El Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla celebró ayer varias vistas por delitos contra la salud pública, todos ellos relativos a casos de tráfico de drogas. En tres de estos juicios, cada uno de los acusados fue condenado a tres años y un día de prisión después de que sus respectivos abogados alcanzaran acuerdos de conformidad con el Ministerio Fiscal.
El primero de estos tres acusados, cuyas iniciales son A. H., fue detenido el pasado 5 de diciembre en la estación marítima cuando se disponía a embarcar para Almería con 27 kilogramos de hachís en el depósito de gasolina de su coche.
Valorada en 69.000 euros
El vehículo, un Mercedes de matrícula alemana, era de su propiedad. La droga que ocultaba, que estaba repartida en “70 paquetes”, según indicaron la juez y la fiscal a los medios presentes, tenía un valor de unos 69.000 euros.
El acusado reconoció su culpabilidad en los hechos y su abogado acordó con la fiscal que la pena se fijase en tres años y un día. Aparte, A. H., que lleva en prisión desde el 6 de diciembre, deberá abonar una multa de 70.000 euros, lo que supone aproximadamente el precio de la droga aprehendida. Asimismo, se decomisará el vehículo del condenado.
Otra detención en el puerto
En el siguiente caso, el acusado, que responde a las iniciales A. Y., fue también condenado a tres años y un día entre rejas. El sentenciado fue detenido en el puerto cuando intentaba embarcarse a Motril con unos 24 kilos de hachís valorados en 82.279 euros, informó el Ministerio Fiscal.
El letrado de la defensa se adhirió a la solicitud de pena de la acusación pública que, aparte de la pena de cárcel, incluye una multa de 90.000 euros. Asimismo, la juez ordenó el decomiso del vehículo, pero aclaró al condenado, quien compareció con las muñecas esposadas y escoltado por dos agentes de la Policía Nacional, que podrá recuperar “las demás pertenencias” que llevaba en el coche, que no eran objetos delictivos.
Con traductor
En muchos casos de tráfico de estupefacientes, los arrestados son ciudadanos marroquíes que apenas se expresan en castellano. De ahí que el inculpado en el siguiente juicio precisase de un traductor para que la juez le comunicase la conformidad que su abogado había alcanzado con la fiscal.
El acusado, M. R., fue cazado en el puerto de Melilla cuando pretendía acceder al buque Sorolla, con destino Almería, con 17,6 kilos de hachís en su automóvil.
Esa cantidad de droga fue tasada en 39.431 euros, lo que motivó que, aparte de la condena a tres años y un día de prisión que le fue impuesta, el sentenciado deba abonar asimismo una multa de 40.000 euros. El coche en el que ocultaba las sustancias estupefacientes también fue decomisado.
Sentencia firme
En este juicio y en los otros dos mencionados, la sentencia condenatoria es firme, lo que implica que no cabe recurso contra ella. Esto se deriva de los distintos acuerdos de conformidad con los abogados defensores y la fiscal. De esta manera, no habrá posibilidad de nuevos juicios para los condenados.