El sector del transporte público ha sido uno de los grandes perjudicados de la pandemia, en concreto el del taxi. Las restricciones de movilidad y el cierre de la frontera han golpeado duramente a este sector que ha visto cómo en casi un año los trayectos en este servicio han llegado a caer más del 70%. El Faro ha hablado con Karim Mohamed, portavoz de la Asociación de Autónomos del Taxi de Melilla.
Aseguró que las restricciones de movilidad afectan al sector del taxi de manera totalmente directa ya que los tres focos más importantes de trabajo eran el aeropuerto, el puerto y la frontera. Todos se han visto reducidos pero el que verdaderamente significaba "un pulmón" para el transporte público era la frontera y ahora ha significado la eliminación de gran parte del tránsito y los servicios de taxi han descendido de manera notable. De hecho, ahora mismo no está operativa la parada de taxis de Beni Enzar porque ya no hay quien coja taxis desde ahí al no haber flujo de personas.
El descenso de los servicios del sector ha caído más de un 70%, aunque las cifras que se manejan son similares a las del sector en la península, explicó el portavoz de los taxistas. Aunque la diferencia es que en la península llegará el día en el que puedan volver todo a la normalidad cuando se vuelva a permitir la libre movilidad y el turismo, pero las ciudades autónomas tienen una problemática añadida que es el cierre de la frontera.
No son muy optimistas en cuanto a su apertura próximamente, y tampoco una vez se haya superado la crisis sanitaria. Mohamed indicó que la política actual de Marruecos es mantener cerrada la fronteras de Ceuta y Melilla, y esto supone un descenso laboral muy importante, ya que la Operación Paso del Estrecho traía muchas familias procedentes de la península y de países del resto de Europa que pasaban por Melilla y Ceuta para llegar a Marruecos a ver a sus parientes. Y aunque se diese el mayor volumen en los meses de verano, coincidiendo siempre con el mes de Ramadán, Karim Mohamed aseveró que el resto del año continuaba el flujo de estas "operaciones del Estrecho" que aunque no fuese tan considerable como en ese periodo estival, seguía siendo importante para el sector porque les traía muchas ganancias.
También venían vecinos de la provincia de Nador a hacer turismo por Melilla durante los fines de semana y muchos usaban el taxi para desplazarse hasta el centro pero ahora todo eso parece que se ya no va a ser posible. "Con la política de Marruecos ya no puede pasar ningún inmigrante marroquí por Melilla ni por Ceuta, ya tiene que ser directamente a los puertos o los aeropuertos de Marruecos, por tanto las pérdidas que nosotros vamos a sufrir a consecuencia de eso van a ser importantes", aseguró. Cree que esa política que restringe el paso por estas dos ciudades se va a extender incluso después de la pandemia del coronavirus.
La pandemia también ha hecho que muchas personas prescindan del transporte público por temor a los contagios, hay melillenses intentan hacer el esfuerzo de ir a recoger a sus familiares a la estación marítima o al aeropuerto cuando llegan a la ciudad desde la península. "Hacemos todo lo posible por buscar un hueco de tiempo porque es ir en transporte público y queda siempre el miedo porque es en un espacio cerrado, viajas con una persona desconocida, que en este caso es el taxista o en un autobús con el conductor y más personas", explicó Karim Mohamed, porque esa es la forma de proceder que tenemos actualmente para intentar garantizar que se eviten los contagios.
Aunque los taxistas también tratan de garantizar medidas de seguridad tanto a sus pasajeros como para ellos mismos, como la desinfección del vehículo de forma individual. El portavoz de la asociación explicó que a cada conductor se le ha marcado unas pautas a la hora de desinfectar sus vehículos, así mismo es obligatorio el uso de mascarillas, de gel hidroalcohólico, e incluso el mantenimiento de la distancia de seguridad.
Intentan que el cliente se distancia lo máximo posible del conductor, pero también si van dos personas estas se deben sentar en la parte trasera, cada una en un extremo; y si van tres, el tercer pasajero deberá sentarse en el lugar del copiloto con cuidado. "Esas son las medidas que podemos tomar, no podemos tomar más porque hay que tener en cuenta que el espacio físico en el que trabajamos es muy reducido", señaló.
Actualmente hay 60 licencias de taxi en la ciudad y el actual volumen de trato no campaña. El portavoz de la Asociación de Autónomos del Taxi de Melilla, Karim Mohamed, explicó que actualmente podrían pasar una hora o una hora y media entre las salidas de cada servicio para un vehículo. Desde el Gobierno local se les ha llegado a trasladar que 60 son demasiados coches para abastecer a la población de Melilla por ello se ha barajado incluso la opción de de reducir las licencias, pero lo principal es busca nuevos focos de trabajo.
Esta es una cuestión que se hace inminente ya que la frontera está cerrada y todo apunta a que podría continuar así. Reconoció que ya hay que olvidarse de es “pulmón” que supone la frontera y buscar otros vías para fomentar el uso de este transporte público. Mohamed sugirió trabajar con campañas de publicidad con las que se pudiera abaratar el precio de alguna forma el billete para el cliente. “Porque lo que interesa ahora es que se consuma, no que se queden parados horas y horas”, expresó. Para los taxistas los gastos de licencia son los mismos pero no generan las mismas cantidades de dinero que otros años sin la frontera y sin las temporadas clave como verano Navidad o la feria.
Como en casi todos los sectores económicos de Melilla, el turismo para el sector del taxi también podría ser un filón. Aunque ahora mismo con la pandemia todo va en contra. Por eso cree que el Gobierno debería a poner de su parte y en cuanto se pueda fomentar el turismo de la ciudad. Ahí entra la cuestión de facilitar pasajes asequibles para foráneos que vengan de la península, algo que podría garantizarse de alguna forma como por ejemplo con algún tipo de subvención que abaratase los billetes. “Nosotros siempre apostamos por esa idea porque la repercusión económica en el sector iba a ser de manera directa. Claro, vas a una ciudad que no conoces y el primer contacto que tienes es con el servicio público, taxis, autobuses, metro, lo que sea”, explicó.
Además, la idea de seguir fomentando Melilla como una ciudad deportiva también es algo que valoró de forma muy positiva, ya que el hecho de que se celebran jornadas deportivas y llegue gente a competir, o a ver las competiciones podría tener una repercusión económica directa.
Pero deberían estar preparados para recibir a esas personas que llegan de paso a nuestra ciudad. El colectivo lleva tiempo en conversaciones con las autoridades locales, y al igual que la COA, los taxis al ser también transporte público dependen de la Consejería de Medio Ambiente y Sostenibilidad, a este área han hecho varias demandas, que podrían ir desde la renovación de la flota de los coches por vehículos más sostenibles hasta la modernización del sistema de atención a los clientes para que el servicio pueda tener una centralita.
De esta manera la asociación y las autoridades locales están en conversación para tratar las mejoras en el servicio y también para encontrar colaboración en la búsqueda de nuevas vías de trabajo. Esperan poder trabajar con la Ciudad Autónoma de una forma más estrecha ya que la repercusión económica en el sector sería más directa. Y para eso hay que “poner mucho trabajo y mucho interés” para sacar a flote la ciudad entre todos.
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