Ha sido nombrado presidente de Vox Melilla y candidato a las elecciones de mayo. ¿Cómo afronta estos retos?
Fue la ratificación de un equipo amplio de militantes, liderado por mí, después de haber trabajado en los últimos años en Vox Melilla. Además, se trata de un grupo abierto, al que continúan sumándose personas que quieren apoyar a Vox de una manera más activa, comprometiéndose con las tareas que se les asigne, cumpliendo los objetivos con generosidad. Mi nombramiento no es un final, es la continuación de la labor que veníamos desarrollando. Entramos en una fase marcada claramente por las elecciones del 28 de mayo, es el momento de adaptarse a otro ritmo.
¿Por qué un hombre con usted, culto y con la vida resuelta, como se suele decir, se mete en política? ¿Cómo valora la experiencia hasta ahora?
La política es la organización de la vida en sociedad. Nadie puede desentenderse, al contrario, tiene la obligación moral de actuar en política en la medida de sus posibilidades, pero siempre con generosidad y altruismo: unos simplemente votando; otros, además, opinando; otros asumiendo compromisos que exigen dedicación, tiempo y esfuerzo.
La acción social política desarrolla como personas a quienes se dedican a ella con coherencia y buena intención, como queremos los de Vox. Es cierto también que la política da ocasión de envilecerse aún más a los que buscan ventajas, honores o lucro personal, o todo ello junto. Pero éstos son los que no queremos en nuestro partido.
¿Qué balance hace de su liderazgo del Comité Ejecutivo de Vox? ¿En qué situación encontró el partido y en qué situación está ahora?
En febrero de 2020, uno de los dos diputados que habíamos conseguido abandonó el partido. Fue un momento de tristeza e incertidumbre al que reaccionamos con ilusión redoblada, con trabajo constante, teniendo muy claro el verdadero objetivo de Vox: España y esta hermosa parte de España que es Melilla.
El grupo superó la situación: apoyamos la acción del diputado que nos quedó, abrimos una nueva sede, conseguimos la presencia habitual en los medios de comunicación, vimos cómo se incrementaban las afiliaciones, organizamos actos públicos, nos reunimos con todo tipo de asociaciones, apoyamos a una larga serie de colectivos en sus justas reivindicaciones, desarrollamos cursos de formación para militantes, acogimos a visitantes que vinieron a Melilla a conocer directamente nuestros problemas,… en fin, que no paramos de hacer cosas. Y de hacerlas movidos únicamente por el bien de Melilla. El premio por tanto esfuerzo: ser, a día de hoy, la tercera fuerza política de Melilla, con vocación de llegar a ser la primera.
En la última encuesta del CIS, la mayoría de los pocos melillenses encuestados (20) dicen que los políticos forman parte del problema más que de la solución y que, en el caso de los políticos de Melilla, que no saben cómo solucionar los problemas de la ciudad ¿Cuáles son, en su opinión, los problemas de Melilla? ¿A grandes rasgos, qué hay que hacer para solucionarlos?
A estas alturas, normal que los melillenses conozcan bien a los políticos que han venido soportando en los últimos lustros. ¿Qué van a pensar de un PP que tuvo veinte años para hacer al menos la mitad de lo que promete ahora? ¿Qué pensar de un PSOE que desde el Gobierno central y desde el local en los últimos cuatro años todo lo que ha conseguido para Melilla es una promesa en forma de Plan Estratégico? ¿Qué pueden opinar los melillenses de una CpM que asegura que va a construir un aeropuerto intercontinental en una isla y lo que hace es prorrogar por 35 años una fábrica de contaminación en el centro de la ciudad?
Mire, a estas alturas, más que la incertidumbre sobre el futuro de Melilla habría que hablar de la certidumbre de un desastre que se demuestra cada día con el declive económico y con las familias que se van. Quedan los contenedores y los coches incendiados; la educación y la sanidad por debajo de la media nacional; queda la dependencia de Marruecos, de la que nuestros gobiernos no saben o no quieren librarnos.
En Vox estamos convencidos de que este proceso en reversible. Tenemos que orientar el presente y el futuro de Melilla a España y a Europa. La unión aduanera es compatible con las bonificaciones y las ayudas, la calidad de nuestra sanidad y de nuestra educación puede mejorar hasta situarse por encima de la media nacional, la mala vecindad chabacana y abusiva de un país tercero respecto de la Unión Europea es reconducible si mantenemos una postura firme y exigente. Los de Vox estamos seguros de que Melilla tiene un gran porvenir, por eso tenemos fuerzas para seguir trabajando.
Feijóo dijo este lunes en una entrevista que evitaría los pactos con Vox. ¿Estás dispuesto Vox a apoyar un Gobierno del PP en Melilla?
En nuestra ciudad, Vox hará lo que más convenga a Melilla. Si lo que conviene es un mutuo acuerdo entre nuestras dos formaciones, no será para un gobierno del PP, sino para un gobierno del PP y Vox, que no es lo mismo. Tenemos nuestras condiciones: regeneración, transparencia, eficacia, defensa de España… Desde luego, no estamos aquí para blanquear el pasado del PP, sino para facilitar un gobierno útil para Melilla. Vox no ha venido a cambiar a unos políticos por otros para mantener políticas fracasadas.
Tenemos que ser respetuosos con los ciudadanos y esperar al 28 de mayo. Nosotros siempre tenemos la mano tendida para llegar a acuerdos generosos sin renunciar a nuestros principios y haciendo valer la confianza de nuestros votantes.
Usted no es diputado ¿qué falló para que Vox perdiera el escaño de Jesús Delgado Aboy en la Asamblea y qué repercusión cree usted que ha tenido en la consolidación de Vox en Melilla?
Se dice que las dificultades o te matan o te hacen más fuerte. En nuestro caso, las contradicciones lamentables de aquel momento inaugural de nuestra presencia en la Asamblea nos han servido para desarrollar una formación más sólida y cohesionada, para que todos tengamos claro que en Vox estamos para servir a España con renuncia a intereses oportunistas. Los que militamos en Vox hemos venido a trabajar y a sacrificarnos cada día para dejarles una España mejor a nuestros hijos.
Aunque sea muy triste, algunos no lo han entendido así. No es momento para pensar en las personas, sino en el cambio que queremos traer.
Al final, la suma de dificultades vencidas, de trabajo generoso, de coherencia en nuestras propuestas, nos han conducido a ser la única alternativa real a esa politiquería parasitaria que solo busca beneficios personales a costa de Melilla.
¿Qué dicen sus encuestas internas?
Para Vox, la única encuesta válida es la de las urnas; no es el momento de hacer cálculos interesados, de actuar según las encuestas o de fijar expectativas. Vox se presenta siempre para ganar y trabajará con el mismo esfuerzo y por las mismas ideas si los votantes nos colocan en el gobierno o en la oposición. Mientras otros partidos salen ahora a la calle porque es lo que toca en campaña, a nosotros nos encuentran ya aquí, al lado de los vecinos.
Nuestra aspiración es obtener la fuerza suficiente para poder ser decisivos a la hora de decidir las políticas. Afrontamos las elecciones con una gran ilusión, convencidos de que tenemos mucho que aportar.
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