Sigue en pie la denuncia contra Inmusa

No hubo acuerdo el martes pasado entre Comisiones Obreras y parte del Consejo de Administración de Inmusa tras el acto de conciliación celebrado en Las Torres. La denuncia sigue adelante en el Juzgado de Lo Social por más que alguno de los afectados vaya diciendo por ahí que ha sido retirada. El sindicato dirigido por Paco López en nuestra ciudad ha denunciado a Mohamed Mohand Mohamed; Hayda Ramos y Mohamed Bussian, integrantes de la Comisión Paritaria de Vigilancia, Estudio e Interpretación del convenio Colectivo de Inmusa (CIVE), por una presunta vulneración de los derechos fundamentales de los trabajadores. El gerente de la Televisión Pública de Melilla, Yeray Díaz, debió informar a la CIVE de que el representante de la sección sindical de CCOO quería participar en la reunión celebrada por este órgano el pasado 25 de junio, pero lo cierto y verdad es que Comisiones no estuvo presente. Tenía derecho a acudir; lo solicitó y no le convocaron. En el acto de conciliación Mohand, presidente del Consejo de Administración de Inmusa, reconoció que la sección sindical tiene derecho a participar, aunque no vote, en estas reuniones, pero se negó a repetir la última CIVE. Comisiones, por su parte, defiende que al no permitirles acudir a esa reunión, todos los acuerdos alcanzados en ella son nulos. Con las posiciones enconadas en rincones bastante alejados, desde Inmusa se han propuesto seguir con la negociación, pero mientras se llega o no a un acuerdo, la denuncia sigue su curso. No ha sido retirada y quien diga lo contrario, miente, según explicaron a El Faro fuentes sindicales. Ese mismo día se celebró un Consejo de Administración en la RTVM que fue de todo menos una balsa de aceite. Aparte de esta demanda en el juzgado de lo Social, CCOO también ha denunciado a Inmusa ante la Inspección de Trabajo por supuestos cambios de puestos de trabajo en la tele pública de Melilla sin atender ni respetar categorías ni horarios. Estas cosas pasaron en tiempos del PP y los socialistas creían que al presuntamente converger ideológicamente con los sindicatos, iban a mover ficha sin que les tosieran. Pues no ha sido así. Sólo llevan un año en la tele y ya llevan para adelante dos denuncias y las dos de Comisiones Obreras. Fuentes sindicales aseguran a este diario que reivindican, como han hecho siempre, la calidad del empleo y al respeto al convenio colectivo por parte de los representantes políticos. Pero al parecer, Yeray Díaz intenta aplicar medidas de la empresa privada en un ente público. No conoce la pista en la que corre y en la primera curva se ha salido. Y no porque no sea de Melilla. Conoce el patio muy bien. En mayo de 2015 la Fiscalía pidió a un grupo de militantes socialistas, entre los que se encontraba él, entre 5,5 y 9 años de cárcel en el ‘caso Voto por Correo’, pero finalmente él demostró su inocencia y aquello quedó en nada. Ha pasado tiempo fuera de la ciudad y ha regresado por la puerta grande, creyéndose el rey del mambo ‘number five’. No sabe cómo se las gastan en CCOO. A partir de ahora, lo normal es que desde el Consejo de Administración de Inmusa hagan un esfuerzo e intenten alcanzar el consenso y respetar los derechos de los trabajadores. Si por algo muchísimos españoles quieren ser funcionarios y se preparan para trabajar para la Administración, es porque las condiciones laborales son infinitamente más respetuosas que las de la empresa privada. Todo es mejorable, siempre y cuando se respete el convenio colectivo, que para algo está. En las televisiones públicas, un montador monta, un redactor redacta y un grabador graba. Buscar rentabilidad a costa de los ‘hombres (y mujeres) orquesta no debe ser nunca el objetivo de un político que esté al frente de un ente público. Y se preguntará Yeray Díaz, por qué esta humilde periodista le da el desayuno de vez en cuándo. Digamos que es una labor pedagógica. Es una manera civilizada de pedirle a un joven político, que sueña con representarnos en el Parlamento Europeo, más respeto para la prensa. No sólo para mí. Para todo el gremio. PD: Nadie pide perdón por mis artículos. Nadie lo ha pedido y quien diga lo contrario, miente. Esas disculpas sólo están en la imaginación fantasiosa del algún irresponsable político. Mis opiniones son mías. Son las jabalinas con las que deportivamente me propongo hacer justicia. Al menos lo intento.