El director provincial del Ministerio de Educación comenta en El Faro varios casos de fundamentalismo religioso que han creado ciertos conflictos en las aulas de los institutos de Melilla, como negarse a dar una clase de música o vestir nicap.
“En el tiempo que llevo aquí de director provincial hemos tenido dos situaciones de este tipo. Que de 18.000 niños tengamos dos incidencias, puede ser incluso razonable, que además tienen naturaleza religiosa, aunque puede ser de cualquier otra. Los niños buscan los recovecos para eludir determinadas materias. Desde la Dirección se toman las medidas precisas y no se deja nada al libre albedrío”. De esta forma contestó José Luis Estrada a El Faro respecto a los dos casos que se han registrado en la ciudad en estos últimos meses y que se han hecho públicos en la prensa nacional, como son la negación de una niña a acudir al centro docente sin nicap y de dos hermanos de recibir y participar en las clases de música porque consideraban que su religión no se lo permitía.
El director provincial del Ministerio de Educación explicó que “tenemos un sistema educativo, en un país democrático, donde las reglas son para todos, y no para unos sí y otros no. Las asignaturas se imparten con normalidad para todo el alumnado que acude a nuestros centros”.
De esta forma, Estrada indicó que el sistema educativo tiene unas normas y un ordenamiento que rige su funcionamiento y que establece los currículos de los centros docentes, así como la no discriminación del alumnado por ninguna razón. Sin embargo, apuntó que “no puede haber exclusiones. Si hoy unos alumnos por la razón que sea dicen que no van a tocar la flauta y pasado mañana otros dicen que no usan los algoritmos matemáticos, otros que no van a dar Ciencias de la Naturaleza porque ahí se enseñan cosas que van contra su ética, entonces, tendríamos un sistema educativo en el que a cada alumno habría que darle solamente aquellas asignaturas que quisiera y eso es imposible”.
“Pero no quiero hacer alarmismo de una situación que es incidental como si fuera algo general”, matizó Estrada en declaraciones a este periódico.
¿Qué ocurre si un alumno se niega a dar clases de una asignatura? El director provincial de Educación informó de que hay un proceso que se sigue en todos estos casos, sin importar el motivo que aluda el alumno por el que no quiera que se le imparta una clase determinada.
En primer lugar se advierte a los padres de que el menor se niega a recibir esta asignatura y puede ocurrir que los padres estén o no de acuerdo.
“Hemos tenido situaciones puntuales, pero nunca generalizadas”, comentó Estrada sobre la actitud de los padres contrarios a que sus hijos reciban esa formación. “Ha habido una o dos personas que han puesto algún impedimento en dar algunas clases, por ejemplo, en Educación Física, y no sólo por carácter religioso, sino moral o ético”, añadió.
Si es una cuestión compartida entre el alumno y sus padres tienen la obligación de manifestarlo, según indicó Estrada, ya que los progenitores “tienen la responsabilidad de tutela y por lo tanto, de hacer cumplir las leyes ellos y a sus hijos”.
Si se incumple la normativa, el Ministerio de Educación, a través de la comisión pertinente, como son las de absentismo, tutela o vigilancia, hace la comunicación al servicio de inspección técnica. A partir de ahí se informa a la fiscalía de menores “porque ha habido una causa de no tutela paterna de los padres sobre los hijos, con lo cual se incurre en una irresponsabilidad”.
Estrada insistió en que el ME sólo puede impartir las clases y velar porque los alumnos tengan, en igualdad de derecho, a desarrollar esos conocimientos. Además, al ser una enseñanza obligatoria y gratuita, no es voluntaria, por lo que también tiene que estar pendiente de que los alumnos acudan a las clases. No obstante, el ME no tiene poder coercitivo.
El director provincial de Educación explicó que antes de llegar a la fiscalía de menores se realiza una intervención con las familias. “No sólo es un mero papel escrito. Tenemos unos profesores técnicos de asistencia que hacen de mediadores entre las familias y los centros. Es un proceso que no se resuelve en un día, aunque normalmente terminan resolviéndose”, añadió.
Por otro lado, remarcó que también están los niños “avispados” que dicen a sus profesores que no pueden dar una clase y que sus padres les apoyan y cuando el centro contrasta esta decisión, los progenitores aseguran que no comparten esa opinión con sus hijos.
Por último, Estrada aseguró a El Faro que este tipo de cuestiones relativas a la Educación se han resuelto siempre de forma favorable en la ciudad, pues “los padres llegan al convencimiento de que en los periodos lectivos, los niños deben seguir las normas que se tengan con carácter general”.
¿Y si una alumna utiliza el nicap?
“La cuestión no es por una modalidad de vestimenta. Es que a nadie se le ocurre irse a una clase de Educación Física sin ropa adecuada. No estamos hablando de cuestiones de tipo religioso, sino prácticas”, comentó Estrada. “Hay determinadas materias que con algunas indumentarias sería prácticamente imposible hacerlas”, aseguró el director provincial.
“Si se dieran con carácter generalizado habría que tomar otras medidas, pero en principio, lo que se hace es acudir a las familias para conciliar sus intereses con los intereses generales de la Educación. Por parte del ME no hay ningún trato de discriminación, todo lo contrario. Lo que se quiere es que todos los niños sean iguales a la hora de recibir el mismo derecho a educarse”, explicó Estrada.
En el caso de que una chica no quiera volver a clase si no es con nicap, indicó que tienen que ser los padres los que ejerzan su tutela. Además, cualquier persona que conozca esta situación de abandono escolar puede denunciarlo, para que la menor vuelva a incorporarse en el sistema educativo, en el caso de que no se matricule y el centro docente en el que estaba no tuviera noticias suyas.
¿Se puede prohibir la entrada de una mujer con nicap en los centros?
El director provincial de Educación asegura que este tema ha salido en las reuniones con los directores de los centros educativos de Melilla y se trata como un tema de seguridad.
“Si una persona completamente cubierta va a recoger un niño de tres o cuatro años a un colegio y no es identificable puede ocurrir que sea un conocido y que le lleve a casa o que no sea así. Si llega el padre del niño y se encuentra que se lo ha llevado una persona que no se sabe quien es. ¿Cómo se sale de esta situación?”, explicó Estrada.
En este sentido, remarcó que son el profesorado y los equipos directivos de los centros a los que se les responsabiliza de la tutela de los niños desde el momento que entran en el colegio. Además, insistió en que todo el mundo exige esa tutela con sus hijos.
“Si el niño sale del centro, tiene que irse a sabiendas de con quién”, argumentó el director provincial de Educación. También hizo alusión a si una persona realiza una gestión administrativa, tiene que identificarse y “difícilmente se puede hacer con alguien a quien no se le ve la cara”.
Estrada indicó que no se trata de prohibir que la mujer vaya vestida con nicap, ya que si desea llevar esta prenda puede hacerlo con libertar, pero en los centros educativos lo que prima es garantizar la seguridad de toda la comunidad.
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