“Me ofrecían volver a Melilla el domingo a las 10:00 horas, pero no puedo arriesgarme, porque si se vuelve a cancelar, falto de nuevo en el trabajo. De hecho, por temor y desconfianza he decidido coger un barco con salida de Málaga a las 15:30 horas”. Éste es el testimonio de Irene, una joven malagueña que trabaja en Melilla, y que tuvo que llamar ayer a la empresa para informarles de que no llegaba a tiempo para trabajar.
Irene es una de las 280 personas que vieron como sus planes se iban a la papelera por la cancelación de cinco vuelos de Air Nostrum.
Esta joven explicó a El Faro que la cancelación fue a primera hora de la mañana y, como no la podían reubicar en un vuelo que saliera más tarde, no tuvo casi margen de maniobra para poder estar en Melilla antes de las 12:00 y acudir a su puesto de trabajo. “A mí me han roto todas las previsiones porque viajaba para incorporarme al trabajo, cosa que va a ser prácticamente imposible”, añadió.
De hecho, indicó que iba a coger un barco, pero éste llegaba sobre las 22:00 horas a Melilla por lo que perdía el día de empleo.
“Al margen del perjuicio laboral, no es nada agradable darte el madrugón a las 7:00 horas, con la idea de estar en Melilla a las 10:40 horas y no llegar”, destacó.
Irene comentó que recibió un aviso de que la hora de salida del avión se iba a retrasar hasta las 11:40 horas, pero luego recibió un mensaje de móvil advirtiéndole de la cancelación del vuelo. “Ése momento es el peor: se confirma el temor. Nos quedamos en tierra”, remarcó la joven.
A ella le indicaron que podrían reubicarla el domingo a las 10:00 horas, pero el mensaje no fue igual para todos los pasajeros.
“En la ventanilla de reclamaciones de Iberia el señor que atendía informó de que no quedaban asientos en aviones hasta el martes y a la gente se le veía la estupefacción en la cara”, indicó.
“Cuando la compañía falla es que estamos vendidos, más en el caso de Melilla, que no existe la opción de echarte a la carretera, por eso mismo tendrían que ser más garantistas las aerolíneas”, subrayó esta viajera afectada.
Otro de los pasajeros que se quedó ayer en tierra es Mario. Este joven que trabaja en Melilla había quedado con su grupo de amigos en Málaga para disfrutar de la feria. Pero se ha quedado sin poder disfrutar de ella. Compró los billetes con mucha previsión para que no le salieran muy caros, es decir, hace dos meses. De forma que lleva preparando esta fiesta desde entonces y se ha tenido que quedar en Melilla viendo las fotos de sus amigos por redes sociales.
Mario era uno de los viajeros afectados por la suspensión del vuelo de Melilla a Málaga de las 17:30 horas. Este avión sufrió una avería y, como no se pudo arreglar, le reubicaron en otro vuelo. De forma que debía salir el sábado a las 8:20 horas, pero tampoco despegó este aparato.
Este ciudadano comentó que les hicieron pasar el control del pasaporte y de los pasajeros para luego indicarles que se iba a retrasar este vuelo hasta las 10:00. Sin embargo, dieron las 10:30 horas y finalmente les confirmaron que les cancelaban el vuelo.
Mario estuvo el viernes por la tarde perdiendo el tiempo en el aeropuerto y, de nuevo, el sábado por la mañana.
La nueva alternativa que le ofrecieron era volar el domingo por la tarde a Madrid y de ahí a Málaga. Pero tenía el regreso el lunes desde la ciudad andaluza y rechazó la oferta. No le merecía la pena seguir perdiendo el tiempo en aeropuertos para luego regresar el lunes a primera hora.
Mario indicó que en su caso se lleva una decepción por no poder disfrutar de un fin de semana rodeado de amigos en la feria de Málaga, pero remarcó que había gente mucho más afectada. En este sentido, comentó el caso de una joven que tenía un vuelo ayer a mediodía para Ámsterdam y que perdía al ser de otra compañía diferente a Air Nostrum.
Erica es una joven de la ciudad a la que Air Nostrum canceló el último vuelo de Málaga de las 19:00 horas del pasado lunes. Ante esta circunstancia, ella y otros pasajeros fueron destinados a un hotel en Torremolinos de cuatro estrellas durante cuatro días con pensión completa. La compañía no pudo darles plaza hasta el viernes. Ella tampoco encontró cómo volver en barco debido a la falta de plazas por la Operación Paso del Estrecho (OPE). De esta forma, ha estado cuatro días en un hotel de cuatro estrella y se pregunta si no será más barato para la compañía poner un avión específico para los vuelos cancelados y evitar tener que enviar a los pasajeros a los hoteles durante varios días. En su caso ha perdido esos cuatro días de trabajo y se los descontarán de la nómina.
Además, denuncia la falta de información ya que el lunes el avión no salió por causas operativas y el viernes, en cambio, le llegó un correo electrónico diciendo que fue por causas meteorológicas.
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