejecuta Tragsa. Al respecto de ella, dijo que también es una intervención delicada, puesto que hay intrusión del mar y está Costas también implicada en ella.
“Creo que está quedando bien y también hay que pedir disculpas a la gente porque efectivamente la pinta que tiene ahora mismo quizás no sea la más adecuada, pero mientras que una cosa está en obras, pues es así”, destacó Casas. En este sentido, pidió a los melillenses que recuerden si han tenido que hacer una pequeña obra en casa, como en la cocina, la pinta que tenía toda la intervención y, hasta que no acabó, no dejó de ser un lio. “La impresión que tenemos y los datos que tenemos es que pronto va a tener otra pinta y la gente tendrá otro acceso”, añadió.
“Somos un medio propio a disposición. Por ser gráfico, Tragsa es una herramienta que el gestor público tiene en el cajón y cuando lo considera la utiliza. Nosotros no somos comerciales ni pedimos obras. Nosotros estamos a disposición de la Administración y cuando ésta entiende que lo puede hacer ella misma con los precios que tiene marcado, pues no llaman”, aseveró el presidente de Tragsa.
Es más, subrayó que evidentemente es una empresa que tiene 17.000 trabajadores en todo el territorio nacional y por lo tanto “tenemos un metabolismo alto, pero en la medida que tenemos confianza en las administraciones y recibimos encargos, lo que queremos es simplemente dar satisfacción. No venimos a por obras ni demandamos actividad. Venimos a decir que estamos a su disposición y somos servicio público”, añadió.
El presidente de Tragsa reconoció que Melilla “no es una ciudad fácil” en la que desempeñar una obra, pero aseveró “que forma parte de España y nosotros somos una empresa que estamos en todo el territorio nacional y tenemos la obligación de dar respuesta en cualquier punto del territorio nacional”. Y es que el cierre de la frontera no solo ha puesto dificultades a que las empresas constructoras en general logren encontrar a personas expertas en materias determinadas relacionadas con las obras, sino que también ha afectado a la compra de material de obra.
Casas dijo que es evidente que en Melilla, como en Ceuta o en las islas, es más “complicado” desarrollar su labor. “Pero debemos estar ahí y superar las dificultades. En estos momentos traemos más materiales de la península y nos organizamos de otra forma”, añadió.
De esta forma, comentó que éste es el trabajo de Tragsa. “Debemos estar en todas partes y lo importante es que España tiene una estructura que le permite en cualquier lugar, independientemente de las circunstancias particulares del lugar, poder dar respuesta”, apuntó.
En cuanto al precio de los materiales, que ya se vio incrementado con la llegada de la pandemia al tener que traerse todo desde la península, el presidente de Tragsa comentó que “efectivamente hay una tensión de elevación de los precios”. Dijo que no es una cuestión solo de Melilla, sino de todo el mundo. Subrayó que hay una situación complicada sobre las materias primas, como el hierro, el acero o el cobre. Asimismo, también ocurre lo mismo con la agroalimentación y las materias relacionadas con ellas. “Esto es una tensión que está en el mundo. Es una salida rara del covid. La estamos sufriendo”, afirmó. Y en relación con esto, Casas apuntó que Tragsa tiene una circunstancia añadida a esta situación.
“Las tarifas de Tragsa son las que son y no cambian nada más que anualmente. Todos los años los accionistas se reúnen y aprueban las tarifas que van a funcionar para ese año. Nosotros tenemos unas tarifas aprobadas en abril para todo el 2021, que supone además una bajada respecto a 2020 con un 17% menos, y son las que vamos a aplicar”, subrayó el presidente de la entidad. Por ello, dijo que si suben los precios de la materia prima, el margen de la empresa pública se acortará. Pero insistió en que si esto tiene alguna repercusión, será sobre las tarifas de 2022.
“Nosotros no estamos para ganar dinero, sino para dar servicio público. Nos ajustamos a las reglas que las administraciones públicas y la ley establece”, concluyó.
Por su parte, la vicepresidenta primera del Gobierno agradeció la visita del presidente de Tragsa y aseveró que le constaba que llevaba un tiempo intentando venir a la ciudad para entrevistarse con las autoridades locales. Subrayó que en la reunión habían participado el consejero de Medio Ambiente y el de Infraestructuras por su relación con las obras que tiene adjudicada con la Ciudad. “Vamos a seguir trabajando como lo estamos haciendo desde siempre con la empresa pública, que lleva más de 40 años al servicio de las administraciones públicas”, añadió.
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