Siguen faltando portadores para la Cofradía del Humillado

La Cofradía de nuestro Padre Jesús Humillado y María Santísima de la Piedad sigue necesitando portadores para sus tronos. La hermandad continúa haciendo un llamamiento a todos los melillenses de fe que quieran participar en el mantenimiento de las tradiciones de Semana Santa para que colaboren de manera que los sagrados titulares estén en las calles melillenses el Martes y el Viernes Santos.

Fuentes de la cofradía han cifrado entre 25 y 30 el número de personas que se precisan para que tanto Nuestro Padre Jesús Humillado como María Santísima de la Piedad puedan procesionar. Cada uno de ellos requiere de medio centenar de portadores. Ninguno de los dos ha alcanzado ese número.

Si no se alcanzara la cifra óptima de portadores, ambas tallas se verían obligadas a permanecer en su templo, la iglesia Castrense, algo que consideran “espantoso” por lo que implica de pérdida de la tradición.

La esperanza está puesta no solo en el sentido semanosantero de los melillenses sino también en los estudiantes que habitualmente colaboran con esta cofradía y que en estos próximos días regresan a la ciudad. Nuestros datos apuntan a que hay personas que se van apuntando para sacar los tronos pero se hace “a cuentagotas”, si bien la actitud entre los cofrades es de optimismo porque entienden que, al final, se llegará al número de portadores necesarios y los tronos saldrán para sus estaciones de penitencia.

Desagravio

Por otro lado cabe destacar que la procesión del Martes Santo se inicia con la proclamación del “desagravio” en la puerta de la Castrense, justo a la salida de Nuestro Padre Jesús Humillado. Este año la responsabilidad de llevar a cabo ese acto es Maripi Castellanos, una mujer muy ligada a la Semana Santa melillense y a la Congregación de Nuestra Señora de la Victoria, Patrona Coronada de la ciudad.

El “desagravio” consiste en una disertación a través de la cual se pide perdón a Jesús por el calvario y las torturas a las que fue sometido antes de ser crucificado. Cada año se elige a un ciudadano para que escriba y protagonice este acto, uno de los que más personas congrega en los aledaños de la iglesia durante la salida del Humillado.