Los padres de Emin y Pisly sienten que el Gobierno local y el central “se han reído de su dolor” l Piden una condena por el “asesinato” de los jóvenes y que España exija Justicia
El próximo 27 de agosto se cumplirán 10 meses de la muerte de Emin y Pisly. Sus padres afirman que los dos jóvenes melillenses, de 20 y 24 años, salieron a pescar a Marruecos en una embarcación aquel domingo y nunca regresaron a sus casas. Murieron tiroteados por varios agentes de la Marina Real Marroquí. A pesar del tiempo transcurrido y de que la autopsia que los padres presentaron a los medios de comunicación demostraba, según éstos, que los chicos recibieron una paliza antes de morir, aún no se han aclarado los hechos. Los progenitores de los dos muchachos aseguran en declaraciones a El Faro que se sienten decepcionados con las autoridades españolas, pero advierten de que seguirán luchando hasta que consigan saber qué ocurrió. Quieren que tanto los representantes del Gobierno local, como los del central condenen lo sucedido y piden que nadie vuelva a tachar el “asesinato de sus hijos” como un “incidente”. Además, no entienden por qué aún no han podido recuperar los enseres de sus hijos.
Decepcionados con el Gobierno
Abdeslam, el padre de Pisly, aún recuerda las palabras que pronunció el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, el día después de la muerte de los dos jóvenes. “Ha sido un brutal asesinato”, aseguró Imbroda. Sin embargo, el hombre lamenta que con el paso del tiempo aquellas palabras hayan quedado en nada. “A veces pienso que alguien le ha tenido que decir a Imbroda que se calle”, señala.
Abdesalm sigue haciendo memoria y hace referencia al hecho de que tanto desde el Ministerio como desde la Ciudad les prometieran en su momento que se encargarían de poner un equipo de abogados para su caso y se personarían como acusación particular. Sin embargo, hasta ahora todas las actuaciones que han realizado las familias de los jóvenes en los tribunales las han tenido que pagar de su bolsillo, contratando a sus propios letrados.
Por su parte, Driss, el padre de Emin, se pregunta por qué ni Imbroda, como senador, ni Antonio Gutiérrez, como diputado, han preguntado en las Cámaras cómo están avanzando las investigaciones que supuestamente se están llevando a cabo por parte del Gobierno de Marruecos.
Diez meses después, lo único que piden los padres de estos dos melillenses es que alguien levante el teléfono y les diga qué se está haciendo para esclarecer los hechos. La última vez que el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, habló con ellos fue en diciembre del año pasado. Lo mismo sucede con el Ministerio de Exteriores. Desde el Consulado de España en Nador tampoco responden ya a sus peticiones de información. A pesar de estas afirmaciones, el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, respondió en el Congreso a una pregunta realizada por el diputado socialista Antonio Hernando asegurando que estaba “en continuo contacto con las familias”. “Eso es lo que más nos duele, que mientan. Nadie nos ha llamado. Nadie nos ha dicho nada”, lamenta el padre de Emin.
Los dos hombres llevan meses pensando día y noche qué ocurrió aquel 27 de octubre, por qué dispararon a sus hijos y cuál es la razón por la que la actitud de las autoridades de nuestro país ha ido cambiando paulatinamente. “Nos dijeron que estaban a nuestra disposición. Ahora lo único que hacen es darnos largas”, señalan.
¿Vieron algo los dos jóvenes?
Entre esos pensamientos no pueden evitar pensar que el hecho de que los dos muchachos fueran musulmanes influye en cómo se está actuando en este tema. “Si se hubieran llamado de otra forma, estamos seguros de que la situación sería otra. Pero que nadie se olvide de que los dos eran españoles”, recalcan.
Tampoco pueden dejar de pensar que quizás los dos muchachos grabaron algo con su teléfono móvil, que no deberían haber visto. “No sé qué vieron, pero cada día tengo más claro que hubo algo. Quizás lo grabaron y por eso no nos ha devuelto el teléfono”, dice el padre de Emin y ratifica el de Pisly. Las familias de los jóvenes aún no han podido recuperar ese teléfono, tampoco la embarcación con bandera española en la que el día de los hechos estaban navegando sus hijos.
Sin noticias en Rabat
El periplo de los dos hombres está siendo muy largo y los resultados poco alentadores. Ambos han estado en Rabat para tratar de averiguar lo que las autoridades españolas no les aclaran, es decir, en qué punto está la investigación en Marruecos. La respuesta que encontraron allí fue que no había ninguna investigación. La desesperación va en aumento, tratan de mantener la calma en todo momento, pero a veces resulta sencillamente imposible. “Le preguntaría al delegado del Gobierno qué debo hacer, porque ya no lo sé. Lo único que le pedimos a él y al presidente es que cumplan con su papel, están ahí al servicio de los melillenses”, señala el padre de Emin.
Momentos de nervios
Por su parte, el padre de Pisly recuerda algunos episodios en los que fue imposible contener la rabia que llevan alimentando desde el 27 de octubre del año pasado. Uno de ellos, seguramente el que más repercusión tuvo, fue el día en el que a la salida de los juzgados, Abdeslam increpó a El Barkani delante de decenas de periodistas que esperaban al delegado del Gobierno que salía de declarar ante el juez por un tema relacionado con las ‘devoluciones en caliente’. Abdeslam asegura que fue casual, que estaba en la misma zona grabando una entrevista con una periodista y de repente vio a El Barkani salir. “No había nada planeado y no sé si actúe bien, pero cuando lo vi, no pude evitar pedirle explicaciones”. En aquel momento habían pasado sólo 4 meses de la muerte de los dos chicos, ahora los nervios están aún más a flor de piel.
Los dos hombres sienten que se están riendo de su dolor. Lamentan la falta de apoyo institucional, aunque aseguran que el pueblo de Melilla ha estado junto a ellos en todo momento. “La gente no deja de preguntarnos si sabemos algo y decirnos que los políticos son unos sinvergüenzas”, señalan los dos hombres.
Imágenes en la memoria
Mientras charlan con El Faro ninguno puede evitar recordar algunas anécdotas con sus hijos. El momento en el que Emin llegaba a aparcar el coche junto a la cafetería de su padre o la salsa que preparaba Pisly para el pollo, que sus hermanos aún recuerdan. Los hechos de aquel 27 de octubre han dejado a dos familias completamente rotas. Los padres de los dos muchachos se han armado de valor durante estos meses para abanderar una causa que se ha convertido en el motivo que les obliga a levantarse cada mañana: Hacer justicia con sus hijos. Sólo quieren ver a los “asesinos” de los dos jóvenes sentados en un banquillo y que la Justicia, sea la española o la marroquí, haga su trabajo. Sin embargo, ni siquiera ese deseo tan digno y tan pequeño ante una tragedia de esta magnitud se ha podido cumplir hasta ahora.
Los dos hombres mantienen la esperanza de que el presidente o el delegado del Gobierno se den cuenta de “su error” y decidan apoyarlos. Algunos días les bastaría con que alguno levantara el teléfono, aunque sólo fuera para decirles que aún no se sabe nada, aunque sólo fuera por tener la certeza de que no están intentando que el tiempo pase y la muerte de los dos jóvenes se acabe olvidando. Driss indica, además, que no van a poder devolverles a sus hijos, pero defiendeque es necesario que se evite que vuelva a ocurrir algo así. “No es sólo por nosotros, es por todos los melillenses”, reitera.
Abdeslam recuerda que el delegado del Gobierno ni siquiera acudió al entierro de los dos muchachos. Driss se pregunta si en Melilla “manda España o Marruecos”. Ninguno entiende qué ha ocurrido en este tiempo para que hayan dejado de tener respuestas. Por qué ya no hay reuniones en despachos, por qué no se han cumplido las promesas, por qué nadie está intentando que se haga justicia con el asesinato de sus hijos.
El mes de Ramadán, el más duro
El mes de Ramadán ha sido duro, el primero sin sus hijos. En las cenas familiares la ausencia se ha hecho aún más pesada que el resto de los días. El día del fin del mes sagrado de los musulmanes los dos hombres hicieron el mismo camino, el que lleva hasta el cementerio donde están enterrados los cuerpos de sus hijos. “A Imbroda o a El Barkani sólo les diría que cuando estén sentados a la mesa, un día, cualquiera, se pongan en nuestra situación sólo dos minutos”, dice el padre de Emin.
Por ahora, y mientras tengan fuerzas para ponerse en pie, continuarán con su lucha. El próximo día 27, en la puerta de la Asamblea, volverán a concentrarse para recordar lo sucedido. “Si tuviéramos el apoyo institucional, seguramente no sería necesaria esta protesta, pero es así. No podemos permitir que se olvide lo que sucedió”, sentencian.
Otros melillenses desaparecidos en aguas marroquíes
Abdeslam, el padre de Pisly, tiene un diario en el que ha apuntado todo lo que ha ocurrido en estos diez meses con los dos muchachos muertos. Junto a esta información, tiene varias denuncias de desapariciones de melillenses en aguas marroquíes. El hombre asegura que hay muchos casos parecidos a los de Emin y Pisly. Señala que ellos tuvieron “la suerte” de recuperar los cuerpos porque intervino la Gendarmería, pero recuerda que los agentes de la Marina Real ya habían lanzado los cadáveres al agua. Si el otro cuerpo de seguridad no hubiera aparecido, apunta Abdeslam, su hijo y el amigo de éste estarían, seguramente, en esa lista de personas desaparecidas. Ahora está pensando en crear una plataforma en la que se unan todos los melillenses que han pasado por una circunstancia parecida.
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