Hace una semana una vecina de la calle Castelar fue encontrada en el suelo por los Bomberos. Una vecina la echó en falta y avisó a la Policía porque no le cogía el teléfono. Los agentes, al no poder entrar en la casa y tras llamar de forma reiterada, avisaron a los Bomberos que lograron introducirse por una ventana abierta y descubrieron a la señora consciente, pero agotada de llevar horas en el suelo sin poder recibir ayuda. No habría pasado tanto tiempo sin ayuda si hubiera llevado el colgante de teleasistencia que ofrece la Ciudad. Es un colgante que no pesa y que tiene un botón con el que se solicita ayuda a una centralita. Es un servicio perfecto para los mayores que viven solos.
El consejero de Bienestar Social, Fernando José Rubia, explicó que la teleasistencia domiciliaria es un servicio que se presta a través de una línea telefónica y un equipamiento de comunicaciones específico. Permite a personas mayores y con discapacidad en situaciones de emergencia, y con solo pulsar un botón, ponerse en contacto con un sistema de manos libres con una centralita. Está 24 horas y los 365 días disponible.
“Está atendida la centralita por personal especializado que rápidamente intenta solucionar el problema o bien ponerse en contacto los servicios de emergencia y dar la alarma”, destacó.
Rubia comentó que este servicio la Ciudad lo tiene externalizado con Cruz Roja. Se emprende gracias a una colaboración que se firmó con el Imserso. De hecho, es una cogestión de la teleasistencia desde 1995 y el Imserso aporta una cantidad de dinero con este convenio y la Ciudad pone el resto. El coste total de esta acción 138.000 euros.
El servicio de teleasistencia a partir de los 70 años está universalizado. De esta forma, el consejero de Servicios Sociales comentó que cualquier persona que tenga esta edad puede solicitar este aparato sin importar sus ingresos, aunque debe tener residencia legal en España y estar empadronado.
Subrayó que no hay lista de espera para ser beneficiario de este servicio. Son unas 700 personas las que cuentan con este sistema. El 80% son mujeres.
Pero también se puede solicitar la teleasistencia por otra persona que tenga menos de 70 años, pero debe cumplir una serie de requisitos, como vivir solo y no puede tener ni trastorno psicológico ni discapacidad auditiva.
La solicitud de la teleasistencia se puede realizar en cualquier centro de servicios sociales o el que se encarga de forma específica de este tema que está situado en el barrio de la Victoria, en la calle San Quintín, en el mismo edificio de la escuela infantil Virgen de la Victoria, ya que se están haciendo obras en el inmueble de la calle Covadonga que era donde se encontraba antes.
El personal específico de la teleasistencia cuenta con una coordinadora que es trabajadora social, dos trabajadores sociales más y el equipo de apoyo de personal administrativo.
Rubia aseveró que cualquier persona que tenga constancia de cualquier tipo de emergencia social puede ir a los cauces habituales, como los servicios de emergencia o la Policía Local. Pero también se pueden acercar al centro de servicios sociales que esté más cerca y poner en conocimiento de los técnicos, no sólo que hay una persona mayor que vive sola en su edificio o en su calle, sino otros temas, como que haya un ciudadano con trastornos mentales o con carencias de cualquier tipo.
También puede ir a las oficinas del barrio de la Victoria si se trata del tema de la teleasistencia. Nada más conocer esto, la trabajadora social tomará nota y mirará en los expedientes por si hubiera alguna referencia ya de esa persona e irá al domicilio. Todas las concesiones, además del control documental, implica la presencia en casa de la persona de servicios sociales y una entrevista con el posible beneficiario. Luego se emite un informe, en el caso de que tenga 70 años se lleva a cabo sin más, se ejecuta y se pasa a dar el servicio.
La empresa que tiene la concesión irá al domicilio a instalar el aparato. El consejero de Bienestar Social aseveró que el tiempo entre la entrevista y la concesión es muy poco.
Rubia dijo que no solo sirve el servicio para usar en casos de emergencia. Aseveró que el usuario puede llamar cuando se siente solo. Solo tiene que pulsar el botón porque la persona que está al otro lado la va a atender y escuchar.
El titular de Bienestar Social subrayó, asimismo, que el servicio, siempre que se lo pida el beneficiario, puede llevarle un control de la agenda de visitas y consultas médicas. Se trata de un servicio recordatorio.
Además, cada cierto tiempo se hacen llamadas de control a los domicilios y se habla con las personas para saber cómo están. Y por supuesto, se les llama para felicitarles los cumpleaños. “Que ellos sientan que hay alguien que está pendiente de ellos”, añadió.
Por otro lado, Rubia subrayó que tanto el servicio de teleasistencia como el de ayuda a domicilio son de los servicios de los que Melilla debería sentirse más orgullosa. Aseveró que hay “una cobertura plena” y con una calidad extraordinaria. Remarcó que la cifra de atenciones es elevada y la satisfacción de los usuarios también es alta. Destacó que los servicios sociales no se ven pero están ahí haciendo un trabajo muy importante por los ciudadanos que precisan de una ayuda. Dijo que se trata de un trabajo gris porque no se ve ese servicio que dan a los melillenses.
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