La tensión en el Salón Dorado se podía cortar con un cuchillo en el momento en el que los diputados tenían que expresar su voto en voz alta. Pero ya en la llegada de los invitados y de los políticos se sentían esos nervios porque se desconocía lo que iba a pasar. La incertidumbre era una sombra que todo el mundo arrastraba.
Los rumores de que el líder de Ciudadanos (Cs), Eduardo de Castro, podría inclinar la balanza a la izquierda se hacían a cada minuto más fuertes y todos los asistentes miraban el móvil por si llegaban noticias nuevas antes de que se iniciara el pleno.
Los cepemistas llegaban los primeros a la sesión en un ambiente festivo. Conocedores de lo que vendría después, no paraban de reír y de hablar con tranquilidad.
La votación
También los miembros del PSOE llegaban sonriendo al Salón Dorado. En cambio, De Castro aparecía con un rostro serio que no dejó de tener en ningún momento durante todo el acto.
Sin un micrófono cerca de los diputados, hubo una confusión sobre si el recién elegido presidente de la Ciudad, Eduardo de Castro, había o no presentado su candidatura para Presidir el Gobierno local. No se escuchó lo que dijo. Pero lo cierto es que todos los diputados del PSOE y Coalición por Melilla empezaron a decir el nombre de Eduardo de Castro cuando les tocó el turno de votar.
Ni siquiera Imbroda había escuchado que De Castro se presentaba a presidente de la Ciudad y tuvo que preguntarle al secretario de la Asamblea si era así.
Los gritos de ‘traidor’ se mezclaban con vítores y aplausos. La tensión iba en aumento conforme los diputados expresaban su respaldo a De Castro. Los cepemistas Dunia Almansouri y Mustafa Aberchán recibían alabanzas desde el público, así como los socialistas.
Pero alguien irrumpió el silencio ocasionado tras sentarse De Castro en la Presidencia vociferando ‘traidor’ y el diputado socialistas Mohamed Mohamed Mohand, que estaba junto a él y que pertenecía a la Mesa de Edad dijo: “Esta Asamblea ha sido constituida democráticamente y a quien no le guste, que se marche”. También esas palabras provocaron más gritos aún, tanto de quien celebraba esos términos como de quien los censuraba. De hecho, Imbroda se acercó para protestar por ello al secretario de la sesión. La diputada Paz Velázquez (PP) recriminaba al socialista la forma de mandar silencio. Y también causó polémica su voto: “Con honor otorgo mi confianza a don Eduardo de Castro”. El secretario de la Asamblea le recriminaba este tipo de voto y Mohamed Mohand volvió a ponerse de pie: “No ha quedado claro. Voto a don Eduardo de Castro”. Y es que el reglamento cabe solo el nombre del candidato o la abstención para votar.
Pero curiosamente, Imbroda también se saltaba el protocolo y a la hora de otorgarse el voto dijo: “con el mismo honor y con la misma fuerza doy mi voto al candidato que ha ganado las elecciones, al del Grupo Popular, que he sido yo”.
Y finalmente, el único diputado de Cs lograba la mayoría absoluta con los trece votos a favor, mientras que el presidente del PP de Melilla, Juan José Imbroda, se quedaba con doce.
Un desencuentro
También hubo tensión en el encuentro entre De Castro e Imbroda cuando intercambian el sitio, porque el popular le dio palmadas en la espalda al nuevo presidente y le dijo algo que le molestó al dirigente naranja lo suficiente como para mantenerle la mirada unos segundos. Imbroda había estado presidiendo la sesión por ser el diputado de mayor edad y dejaba su puesto a quien supuestamente tenía que respaldarle. Pero no fue el único diputado del PP que dijo malas palabras a De Castro.
La popular Esther Donoso se levantó de la silla para dirigirle un comentario al nuevo presidente, pero éste pasó de largo.
Una vez que se eligieron las vicepresidencias, los populares se marcharon inmediatamente del pleno, aunque antes, Imbroda se acercó a Mustafa Aberchán para felicitarle por lo que había conseguido. No se ve si se dieron la mano, pero el dirigente de CpM no paró de sonreír mientras el popular salía por la puerta acompañado de sus diputados.
A pesar de los insultos que recibió, De Castro se mantuvo firme en su decisión de promover el cambio necesario en el gobierno de Melilla.
Finalmente hay algo que parece una democracia en Melilla. Os deseo buena suerte.