Imagen: Cedida.
Este jueves arranca la primavera, una de las estaciones más polémicas del año. No en vano, hay personas que desean que los días sean más largos y otros prefieren los días más cortos e invernales. Pero si en algo coincide prácticamente el cien por cien de la población es que en primavera la sangre altera y a unos más que a otros con las reincidentes alergias.
Para hablar acerca de esta patología charlamos con el especialista en alergología Javier Dionicio quien nos adelanta que nos espera una primavera complicada: “se espera una estación intensa, difícil para los pacientes que ya están diagnosticados de alergia al polen. Un año más, el pronóstico de la polinización se adelanta y con ella los síntomas de alergia. Hay puntos clave de los que venimos hablando hace muchos años, tales como el cambio climático y las altas temperaturas en épocas en las que deberían ser más bajas”
Otros factores como la contaminación hacen que “los niveles de polen sean más elevados. A esto se añaden los niveles de lluvia que estamos teniendo en otoño que revierten en que en primavera la polinización sea alta. De todas formas, tenemos que esperar a las previsiones que nos dé la Sociedad Española de Alergología e Inmunología. Esta sociedad es la que tiene los recuentos de pólenes previstos, pero, en líneas generales, se espera una primavera intensa con síntomas severos por parte de los pacientes alérgicos”.
La alergia afecta por igual a hombres que a mujeres y no distingue entre edades, aunque “sí que es verdad que la herencia es un factor de predisposición que en el mundo de la alergia, se denomina atopia que es la predisposición genética para desarrollar un problema no sólo de alergia respiratoria sino de cualquier otra parte del ecosistema del cuerpo, tales como la alergia cutánea o la alimentaria. Es como cuando se dice: “somos el producto de nuestros genes y del medio en el cual nos desarrollamos”.
Lo que sí se percibe, actualmente, es la aparición de alergias en personas sin antecedentes. Son denominados como ‘debutantes’: “esta subida creciente va de la mano del aumento de pólenes en suspensión en el medio ambiente. Todo ello es producto, entre otras cuestiones, de la contaminación y producto del efecto invernadero, así como de los niveles elevados de partículas en suspensión o de la combustión de las partículas 10 que son las que hacen que los pólenes en suspensión permanezcan más tiempo en el medio ambiente. Entonces, las personas estamos cada vez estamos expuestas a más niveles. Siempre hemos estado expuestos al polen, a los ácaros, a niveles sostenidos de alérgenos medioambientales, pero cada vez esos niveles son más altos y llega un momento en que el umbral, que es el techo límite, en el que tu sistema de defensa, no puede compensar y se rompe”.
De ahí que cada vez, más personas que no eran alérgicas en los últimos años “tenemos muchos debuts de personas que tienen un fondo atópico porque el medio ambiente ha sido muy agresivo con ellos y su cuerpo no puede compensar los niveles”, señala Dionicio.
La sequedad ocular también se integra dentro de los síntomas propios del cambio climático: “a este factor se une al hecho de que dependamos de los dispositivos electrónicos. Hay también un dato que a la gente se le olvida y es que toda partícula en suspensión en el medio ambiente forma parte de la contaminación medioambiental. A algunas personas alérgicas les afectará esa parte que corresponde al polen, pero a las personas que no somos alérgicas tener que vivir, o convivir con un medio poluto también es una agresión ocular”.
Entre las recomendaciones de este alergólogo se hallan utilizar gafas de sol, no usar lentillas durante la época de máxima polinización para que la hidratación y el lavado ocular de la lágrima sea el correcto: “cuando el sistema de defensa de alergia en una persona atópica despierta, ésta causará efectos a nivel nasal, faríngeo, cutáneo, tendrá picores y síntomas que son globales a una persona denominada atópica”.
Algunos de estos síntomas se engloban dentro de la denominada astenia primaveral: “los síntomas de las personas que tienen una alteración de la calidad del sueño o en la alimentación son personas que acusan síntomas en otros órganos y situaciones de su vida”.
En estas fechas, el doctor Javier Dionicio empieza a recibir a los pacientes “reconocidos, pero están bien educados porque están prevenidos en el ámbito de la medicación y siguen unas pautas de cara a la primavera”.
Así que si empiezan a notar alguno de estos indicios no duden en ponerse en manos de un profesional.
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