La entidad reconoció ayer el apoyo de Joyas Victoria y la labor de voluntarios y socios.
Son seis personas normales y corrientes. Son gente sencilla. No buscan el reconocimiento de nadie ni les interesa presumir de sus bondades. Pero ayer Cruz Roja quiso agradecerles su colaboración. Sin su aportación económica y sin su ayuda como voluntarios la entidad no podría llevar a cabo sus proyectos. Sin estas seis personas no se podría ayudar a las mujeres que son víctimas de violencia machista, no se atendería a unos 200 niños que no tienen alimentos para desayunar a diario ni se atendería a los inmigrantes que acaban heridos cuando entran por la valla fronteriza. Estas seis personas que forman parte de Cruz Roja son Nabila Buzzian, Ali Hamadi, Vicente Domenech, Teresa Segura, Juan Ríos y Joyas Victoria.
El responsable de voluntariado de Cruz Roja, Enrique Roldán, explicó ayer a El Faro que todos los años la entidad organiza un acto para homenajear a los voluntarios y a los socios. Como no se puede dar las gracias de forma individual a cada uno de los que forman parte del equipo, invitan a los voluntarios a esta ‘gala’ y escogen de entre ellos a unos pocos para ofrecerles un reconocimiento más concreto. También realiza este homenaje con personas que llevan más de 20 años siendo socios de la entidad, es decir, que colaboran económicamente con la institución en Melilla para financiar los programas de ayuda social.
Las almas de Cruz Roja
Los voluntarios escogidos fueron Buzzian, Hamadi y Domenech, aunque este último no pudo asistir al acto y fue su hija a recoger este galardón. Roldán resaltó que este año ha sido “muy duro” para los voluntarios.
El responsable de voluntariado de Cruz Roja destacó que se ha incrementado el número de familias que piden ayuda a la entidad y además, la fuerte presión migratoria ha hecho que durante muchos días los voluntarios sanitarios de Cruz Roja estuvieran a pie de valla atendiendo a los inmigrantes heridos al intentar entrar en España por el perímetro fronterizo.
Los voluntarios son el alma de Cruz Roja. Ellos ponen su manos para poder ejecutar todos y cada uno de los programas de ayuda social que se llevan a cabo en Melilla. No se podría atender a tantas familias que recogen las bolsas de desayuno para sus hijos, si no se contara con ellos. Tampoco se atendería igual a las personas sin techo que todas las semanas visita el grupo de voluntarios para comprobar que tienen mantas, algo de comida y que no están enfermos.
El motor de la entidad
Las otras tres personas que recibieron ayer este reconocimiento se merecen el homenaje porque llevan más de 20 años donando dinero para las actividades de Cruz Roja. Roldán señaló que sería imposible que la entidad pudiera sobrevivir sin la aportación de los socios.
Los galardonados, Teresa Segura, Juan Ríos y Joyas Victoria, recibieron un premio de Cruz Roja por su solidaridad. El dinero que destinan estas personas y la empresa local a la entidad permitió atender, por ejemplo, la gran demanda de material escolar que se produjo en septiembre con el inicio del curso escolar. La aportación de estos socios ayudó a la compra de libretas, estuches y carteras para las decenas de niños de Melilla cuyas familias no tenían recursos económicos para poder hacer esta compra de materiales.