Sólo los aplausos a Garbín y Marín y el ‘lapsus’ de Daniel Ventura al equivocar el apellido de Imbroda en la votación rompieron la solemnidad del acto.
Los esfuerzos por dar apariencia de normalidad a la sesión de constitución de la Asamblea fueron en vano. La tensión se mascaba en el ambiente ayer en el Salón Dorado del Palacio de la Asamblea y podía cortarse con un cuchillo desde el principio. Cuchillo que hizo lo suyo en los despachos 48 horas antes sobre las cabezas de los diputados populares Mª Antonia Garbín y Miguel Marín, los sacrificios del PP para sellar el acuerdo de gobernabilidad con Populares en Libertad (PPL). La oposición también debió sentir un cuchillo clavado, algunos en la espalda, tras el viraje de 180 grados en la estrategia política de PPL después de semanas de reuniones para buscar una alternativa en el Gobierno de Melilla.
Esa tensión se reflejaba en las caras de los 25 diputados de la ya constituida Asamblea de Melilla. En las filas del PP por los sacrificios hechos para lograr la llave de la Ciudad al ser los sacrificados dos pesos pesados en los equipos de Gobierno de Imbroda desde hace más de diez años, Garbín y Marín. En las filas cepemistas, la decepción por no haber logrado que saliera adelante un Gobierno alternativo a Imbroda y en Ciudadanos por motivos evidentes que ya ha venido expresando su coordinador local, Eduardo de Castro.
Las caras largas de los veteranos en las lides políticas en la Asamblea melillense consiguieron ayer amargarle un momento único para todos aquellos diputados que juraron o prometieron su cargo por primera vez. Esas nuevas caras de la Asamblea de Melilla, principalmente en la oposición, pero también en las filas del PP, que solamente pudieron emitir una media sonrisa al recoger sus actas de diputado. En el público asistente, entre autoridades, amigos y familiares, la expresión no era mejor, pero lograron evitar que el solemne acto pareciera un velatorio al romper en aplausos durante la jura de los diputados.
Sacrificios a ambos lados
Los dos aplausos más sonoros y largos se los llevaron precisamente Miguel Marín y Mª Antonia Garbín, que conservarán su acta de diputados. Precisamente una de las exigencias que PPL ha tenido que volver a meterse en el bolsillo ha sido que ambos populares renunciaran a su acta. Aunque Paz Velázquez aseguró en rueda de prensa el pasado jueves que las condiciones que enviaron al PP para firmar el acuerdo fueron aceptadas por los populares íntegramente, fuentes del PP explicaron ayer a El Faro que ambas formaciones políticas tuvieron que hacer concesiones. Añadieron que del documento enviado por PPL, de unas 18 páginas, tras el acuerdo finalmente “se ha quedado en diez”.
El tenso silencio en el Salón Dorado volvió a reinar hasta el momento en el que la diputada de PPL Paz Velázquez votó a favor de la candidatura de Imbroda, cumpliendo así el primer paso del pacto, que incluye un decálogo de medidas anticorrupción, un cargo en el Gobierno para Velázquez, la no entrada de procesados del futuro Ejecutivo local y la futura integración de PPL en el PP de Melilla. El auditorio volvió a romper en aplausos.
¿Juan José Ortega o Imbroda?
El voto de Velázquez era un momento clave para el nombramiento de Imbroda como presidente de la Ciudad, antes de que los diputados populares hicieran lo propio.
A una de las nuevas caras del PP en la Asamblea, Daniel Ventura, los nervios le jugaron una mala pasada. Si los presentes hubieran dado lo que fuera para conocer los pensamientos de los 25 diputados durante el acto en el Salón Dorado, más valiosos serían los pensamientos de Ventura en el momento de la votación, pues en vez de apoyar la candidatura de Juan José Imbroda, dijo por error Juan José Ortega.
Las risas por este ‘lapsus’ ayudaron a destensar el ambiente en el Salón Dorado y consciente de ello, el también diputado Francisco Villena hizo intención de equivocarse en el momento de emitir su voto en voz alta, mirando a Imbroda, quien le devolvió una sonrisa cómplice.
La ‘cálida’ bienvenida a Paz Velázquez
El acto de constitución de la Asamblea no estuvo exento de anécdotas. Los diputados del PSOE y Ciudadanos eran de los primeros en llegar al Salón Dorado corrieron a preguntar a los responsables de Protocolo dónde se tenían que sentar. Instantes antes de comenzar, los diputados de Coalición por Melilla (CpM) solicitaron a las azafatas una silla más, pues habían puesto una de menos en los lugares que correspondían a este partido. Al finalizar el acto, varios diputados del PP se levantaron y fueron al encuentro de la diputada de PPL Paz Velázquez. Tras el pacto entre ambos partidos, fueron muchos los que recibieron con abrazos y besos a Velázquez, entre ellos Antonio Miranda o el parlamentario Antonio Gutiérrez. Sin embargo, no todo era fiesta en el Salón Dorado. Garbín y Velázquez evitaron saludarse, acercarse e incluso cruzar las miradas, mientras ambas regalaban sonrisas sin reservas a populares, familiares y amigos.
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