Nuestro Padre Jesús Nazareno en su Dulce Nombre y María Santísima de los Dolores volvieron a las calles de Melilla otro Miércoles Santo más, acompañados por cientos de melillenses que arroparon a sus sagrados titulares a su salida en la plaza de toros.
Sobre las ocho y cuarto de la tarde se abrían las puertas de la Mezquita del Toreo y Nuestro Padre Jesús Nazareno se dejaba ver ante los fieles que esperaban con anhelo su salida. Muy puntual, la cruz de guía iniciaba el cortejo procesional seguido de la comitiva formada por los nazarenos, mantillas y otras autoridades de la hermandad.
La Agrupación Musical del Nazareno entonaba las primeras notas del himno nacional mientras con sumo cuidado los portadores hacían bajar el trono de misterio de Jesús Nazareno en su Dulce Nombre por las escaleras de la plaza de toros, en una maniobra costosa que levantó los aplausos de los melillenses que allí se encontraban.
Durante el recorrido, el Tercio Gran Capitán 1º de la Legión rindió honores al Nazareno, que también estuvo acompañado por agentes de la Policía Nacional de Melilla.
Unos minutos más tarde, comenzaba su estación de penitencia María Santísima de los Dolores. Esta imagen se encontraba en la calle esperando la salida de Jesús Nazareno.
El fervor de los fieles se dejó notar al paso de la Virgen. En completo silencio, lo único que se escuchaba era el repicar de las campanillas del palio y las órdenes del capataz, animando a los costaleros a sentir el honor de llevar a la Virgen en su costado. Junto a él, una pequeña capataz que no superaría los diez años de edad, pero que llevaba la Semana Santa en la sangre y que ayudaba a dar órdenes a los costaleros.
Tras el paso, el acompañamiento musical de la procesión lo puso la Banda Municipal de Melilla que entonó 'La Canción del Costalero', una marcha de Semana Santa dedicada a los costaleros y que más adelante entonaron.
El Regimiento de Artillería de Campaña Autopropulsado RACA 32 acompañó a María Santísima de los Dolores durante su estación de penitencia.
Uno de los puntos de mayor interés al comienzo de la procesión fue la curva de la calle Luis de Sotomayor con General Marina. La revirá de la Virgen despertó los aplausos de los melillenses que se encontraban en esta zona cámara en mano para inmortalizar este momento de emoción.
Afortunadamente no se cumplieron los pronósticos de la Agencia Estatal de Metereología que preveían vientos fuertes durante este Miércoles Santo. El tiempo ha respetado la salida procesional de los titulares de la Cofradía del Nazareno.