Seguimundo Navarro: "Sería muy beneficioso que la Corte Hispano Marroquí ayudase a diluir las trabas en el tráfico comercial”

El Club Rotary celebró este lunes una ponencia que corrió a cargo de Seguimundo Navarro, licenciado en Derecho con especialidad en Asesoría Jurídica de Empresas por la Universidad Pontificia de Comillas (ICADE) y diplomado en Arbitraje por la Swiss Arbitration Academy (ArbP) y por el Instituto de Empresa, además de miembro del Chartered Institute of Arbitrators (MCIAarb) y ex secretario general y actual vocal de la junta directiva del Club Español e Iberoamericano del Arbitraje (CEIA).

Navarro empezó trabajando como abogado en casos de arbitraje dentro del mundo jurídico, pero una “vez que valore mis circunstancias particulares dentro del sector, me pareció una buena opción dedicarme al arbitraje en exclusiva como árbitro”.

Un camino que no fue fácil para Seguimundo: “es una larga y dura trayectoria porque para que te nombren como árbitro en el mercado tienen que reconocerte como un profesional de grandes cualidades dentro de una materia".

No en vano, en Europa, España, Reino Unido, Suiza y Francia son los países más avanzados en arbitraje, aunque en nuestro país no es un sistema tan común como, por ejemplo, en Sudamérica: “podríamos trazar la línea entre los países de derecho común, anglosajones en su mayoría, y los de tradición civilista, provenientes de sistemas de derecho romano. Los primeros basan sus sistemas legales en los precedentes jurisdiccionales, en las sentencias judiciales, y los segundos tenemos normas codificadas, como nuestro Código Civil. Por tal motivo, era más normal que el desarrollo del arbitraje fuera más acelerado en los países de tradición anglosajona. Hoy, eso ha cambiado”.

Aunque Reino Unido o Suiza se postulan como los países con mayor tradición arbitral lo cierto es que España no le va a la zaga: “cada vez estamos más enfocados a ello. De hecho hace ahora cinco años se fundó el Centro Internacional de Arbitraje de Madrid que se alzó gracias a la generosidad de las tres grandes cortes que había en ese momento en España, que eran la Corte Española de Arbitraje, la Corte de Arbitraje de Madrid, y la Corte Civil y Mercantil de Arbitraje, que era absolutamente privada, con la colaboración esencial del Colegio de Abogados de Madrid”.

“No podemos decir realmente quién fundó el arbitraje, por decirlo de alguna manera, pero sí que fueron las relaciones comerciales internacionales y, probablemente, los países en los que que tuviera mayor relevancia el tráfico marítimo fueron aquellos que empezaron a utilizar el arbitraje como método de resolución de conflictos porque, sobre todo lo que querían, era una decisión rápida por personas especializadas acerca de cuestiones como si tenían que comprar o vender a un precio u otro".

La rapidez es clave a la hora de que las empresas se decanten por esta clase de arbitraje y decidan no ir a juicio, ya que puede suponer años de espera e incertidumbre que pueden tener un impacto en la cuenta de resultados: “es cierto que las partes implicadas tienen que pagar por acudir a un sistema privado de resolución de conflictos, pero haciendo cuentas les compensa porque los trámites son mucho más abreviados que en la justicia ordinaria. Por eso, el arbitraje no está indicado para cuestiones menores,aunque existen procedimientos abreviados, más económicos”.

 Con Navarro hablamos sobre el arbitraje en los conflictos, un ámbito sobre el que todavía existe mucho desconocimiento pese a ser uno de los métodos más utilizados para resolver problemas entre empresas, tal y como explica a El Faro, Seguimundo Navarro: “los conflictos se pueden resolver de dos formas. O de forma autocompositiva o heterocompositiva. El primero de los modelos correspondería a la mediación, negociación o conciliación donde las partes llegan a un acuerdo por sí mismas. Sin embargo, en el arbitraje es un tercero el que resuelve esa controversia”.

Hace años, a este método se le consideraba alternativo a la jurisdicción, “ahora ya no decimos ni siquiera que es alternativo a la jurisdicción sino que es complementario. Complementa al ámbito judicial en aspectos en los cuales la ley permite que los temas se puedan someter al arbitraje”.

¿Pero, dónde se usa principalmente el arbitraje?: “el arbitraje se utiliza sobre todo en ámbitos internacionales porque normalmente a una empresa de un país no le gusta someterse al sistema jurídico de otro país, ni a sus órganos jurisdiccionales. Después también hay materias en las que, por su grado de especialización, se recomienda el arbitraje. Hacemos referencia al petróleo, el gas o la construcción de grandes infraestructuras porque aunque en España tenemos un sistema judicial extraordinariamente bueno sobre todo para los recursos económicos de los que dispone, entre las mayores ventajas que otorga el uso del arbitraje están la especialización de los árbitros y su disponibilidad”.

Aunque, el sistema judicial no sale muy bien parado en las valoraciones de los españoles, lo cierto es que Navarro deja claro que “una cosa es la política y otra la Justicia. Los jueces en España técnicamente están muy bien preparados, pero carecen de tiempo suficiente para dedicar a sus asuntosla avalancha de asuntos que tienen que atender cada año. En Melilla iniciaron más de 14.000 asuntos en 2013, que se repartieron por materias entre los 15 juzgados existentes, y se resolvieron más de 11.000. Entonces, cómo van a dedicarle el tiempo suficiente”.

En el caso de Seguimundo Navarro, la realidad es muy diferente: “yo como máximo, tengo 10 casos a la vez. De hecho procuro mantener un tope para dedicar el tiempo debido a cada caso. Tras estudiar lo que me presentan ambas partes por escrito y celebrar, en su caso, una audiencia de prueba testifical y pericial, emito un laudo al respecto”.

La celebración de un arbitraje suele hacerse en un espacio neutral entre los representantes de cada empresa, todos los que quieran o consideren convenientes, y el tribunal arbitral, ya esté formado por un árbitro o por varios: “lo recomendable es que siempre haya algún jurista para que pueda dar una forma legal a las decisiones y pueda estructurar el procedimiento”.

Seguimundo Navarro realiza sesiones de arbitraje en París, Lima u otros países, lo cual no implica que la sede del arbitraje sea Madrid, Zurich, Singapur o incluso, por qué no, Melilla.

Hablando de este tema surge una reflexión, ¿podría interceder un árbitro en un conflicto como el de la aduana entre melilla y Marruecos?: “el arbitraje no está indicado para cuestiones diplomáticas, pero sí que puede ayudar a que las relaciones comerciales sean más fluidas. Existe la Corte Hispano Marroquí de Arbitraje. Es una institución que nació en 2006 a iniciativa de un grupo de empresarios españoles que se pusieron en contacto con otros empresarios marroquíes. Sería muy beneficioso que la Corte Hispano Marroquí ayudase a diluir las trabas en el tráfico comercial entre los dos países”.

“Sin embargo, cuando hablamos del problema de la frontera ahí no está indicado el arbitraje, lo que sí podría ayudar es una mediación internacional. Por ejemplo, la Corte Permanente de la Haya cuenta con el Tribunal Irán - Estados Unidos para poder resolver las controversias entre ambos países”.

Respecto a los sectores en los que más trabaja, Navarro destaca los conflictos en el sector de la construcción, ingeniería y minería: “después abordamos otros, completamente diferentes, como los destinados a inversiones. Otro terreno en el que funcionan los arbitrajes son las compraventas internacionales. Es decir, encargo maquinaría a otro país y me llega con defectos.

Pese a que la resolución de conflictos se asemeja a la labor de un juez, Navarro es muy claro al respecto: "yo soy una persona que resuelve conflictos de forma privada. Jamás me atribuiría la condición de juez porque un juez tiene la 'potestas' y yo no la voy a tener si no pertenezco a la carrera judicial”.

Seguimundo Navarro es uno de los árbitros más laureados a nivel nacional e internacional dentro de una profesión que cada día se hace más necesaria por su eficacia y eficiencia.