Los sindicatos defienden que las clases presenciales se mantengan todo lo posible, pero ya tienen dudas de que las condiciones en las que están los docentes y los alumnos sean seguras. Demandan que si siguen las lecciones en las aulas, se haga con garantías, es decir, cubriendo las bajas de los docentes y asegurándose de que los profesores y alumnos que se incorporan han pasado el virus, porque si pasan diez días y no tienen síntomas, vuelven a los centros sin esa confirmación de una prueba.
Fue la semana pasada cuando el presidente de la Ciudad, Eduardo de Castro, y el Sindicato Médico solicitaron el cierre de los centros.
SATE-STEs explicó a El Faro que es partidario de que se mantengan las clases presenciales todo lo posible, pero también plantea si las condiciones actuales de algunos centros hacen que sean espacios seguros. Está a favor de las clases presenciales, pero las medidas sanitarias de no repetir las PCR si con el paso de 10 días no hay síntomas hace que vuelvan a los centros educativos alumnos y docentes sin saber con seguridad si han superado o no el virus.
“Están jugando con fuego”, aseveró el sindicato si no hay una seguridad sobre si estas personas tienen el coronavirus o lo han superado. Por ello, cree que se tendrían que haber cerrado más centros o aulas por este motivo.
Por su parte, CSIF Educación explicó que desde el Ministerio de Educación se indica que los trabajadores y los alumnos están en un entorno seguro, pero se desconoce la tasa de contagios que hay en los centros porque son datos que debe facilitar Salud Pública y no se hace de forma segregada.
También remarcó el sindicato que para que sean espacios laborales más seguros habría que hacer test en Primaria y la ESO de forma más frecuente y cubrir las bajas más rápido de lo actual.
En este sentido, remarcó que hay más dilación cuando la persona está en cuarentena y precisa de un refuerzo de personal para que otros docentes no tengan que hacer guardia con grupos que no les toca y romper así los grupos burbuja que hay en los centros o bien que haya alumnos sin clase.
En cuanto a si los centros están preparados para iniciar las clases online, CSIF Educación afirmó que tienen la obligación de utilizar un sistema que se cae y una base de datos que da fallos. Además, comentó que hay niveles como los de Educación Infantil y hasta tercero de Primaria donde es más complicado adaptar las clases.
Por otro lado, desde la Federación de Enseñanza de UGT se hizo hincapié en que debe garantizarse la seguridad para los trabajadores de los centros y los alumnos, aunque defienden la presencialidad de las clases siempre que se pueda.
El sindicato comentó que se aumentó el número de docentes con el ‘grupo Covid’, pero los confinamientos por contacto hace que falte personal en muchos centros.
FETE-UGT afirmó la dirección provincial intenta ser ágil en la sustitución, pero los grupos burbuja no se pueden mantener por la falta de docentes y otros profesores que no les toca tienen que vigilar a los estudiantes que se han quedado sin maestro.
Con el aumento de la presión asistencial, los resultados de los test están llegando muy tarde, añadió. De esta forma, apuntó que una maestra se fue a casa con síntomas un viernes y hasta el siguiente no le dieron los resultados. Casi han pasado los 10 días y no se ha avisado ni a sus contactos ni a los compañeros de trabajo y los alumnos. No hubo síntomas, pero quizás algunos son portadores del virus.
Pero también comentó que son las autoridades sanitarias las que deben determinar si los centros son un foco de contagio, que por ahora no lo son, y si es preciso hacer ese parón en las aulas a nivel presencial.
Por último, ANPE destacó que con la situación sanitaria actual hay que escuchar a los sindicatos de sanidad en lugar de centrarse en temas educativos. Indicó que ellos lo tienen claro y piden el cierre de los centros.
Aseveró que no se trata de que los institutos y colegios sean centros de contagio, sino que se generan muchos movimientos y comunicaciones entre las personas. Hay institutos que han adoptado ya la medida de no dar recreo a los alumnos para evitar que salgan del centro y se reunan en grandes grupos o con personas del exterior porque dentro de los centros sí que hay seguridad.
ANPE propone el cierre durante 15 días de los centros educativos para ver si bajan o no los contagios. También lamentó que se está tardando ahora mucho tiempo en dar los resultados de los exámenes a los docentes y no saben si son positivos y se avisa tarde a los contactos. Parar ahora puede ayudar a reducir la presión asistencial, añadió el sindicato.
Pero frente a las otras opiniones de los sindicatos de Educación hay dos muy contrarias entre sí, como son las de la Federación de Enseñanza de CCOO y la de la Federación de Enseñanza de USO. Los primeros apuestan por seguir con las clases porque no ven que haya contagios masivos en las aulas y los segundos reclaman todo lo contrario.
CCOO cree que no hay datos objetivos para que se hable del cierre de los centros educativos. Se pregunta cuáles son las cifras que manejan el Sindicato de Médicos o el presidente de la Ciudad para demandar que se clausuren los colegios e institutos. Cree que han lanzado las campanas al vuelo de forma muy alegre cuando no hay, hasta ahora, contagios masivos en los centros educativos y se están aplicando los protocolos para evitarlos. El sindicato afirmó que hay contagios en los colegios y en los institutos como en otros ámbitos, pero no hay una trasmisión comunitaria y no se puede achacar todos esos positivos a los centros. Subrayó que según los datos que tienen los directores de los centros nada hace pensar ahora mismo que sea necesario confinar a los alumnos y docentes. Además, se preguntó por qué se hacen esas declaraciones desde la Ciudad o el Sindicato Médico sin un respaldo de cifras o justificación detrás.
Por otro lado, la Federación de Enseñanza de USO aseveró que, “aunque llega algo tarde esta reacción por parte del presidente, valora positivamente la propuesta de cerrar los centros educativos de la ciudad, que debería efectuarse cuanto antes teniendo en cuenta la situación tan grave que padece Melilla desde el punto de vista sanitario”. FEUSO aseveró que ya la pasada semana hizo esta misma propuesta. “Además, ya en septiembre, cuando empezaba a aumentar el número de contagios, también propusimos en una de las reuniones con el director provincial el atraso del inicio del curso académico. La seguridad de los docentes y del alumnado debe ser lo primero”.
Por otro lado, señaló que, aunque la existencia de un doble turno de clases favorece las medidas de seguridad dentro de las aulas al verse notablemente reducida la ratio, provoca, por otro lado, una gran movilidad dentro de la ciudad que en estos momentos debería evitarse. “Cada día son más las voces que estamos a favor del cierre de las aulas, tal y como ha indicado, entre otros, el Sindicato Médico. Consideramos necesaria la suspensión de las clases presenciales al menos durante 15 días como medida de choque para bajar la curva ascendente de contagios y fallecidos”, subrayó el sindicato.
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