El presidente de la gestora de Vox Melilla, José Miguel Tasende, habla con El faro sobre el futuro de la formación política en la ciudad, cómo valora los positivos resultados electorales que auguran los sondeos y sobre otros temas de actualidad como el pulso de Marruecos, la pandemia de coronavirus o la epidemia de rabia.
-Las encuestas apuntan a un crecimiento de Vox en Melilla, hasta cuatro diputados, de cara a las próximas elecciones ¿cómo se toman estas proyecciones?
-Con toda sinceridad, como siempre hablo, las encuestas muestran una tendencia ascendente que proyectada a mayo de 2023 daría para Vox entre cinco y siete diputados. Y no me refiero, por supuesto, a las encuestas resultantes de sondeos en estos días de crisis del Partido Popular, algunas de las cuales nos sitúan empatados en primer lugar en expectativa de voto. Creo que esto es algo coyuntural y deformado por el impacto de los escándalos que están aflorando en el PP. Con referencia a las encuestas técnicamente bien realizadas y con un análisis diacrónico repito que estaremos por encima de los cinco diputados.
-Algunos de estos sondeos indican que la suma de sus escaños con los del PP daría para formar gobierno ¿están abiertos a pactar con los populares? ¿apoyarían al PP en la investidura o se plantearían directamente entrar en el Gobierno?
-El sentido de ser de Vox es el bien de España. Si a Melilla, llegado el caso, le conviene que pactemos con un partido dispuesto a trabajar por la prosperidad de nuestra ciudad, daremos el paso. Es cierto que la credibilidad de los posibles socios se asienta en los antecedentes de los mismos. El PP tiene que decidir si en mayo de 2023 va a presentar una alternativa diferente a ese estilo clientelar, de amiguismos e intereses reticulares, que ha imperado durante tanto tiempo y sigue en vigor en nuestra ciudad. Melilla está en una encrucijada: o cambiamos ya, definitiva y drásticamente, y pasamos la ser una ciudad española competitiva en todo, no solo en rendimiento empresarial, dinámica, dinámica significa que se mueve, y abierta a Europa o mantenemos las estructuras perversas que han hecho derivar a Melilla hacia la subvención derrotista y facilona, el inmovilismo pesimista y el aldeanismo de cuatro amiguetes que se apoyan mutuamente para estar calentitos en la mesa camilla a costa de todos los demás.
-¿Se va a presentar como cabeza de lista de Vox Melilla en la próxima cita electoral?
-Afortunadamente, eso lo decidirá la Dirección Nacional. Vivo, y no vivo mal, de mi trabajo y las glorias que pretendo están mucho más arriba que los podios mundanos. ¡Así de tranquilo estoy!
-Ustedes han sido muy críticos con la actitud de Marruecos hacia Melilla y la respuesta del Gobierno central ¿cree que mejorará la situación o por el contrario temen que se agrave?
-Nuestros vecinos no entienden ni practican las relaciones de igual a igual. Las continuas evasivas de España, que nunca pone una línea clara de la que no se puede pasar nos han traído a la situación actual, de permanente chantaje, siempre amenazando con permitir avalanchas de inmigrantes y a veces favoreciéndolas incluso de miles de personas como en Ceuta, ocupando nuestras aguas territoriales con piscifactorías, instalando bases de misiles a solo 60 kilómetros de Melilla ¿qué reacción tenemos contra todo esto? Ninguna. Entonces ellos entienden que pueden incrementar la tensión y el abuso.
- ¿Qué plantean ustedes frente al pulso del país vecino?
-Para empezar, exigimos que nos tengan el mismo respeto que les tenemos a ellos. Además, hay que dotar a Ceuta y Melilla de unas medidas de defensa disuasorias potentes. El pasado día 24, Vox presentó en el senado una propuesta para replantear el Tratado de la OTAN de manera que proteja a Ceuta y Melilla igual que al resto de España. El PSOE tumbó la propuesta votando en contra. Inexplicable. Pero es que el día 28 del pasado mes de septiembre, de 2021, Vox presentó una propuesta similar en el Congreso y también fue rechazada por los votos contrarios del Gobierno y sus socios. Así es imposible que nos respeten en el mundo.
Marruecos tiene que saber de una vez por todas que ni Melilla ni ceuta serán nunca suyas. En positivo: serán siempre españolas. Marruecos recibe cuantiosas ayudas de la Unión Europea y de la Cooperación española, además de las millonarias inversiones de nuestras empresas. Cada vez que Marruecos cometa una tropelía, habría que descontarle de esas ayudas los gastos ocasionados. Por ejemplo, si se niega, como lo hace, a recibir de vuelta a sus ciudadanos, muchos menores de edad, habría que acudir a los foros internacionales para obligarle a repatriarlos y además descontar de los fondos de ayuda de la Unión Europea todos los gastos de manutención y los gastos administrativos de repatriación.
-La economía de Melilla se encuentra en un momento muy delicado. El cierre de la frontera y la crisis provocada por la pandemia de coronavirus ha puesto contra las cuerdas a muchas empresas locales ¿cómo salimos de este bache?
-Olvidando de una vez la economía que no era tal, basada en el contrabando, y orientando nuestras empresas a los negocios con el resto de Europa y con países terceros como Argelia. Melilla tiene un potencial enorme por explotar: el turismo temático: deportivo, histórico cultural, sefardí, de cruceros; los centros formativos, a los que puedan venir estudiantes de toda España (el 30% de los universitarios salen de su comunidad autónoma para estudiar), pienso en nuevas facultades, en centros de formación militares y para funcionarios. El universo de los negocios informáticos está inexplorado en nuestra ciudad. La desgracia ya no es que no vengan de fuera a traer savia nueva: es que nuestros propios hijos, cuando terminan sus carreras, se van para no volver. Tenemos que recuperar esa Melilla atractiva que fue y puede recuperarse, donde vivir es cómodo, donde se llega caminando al 80% de los sitios. Pero para ello tenemos que dotarnos de la sanidad, de la educación y de los transportes que exigen una ciudad aislada. No se trata simplemente de pagar más por vivir aquí, como si esto fuese un infierno donde nadie viene si no es a cambio de un suplemento económico. Hay que compensar la lejanía y el aislamiento, sí, pero también adaptar la ciudad a lo que históricamente fue: una ciudad española donde se vive al estilo español.
-Recientemente pedían a las autoridades sanitarias claridad en los datos de fallecidos por coronavirus ¿sospechan que se oculta información? ¿qué les lleva a pensar esto?
-Desde el comienzo de la pandemia, la gestión de la misma fue confusa y errática. Desde los miles de ancianos fallecidos en las primeras olas en las residencias hasta los enfermos que están muriendo ahora y de los cuales se dice que no mueren “de” covid sino “con” covid la lista de ambigüedades e imprecisiones es interminable. Y no puede tolerarse porque estamos hablando de vidas humanas. Fíjese que el propio Colegio de Médicos de Melilla pedía lo mismo que nosotros.
-El Gobierno local está impulsando la lengua Tamazigh y se ha planteado que se convierta en una lengua cooficial. Usted ya se ha posicionado en contra de este plan ¿no cree que debería reconocerse oficialmente la lengua que habla una parte importante de la ciudad?
-La lengua vernácula de Melilla es el español. Si nos inventamos que otra lengua cualquiera es la tradicional de Melilla lo que estamos haciendo es falsificar la realidad y atacar al español, una lengua de relevancia mundial que cada día gana más peso en el concierto internacional. El que muchos melillenses hablen, además del español, otra u otras lenguas supone una amplitud cultural. Posiblemente, la segunda lengua que más conocen los melillenses jóvenes, después del español, sea el inglés que estudian en los colegios. Con el español y el inglés pueden dar la vuelta al mundo. Cuando les preguntamos a los padres qué lenguas quieren que estudien sus hijos en el colegio nos contestan indefectiblemente que español para mejorarlo e inglés para mejorar su currículum ¿Por qué no damos a los hijos lo que piden los padres? ¿Se acuerda de aquella ministra socialista que decía que los hijos no son de los padres sino del Estado? Menudo totalitarismo. Nadie sabe mejor que los padres las necesidades de los hijos. ¿Querrán venir a Melilla familias de militares, de funcionarios de profesionales si a sus hijos les obligan a estudiar tamazigh?
-La pasada semana acudió a una concentración de los enfermeros de la ciudad en la que se denunciaba el mal estado de la sanidad en Melilla ¿qué habría que hacer para mejorar estos servicios?
-La concentración la organizó el sindicato SATSE de Melilla, que también estuvo en Madrid representando a los enfermeros de nuestra ciudad. Coincidimos en sus reivindicaciones: mejorar la atención hospitalaria, y primaria, a los enfermos; dotar de una estabilidad laboral a los profesionales, algunos con decenas de años de servicio a sus espaldas; racionalizar las guardias y para ello es necesario adecuar las plantillas a las necesidades. Además, repetimos siempre que la sanidad en Melilla tiene que ser la propia de una ciudad lejana y aislada, es decir no simplemente la misma que tendríamos en una ciudad de la misma población en la Península, sino unos recursos humanos, materiales y organizativos potenciados. Y esto para la sanidad pública y para la privada.
-La conexión con la península es una de los grandes temas para la ciudad ¿cómo valora el nuevo contrato marítimo? ¿hemos mejorado o estamos peor?
-Con toda claridad: como sabe, soy el Capitán Marítimo de Melilla y ese tema tiene relación con mi función oficial. Guardo silencio.
-Actualmente la ciudad se encuentra en alerta 1 de rabia y desde el año pasado han crecido el número de casos de animales con esta enfermedad ¿cómo valora la gestión de Gobierno local en este ámbito?
- La rabia está erradicada en España, pero es endémica en Marruecos. Se trata de una enfermedad muy peligrosa que, no estando vacunado, si no se trata adecuadamente en los primeros estadios de la misma resulta mortal. Hace unos dos años, Vox pidió la creación de un centro de recogida de animales –fundamentalmente, pero no solo, perros- en Melilla. Posteriormente reclamamos un servicio eficaz de lacero. Fuimos los primeros en advertir que debido al incremento de brotes de rabia nuestras mascotas iban a tener que pasar controles para entrar en la península. Ahora llevamos ya varias iniciativas pidiendo que se recoja a las manadas de perros asilvestrados, que se ataje la plaga de ratas, aunque estas no transmiten la rabia, y que se atajen los continuos brotes de rabia. Si me permite, enlazo con lo que he dicho hace un momento: el reto que tenemos por delante es hacer de Melilla una ciudad atractiva, donde para empezar nuestros hijos quieran quedarse, donde sea interesante trabajar y establecerse, donde puedan iniciarse y prosperar negocios, donde la atención sanitaria no tenga nada que envidiar a la de otro lugar de la península. De momento, lo que estamos ofreciendo es agua de mala calidad, unas costumbres y un estilo de vida cada vez más alejado del estilo español y, encima, rabia.
Pero esto tiene solución. Melilla no se ha muerto. En Vox queremos recuperar la Melilla española que nos merecemos: atractiva, próspera, sonriente.
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