Laura Segura: "Para ser víctima de violencia de género el único perfil que existe es ser mujer"

En este 2024 se han registrado nueve víctimas de violencia de género, elevando a 26 las mujeres asesinadas en lo que va de año.

Las cifras lejos de estancarse se incrementan con la llegada del verano. El hecho de pasar un mayor tiempo de convivencia se postula como uno de los factores de esta subida.

Para reflexionar acerca de estos datos y profundizar en las políticas que el Gobierno socialista pone en marcha en la Ciudad Autónoma, El Faro habla con Laura Segura, jefa de la Unidad de Coordinación contra la Violencia de Género.

“Tenemos que pensar que la violencia de género a la que asistimos es sólo la punta del iceberg. Es cierto que la sociedad se conmueve y remueve cuando tenemos victimas mortales, pero la violencia de género hacia las mujeres y sus niños y niñas está escondida. No estamos hablando sólo de la violencia de género en el ámbito de la pareja sino que hacemos referencia a violencias como la sexual, la trata de mujeres, con fines de explotación sexual, o la mutilación genital”.

De ahí que Segura apueste por la prevención: “tenemos que priorizar la implicación de toda la sociedad y la concienciación del entorno de la víctima. En la mayor parte de los casos son las víctimas las que interponen la denuncia lo que se traduce en un 70%. Sin embargo, el resto de la sociedad actúa en pocas ocasiones. Tenemos que ser las manos amigas que acompañen a las víctimas”.

Desde 2003 se tienen registros del número de mujeres asesinadas y la cifra asciende a 1.270: “los huérfanos son también parte de esa violencia estructural que a veces no recordamos. Este 2024 se registran 17 huérfanos, 450 desde el 2013. Después los menores son víctimas directas de esa violencia de género. Son muchos los menores que viven en casa esta violencia en sus propias carnes”.

Respecto al número de denuncias contabilizadas en Melilla, Laura Segura explica que: “estamos estabilizados en cuanto al número de denuncias con el que cerramos 2023. Habíamos tenido años, en los que se reducían las denuncias, fundamentalmente, tras la pandemia. He intentado explicar que esta disminución no respondía a la disminución de la violencia sino a un cambio de las circunstancias. Lo que estamos viendo ahora es que los datos se están retomando. Así que cerramos el primer trimestre del 2024 con 67 denuncias. Los datos van a variar porque entramos en meses más complicados”.

Melilla es una ciudad especial en muchos aspectos, pero estas peculiaridades no revierten en un perfil diferente de víctima: “tenemos un porcentaje muy alto que son madres, pero es el que se baraja en el resto de España. Respecto a las edades, la horquilla se sitúa entre los 24 y los 40 años de edad, pero sólo tenemos el grueso de las víctimas que denuncian. Lo que tenemos claro es que las mujeres cuantos más años llevan en situaciones de violencia más difícil es que denuncien, y también nos sucede con las menores. Ser víctima de violencia de género es el único perfil al igual que el del agresor es ser un hombre machista”.

Las situaciones distintas que se pueden ver en Melilla son aquellos casos de mujeres que puedan estar en situación irregular y que no hayan conseguido una sentencia condenatoria. Al no adquirir esa sentencia condenatoria no tienen derecho de permiso de residencia y trabajo como mujer víctima de violencia de género: “existe la posibilidad del título habilitante de violencia de género que no es sólo para víctimas de violencia de género en el ámbito de la pareja sino también para mujeres en contexto de prostitución, en situación de explotación o trata que les permite acceder a casas de acogida o a rentas activas".

Una situación que se complica en el caso de las mujeres en situaciones irregulares: "existe esa traba al chocar con la situación documental en el caso de no probar la situación de violencia. En caso de probarla tienen una serie de derechos adquiridos en materia de extranjería y, por lo tanto, la situación es menos complicada”.

En el año 2021, el Ministerio de Igualdad puso en marcha el Punto Violeta, “un instrumento no sólo a disposición de las víctimas sino de toda la sociedad para que actúe. Los Puntos Violeta se instalaron en universidades, hospitales y establecimientos hosteleros”.

Precisamente esta semana, Segura mantuvo en Melilla una reunión con representantes del sector hostelero para animar a que sean más los locales que se adhieran a este espacio: “la Delegación del Gobierno se compromete a llevar a cabo la formación en el sector de la hostelería y ocio nocturno, acompañada por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”.

En la actualidad, Melilla pone a disposición de las víctimas tres recursos habitacionales, uno de ellos el de emergencia: “los tres recursos dependen de la Consejería de Igualdad y son gestionados por Cruz Roja y Mujeres en Igualdad. El recurso de Mujeres en Igualdad son pisos, y después hay un tercer recurso que no es sólo para violencia en el ámbito de la pareja sino para otras formas de violencia. Todos los recursos son necesarios y necesitamos seguir ampliando los recursos habitacionales e incluso extenderlos a pisos de independencia”.

Lejos de menguar, las cifras de víctimas de violencia de género aumentan todos los años. De ahí que la prevención juegue un papel muy importante: “el papel de la coeducación en la igualdad es fundamental. Hay que educar a niños y niñas desde edades tempranas. Ésta es la verdadera prevención de la violencia de género. Sólo acabando con una cultura machista y patriarcal podemos terminar con la violencia de género”.

Desde la Delegación del Gobierno, en paralelo con las políticas del Gobierno de España, optan por la información, tanto en Primaria como en Secundaria o Formación Profesional: “todos los trimestres ofertamos formación en materia de igualdad, prevención de la violencia sexual y de la violencia de género. Por otra parte, desde la Unidad de Violencia de Género se pone en marcha un Plan Director dependiente del Ministerio del Interior”.

Laura Segura afirma que “todos los años ofrezco charlas en cuarto de la ESO. No podemos olvidar que puede haber chicas que sufran violencia de género, o chicos y chicas que la viven sus casas. Hay que explicarles a los menores que la pornografía es violencia, no ficción”.

Segura tiene muy claro que la prevención es el pilar prioritario para que las estadísticas de mujeres asesinadas bajen y seguirá apostando por la coeducación contra viento y marea: “lo digo todo el año, a pesar del negacionismo, que cada día vez tiene más altavoz, e incluso altavoces políticos de la negación de la violencia de género que cuestionan las políticas de igualdad”.