Un soldado del Tercio Gran Capitán de la Legión en Melilla, Francisco Mohamed, asegura que ha sufrido acoso tras pedir la reducción de jornada para poder cuidar de sus hijos pequeños.
En enero de 2020 fue destinado al Tercio y solicitó el permiso por lactancia porque su hijo menor no había cumplido aún los 12 meses y cuando este cumplió el año, pidió la reducción de jornada.
“Ahí no quieren que solicites la reducción” y critica que exijan una justificación para pedirla cuando es un derecho reconocido por la ley.
La reducción de jornada implica que el o la soldado que la solicite no sea enviado a las islas y peñones españoles en el norte de África, pues pasan allí un mes, irse de maniobras o hacer ‘Sábado de Legionario’.
Sobre esta última actividad, explica que cuando aún estaba con el permiso de lactancia, le obligaron a hacer un ‘Sábado Legionario’, por lo que tuvo que llevar a sus hijos al otro lado de la frontera cuando todavía estaba abierta para dejarlos con su mujer, la cual todavía no tiene la residencia para poder dormir en Melilla. No tiene a nadie en la ciudad que puede ayudarle a cuidar a sus hijos, solo a su madre enferma.
Los problemas para Francisco aumentaron cuando tuvo un encontronazo con un superior sobre el que asegura que le provocaba constantemente. Él, recalca, lo dejaba pasar, pues lleva 17 años en el Ejército y tenía más edad que su superior.
Sin embargo, durante una topografía, dice que este superior le obligó a llevar una piedra en la mochila durante todo el camino para darle más peso y cuando terminaron la actividad, mientras Francisco dejaba sus cosas en la taquilla, el superior ordenó a otro soldado que cogiera la mochila de Francisco y la perdiera.
Habiéndose calentado ya la situación con el asunto de la piedra, Francisco dice que explotó y tuvo una discusión con dicho superior sin llegar a más. Este encontronazo tuvo lugar en febrero de 2020, apenas un mes después de haber llegado, y ha acabado en un juicio cuya sentencia de septiembre de 2021 ha absuelto a Francisco.
En varias ocasiones durante la entrevista, él afirma que recibir ese tipo de maltrato no está recogido en ninguna directriz y que él ya llevaba demasiados años en el Ejército para “aguantar” el acoso de alguien mucho más joven que él y con menos años ahí dentro.
Sin embargo, Francisco asegura sentir “rabia”. Según Francisco, el superior cambió su versión en el juicio: en el parte militar dijo que el acusado le insultó y luego en el juicio aseguró que le había agarrado de la camisa y esta “mentira probada” no ha tenido consecuencias para esta persona.
Los testigos que fueron al juicio negaron que vieran a Francisco agarrar a su superior de la camisa, excepto uno. Sobre el único testimonio incriminatorio, la propia sentencia señala que éste declaró que “lo agarró unos segundos” imitando el gesto. A la Sala le llamó la atención “la escasa entidad y duración del gesto”. La sentencia expresa que “la declaración de este testigo de cargo efectuada en la instrucción se difuminó hasta el punto de anular el sentido incriminador que tenía”.
A Francisco le suspendieron de sus funciones, lo que significa que ha estado cobrando durante meses poco más de 400 euros con dos hijos a cargo; se tuvo que buscar un empleo complementario para poder pagar el alquiler y todos los gastos.
Siéndole la sentencia favorable, le han devuelto todo lo que no cobró y este viernes 19 de noviembre fue publicado en el Boletín Oficial de Defensa la reincorporación al mismo puesto en el que estaba, un hecho que le preocupa. Señala que tras el encontronazo de febrero, lo enviaron a otra sección donde no tuvo problema alguno y ahora tiene que volver al puesto donde empezaron sus problemas.
Otro asunto que le preocupa es que da por seguro que no le renovarán el contrato actual que tiene. Lleva 17 años con contratos prorrogados y tras esta situación, tiene por seguro que perderá su empleo a pesar de quedar demostrado que es inocente. Para concluir, asegura que un mando superior le aseguró que “si Franco estuviera vivo, te habrían pegado un tiro” por haber creado esta situación.
El presidente de la Asociación Profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas (ASFASPRO), Miquel Peñarroya, ha explicado que sus socios no han tenido problemas relacionados con el acoso, pero señala que sí es cierto que tienen casos en los juzgados porque sus socios de Ceuta y de Melilla han denunciado que les han reducido el complemento de residencia por haberse pedido la reducción de jornada.
Ahora mismo, están pendiente de una sentencia del Tribunal Supremo que sentará jurisprudencia para aclararlo. De todas formas, Peñarroya afirma que han tenido sentencias a favor.
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