La Asamblea de Melilla acogió ayer una votación de investidura al presidente de la Ciudad Autónoma cuyo resultado ha pillado a muchos con el pie cambiado.
La incógnita sobre quien terminaría portando el bastón de mando de la Ciudad se resolvió con la proclamación del candidato de Ciudadanos, Eduardo de Castro, cuya formación política es la que cuenta con menor presencia en el hemiciclo. Un solo asiento, el que ocupa quien es desde ayer presidente de la CAM.
Durante los días previos, se barajaba la posibilidad de que Cs se abstuviera en la votación al candidato del Partido Popular, Juan José Imbroda, lo que hubiera permitido la reelección del mismo. Desde la dirección nacional de la formación naranja eran las directrices marcadas para la jornada de ayer.
Pero De Castro mantuvo el compromiso que había enarbolado durante la campaña electoral de no facilitar la reelección de Imbroda y gracias el apoyo de Coalición por Melilla y del PSOE ha propiciado un cambio de Gobierno histórico en la ciudad.
Imbroda se va, después de 20 años de servicio a Melilla renunciará a su acta dejando una ciudad en mucho mejor estado que cuando la recogió. No sería justo no reconocer al ya expresidente su labor y dedicación durante estas dos últimas décadas.
Ahora, a De Castro le toca sentarse con sus aliados en la votación y decidir que quieren hacer con Melilla.
En primer lugar, deberá conformar un Ejecutivo que conjugue las aspiraciones de los tres partidos y dibujar una hoja de ruta que guíe su estrategia de gobierno durante los próximos cuatro años. A partir de ya toca trabajar por Melilla.