Sin mala fe

El Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 de Melilla ha estimado el recurso interpuesto por Coalición por Melilla contra la Junta Electoral de Zona provincial y admite la proclamación de la candidatura a las autonómicas del partido de Mustafa Aberchán.

La sentencia deja claro que no hubo mala fe en la decisión de la Junta Electoral, pero recuerda el deber legal de la Administración de colaborar con las candidaturas para que éstas puedan subsanar los errores que se presenten de manera que no se obstaculice el derecho al sufragio activo.

Coalición por Melilla hizo una lista que no se ajustaba a la Ley de Paridad. La Junta Electoral de Zona le dijo que la subsanara en 48 horas. CpM lo hizo, pero la subsanación no fue correcta porque los candidatos del 11 al 15 eran todos hombres y del 16 al 20, la mayoría eran mujeres. La ley dice que en tramos de cinco candidatos debe haber al menos un 40% de representación de uno de los dos sexos.

Como el error persistía, se lo notificaron por e-mail al partido de Aberchán a las 20:46 horas del 29 de abril y a las 23:57 de ese mismo día, cuando acababa el plazo establecido por la ley, CpM envió la lista definitiva. Esta vez con las correcciones bien hechas.

La Junta Electoral de Zona no admitió la lista subsanada por el partido de Aberchán en tiempo de descuento y no proclamó la candidatura, obligando a Coalición por Melilla a recurrir a la vía Contencioso Administrativa.

Finalmente el juez le ha dado la razón. La sentencia no admite recurso y, por tanto, la candidatura de CpM es válida y estará en las elecciones autonómicas del próximo 26 de mayo.

Sin quererlo, la Junta Electoral de Zona ha movilizado al partido de Aberchán, despertando los fantasmas del ‘nos quieren enterrar’ y no estamos muertos.

No sé si había necesidad de llegar hasta aquí. Tampoco sé si con los callos que tiene Mustafa Aberchán en las manos de hacer listas electorales era necesario presentar la subsanación de un error tres minutos antes de las campanadas, tentando a la suerte. Ya conocemos la advertencia del hada madrina a Cenicienta: a las doce, la carroza se convierte en calabaza.

La decisión de la Junta Electoral de Zona de no admitir la candidatura de CpM y la volcánica respuesta de Aberchán han calentado los motores, pero gracias a Dios, sólo en las redes sociales donde siempre son los mismos los que hablan, protestan y deciden quién debe decir qué y dónde.

A pie de calle, la ciudad estaba tranquila, aunque hablando a toda hora del resultado de las elecciones del 28M. En Zara, por ejemplo, me encontré una vecina de Melilla preocupadísima porque no había ganado Ciudadanos en las generales y daba por hecho que no habrá tarjeta sanitaria única.

También le preocupaba un posible gobierno de Podemos y PSOE por temor a que la izquierda radical de Pablo Iglesias cumpla su promesa y obligue a los propietarios de más de diez viviendas a alquilar a precios sociales.

De momento, Pedro Sánchez se ha encargado de echar un cubo de agua fría a las aspiraciones de Iglesias de ser ministro. Pero aquí no hay nada seguro hasta que se conforme el Gobierno.

A la gente, a pie de calle, le importa el futuro político de nuestro país. Las redes sociales echan chispas, pero no hay tensión social. Sería bueno que nos dieran la oportunidad de tener la fiesta de la democracia en paz. Ya basta.