La noche de fin de año no solo está marcada por las celebraciones, las cenas familiares y los brindis. Para muchas personas también es una oportunidad para realizar pequeños rituales cargados de simbolismo y esperanza. Estas tradiciones, transmitidas de generación en generación o adoptadas de otras culturas, buscan atraer la buena suerte, la prosperidad y el amor en el año que comienza.
La tradición más extendida en España es la de comer doce uvas al compás de las campanadas de medianoche. Se dice que cada uva representa un mes del año y consumirlas al ritmo exacto traerá buena suerte y armonía. Algunos van más allá y piden un deseo con cada uva, asegurándose de empezar el año con energía positiva.
"Yo nunca me las pierdo, aunque alguna vez casi me atraganto," comentaba entre risas Marta, una joven que asegura que siempre se divierte con su familia en ese momento.
Otro ritual muy popular en España y también en Latinoamérica es usar ropa interior de un color específico esa noche. El rojo, por ejemplo, simboliza el amor y la pasión, mientras que el amarillo está asociado con la prosperidad y el dinero. La clave está en que la ropa sea nueva y, preferiblemente, regalada.
Una superstición menos conocida es salir a dar una vuelta por la calle con una maleta en la mano. Es un rito popular entre quienes sueñan con viajar el próximo año.
Isabel, una vecina de Melilla, confesaba que lo ha hecho en varias ocasiones "el año pasado lo intenté con mi hermana, y aunque no viajé tanto como quería, sí pude visitar a familiares en otra ciudad". "Para mí, fue suficiente."
Guardar una moneda en el zapato derecho durante la nochevieja es una superstición que promete atraer riqueza y estabilidad financiera. Algunos también colocan billetes debajo del mantel en la cena de Nochevieja como otra forma de asegurarse un año próspero.
"Mi abuela siempre nos da monedas para que las pongamos en los zapatos". "Aunque no creo mucho en estas cosas, lo hago por tradición y porque me hace recordar a mi infancia," explicaba Jorge, un joven de 28 años.
En varias culturas, quemar objetos o papeles con deseos escritos es una manera de despedirse de lo negativo y atraer nuevas oportunidades. En España, algunas personas optan por escribir en un papel aquello que desean dejar atrás y luego lo queman justo antes de la medianoche.
“Es como una limpieza emocional,” decía Laura, una estudiante universitaria. “Todos los años mis amigos y yo quedamos en "tardevieja" para hacerlo juntos". "El 31 voy a escribir todo lo malo que me ha pasado para que se vaya con el año".
La comida también juega un papel importante en las supersticiones de fin de año. En Italia, por ejemplo, comer lentejas en la cena promete riqueza, una costumbre que también se practica en algunas regiones de España. En otros lugares, como Portugal, se consume bacalao o cabrito, mientras que en muchos hogares españoles no puede faltar el turrón como símbolo de abundancia.
"Mi familia siempre cocina algo especial y abundante en Nochevieja porque creen que así nunca faltará comida durante el año", contaba Patricia, madre de dos niños.
El Faro ha preguntado a los vecinos de Melilla y ha encontrado una gran variedad de supersticiones y rituales. "Yo siempre me pongo algo dorado," decía Rosa, quien asocia este color con la atracción de la buena suerte. Por otro lado, Pedro, un jubilado, afirmaba que siempre empieza el año andando con el pie derecho "es una costumbre que tengo desde niño". "Mi madre decía que daba buena suerte."
Incluso los más escépticos confiesan que mantienen alguna costumbre por simple tradición o por el cariño que les evoca. "No creo en estas cosas, pero siempre hago un brindis especial mirando al norte porque mi abuelo decía que eso traía abundancia," comentaba Raquel, una profesora de secundaria.
Aunque para algunos estos rituales son simples curiosidades para otros tienen un significado profundo. En una sociedad cada vez más conectada es interesante ver cómo las supersticiones se adaptan y mezclan creando un mosaico cultural que refleja tanto nuestras esperanzas como nuestras inquietudes.
Independientemente de si funcionan o no, estas tradiciones aportan un toque de magia y alegría a la transición entre el pasado y el futuro. Como dice el refrán, "de ilusión también se vive," y en la noche de fin de año no hay nada mejor que comenzar con energía positiva y el deseo de un año lleno de posibilidades.
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