Desde hace una década, los domingos se convierten en una invitación al descubrimiento de una herencia tan valiosa como desconocida para muchos: la historia de la comunidad judía sefardí en Melilla. Organizada por la Asociación Cultural Mem Guímel, la ruta sefardí recorre los hitos más representativos del legado judío en la ciudad, poniendo en valor tanto el patrimonio material (edificios, placas, sinagogas y cementerios) como el intangible (tradiciones, anécdotas y testimonios de vida) que durante más de siglo y medio han tejido la memoria colectiva local.
La ruta sefardí se celebra “casi todos” los domingos, si bien su programación puede variar según la demanda y la disponibilidad de los guías. Durante verano, por ejemplo, se ofertan rutas adicionales durante la semana para aprovechar el flujo turístico. Habitualmente, el punto de encuentro es la Plaza de los Aljibes de la ciudadela a las 10:30 horas. Para apuntarse, basta con enviar un correo a la Asociación Mem Guímel a través de sus páginas web, desde donde coordinan la inscripción gratuita de hasta 60 participantes por salida.
La ruta nace de un minucioso trabajo de investigación liderado por la doctora María Elena Fernández Díaz y el historiador Mordejay Guahnich, en el marco del proyecto Sefamel de la Asociación Mem Guímel, dedicado al estudio y difusión de la historia y memoria de la comunidad judía melillense. Tras cinco años escudriñando archivos locales (registros civiles, planos militares, expedientes de cementerio y documentación consular), sus impulsores consideraron imprescindible trasladar al gran público los conocimientos recopilados. “Visto esta información que recabamos, nos vimos con suficiente material que queríamos transmitir al ciudadano y al turista”, explicó Guahnich.
La ruta se divide en varias etapas que tratan tanto la llegada de los primeros judíos en 1864 como su expansión y desarrollo comunitario. La llegada y asentamiento fue desde 1864 hasta 1893. Melilla, entonces plaza militar y presidio, comienza a poblarse de civiles tras la llegada de familias judías procedentes de Tánger y otras capitales marroquíes. En ese periodo se fundan la primera sinagoga y el cementerio de San Carlos (1870), el patrimonio judío más antiguo de España tras la expulsión de 1492.
Hasta 16 hitos documentan la presencia judía en el casco antiguo: placas que señalan el emplazamiento de las sinagogas originales, viviendas de comerciantes y palacios particulares. En estos enclaves los guías relatan cómo los sefardíes contribuyeron a la urbanización, la vida económica, incluso la política local.
A finales del siglo XIX, la comunidad se expande fuera de la ciudadela para fundar el barrio del Polígono, donde llegaron a existir hasta diez sinagogas. Posteriormente, en la primera mitad del siglo XX, los judíos impulsaron un auténtico “boom” constructivo modernista en el centro de la ciudad (el llamado Triángulo de Oro o “Pequeña Jerusalén”) con ejemplos tan emblemáticos como la Casa Melul, la Sinaoa Or Zaruah o la Casa Salama.
Melilla alberga asimismo el único centro educativo sefardí de España, un símbolo del arraigo y la organización institucional de la comunidad.
La visita continúa en el Museo de la Ciudad, donde Mem Guímel ofrece una exposición permanente de 16 objetos rituales y una muestra temporal (a punto de inaugurarse) que recorre el ciclo de la vida (nacimiento, festividades del calendario hebreo, liturgia). Aunque el cementerio de San Carlos no siempre puede visitarse por cuestiones operativas, cuando está abierto permite apreciar el legado funerario más antiguo tras la expulsión.
La ruta cuenta con tres guías especializados en cada área: María Elena Fernández Díaz introduce al visitante en la parte histórica, Mordejay Guahnich detalla costumbres, tradiciones y alimentación kasher y Moisés Murciano guía la liturgia y arquitectura sinagogal. Esta diversidad de visiones enriquece el relato y fomenta un diálogo vivo con el público, que no solo escucha datos, sino que aporta relatos de vida: “Algunas rutas suman anécdotas de participantes que añaden capas de memoria oral a la investigación documental”, comentó Guahnich.
Lejos de ser un recorrido meramente expositivo, la ruta sefardí se basa en la interactividad: los guías abren turnos de preguntas, fomentan el recuerdo colectivo y recogen testimonios de antiguos descendientes para incorporarlos a investigaciones futuras. Así, cada salida es única: se actualiza con nuevos hallazgos y anécdotas y contribuye a seguir desentrañando la compleja historia de los sefardíes en Melilla.
Con diez años de actividad ininterrumpida, la Asociación Cultural Mem Guímel está decidida a mantener y ampliar el proyecto. “Nuestro objetivo y nuestro propósito es continuar con la ruta”, afirma Guahnich. Se contemplan nuevas variantes temáticas que también requerirán labor de investigación. De hecho, la buena acogida avala la propuesta: melillenses y turistas acuden por igual, motivados tanto por el deseo de conocer la ciudad donde viven como por la curiosidad ante una cultura tan rica y, al mismo tiempo, poco difundida.
La ruta sefardí no solo difunde patrimonio cultural, sino que se erige en herramienta de convivencia. “Todos tenemos que aprender de todo y el que viene a la ruta no queda indiferente, ya que por lo menos conoce las características de una de las culturas que convivimos en la ciudad. Y animo a que vayan a las otras rutas que se están haciendo en Melilla porque tenemos un rico patrimonio, tanto material como inmaterial, y debemos conocernos todos más para respetarnos y para que la convivencia sea más fluida y no impuesta”, invitó Mordejay a los ciudadanos.
En nombre de toda la familia Caña Roca, en estos momentos de profundo dolor por…
La jornada “Impulsando la igualdad en el deporte” ha reunido en el campus de Melilla…
Grupo Ecos cumple, este mayo, 29 años ofreciendo servicios de formación. Desde entonces, esta empresa educativa ha…
La ciudad de Sevilla fue durante este pasado fin de semana la sede del XII…
Una nutrida representación de los equipos menores de la escuadra del CV Melilla Voleibol se…
El nuevo seleccionador de voleibol, el francés Hubert Henno, dio este martes su primera lista…