–¿Cómo asume esa nueva responsabilidad al frente de la Secretaría de de Mujer e Igualdad de Comisiones Obreras?
–De entrada tengo que ir aprendiendo porque no deja de ser un cargo nuevo y luego me parece un cargo de mucha responsabilidad sobre todo de una profesión en la que por una parte hay muchas mujeres y por otra parte está la formación de los niños. Es verdad que también de pende mucho de las familias, pero todo lo que se pueda hacer en las aulas a favor de la igualdad, bienvenido sea. Entonces, es una doble responsabilidad. No solo tengo que dar mi materia así, sino que me gustaría que los niños pudieran ver la perspectiva de la igualdad.
–¿Qué se hace desde esta área?
–Participar en las actividades y luego, en todos los centros hay una encargada de Igualdad, por lo menos en mi instituto, el Virgen de la Victoria. Todo lo que pueda fomentar en los centros y luego lo colaboramos en el resto de las Federaciones. Es verdad que el hecho de ser funcionarias nos da una serie de privilegios que no tienen otras trabajadoras, pero es verdad que hay que colaborar en las demás áreas de todas las actividades.
–¿Los objetivos que se ha planteado para mejorar?
–Dentro de la educación intentar fomentar todas las políticas de Igualdad que se puedan conseguir. Hoy porque está el tema de la mujer pero la cuestión LGTBI es verdad que lo llevamos un poco desde esta área. Intentar ayudar a los compañeros que lo necesiten e intentar dar dentro del aula todas las perspectivas, todas las visiones y todas las mujeres que han sido importantes dentro de la historia. Y todo lo que han colaborado las mujeres anónimas, que no solo tienen que ser políticas destacadas, que también las hay, pero tratar esos colectivos de mujeres que han sido importantes en la historia de la humanidad y han sido muchas también.
–¿Es importante que se toque el feminismo en las aulas?
–Sí. Es que además dentro de los institutos y de los colegios es muy visible porque hay muchas profesoras y maestras. Es verdad que hay pocas directoras por ejemplo, son más los hombres en los cargos, pero ven que se puede ser una profesional en un terreno, que eso no te quita nada, para el resto de las actividades de tu vida. Directamente están dando un ejemplo de que se puede trabajar y compaginar con una familia, o si te quieres dedicar a la política. Es un ejemplo directo para ellos.
–¿Qué referente ve a sus alumnas? ¿Ha visto una evolución?
–Yo tengo muchas alumnas que se quieren dedicar a la rama sanitaria, que es verdad que también hay más enfermeras que enfermeros, pero también hay muchas biólogas, médicos también, abogadas muchísimas. Siguen faltando niñas que te digan que quieren ser ingenieras de caminos o aeronáuticas, pero creo que es también por la dificultad de acceso a algunas facultades, porque están muy lejos o son muy caras. Pero sí es verdad que las niñas ya van abriendo camino y no saben si quieren ser maestras, antes te planteabas ser maestra o enfermera, tres o cuatro cosillas, y ahora ellas pueden ver que hay muchas mujeres que son juezas, fiscales, militares. De hecho hay niños cuyas madres son militares. Entonces, ven que trabajan en muchas profesores, y ver las profesiones de sus madres les permite ver que las mujeres trabajan en muchas actividades. Quizá siga faltando el referente del nombre propio, que es verdad que hay muchas mujeres en política pero pocas son presidentas de un partido, o es verdad que hay listas cremallera, hombre-mujer, pues siempre las ha encabezado un hombre. En ciencias es verdad que es más difícil conocer nombres, pero hay profesiones muy lucidas como para ser un referentes y es complicado. Hay mujeres que juegan al fútbol pero es como anecdótico. Hacen falta referentes con nombres propios, aunque los haya, en campos más típicamente masculinos.
–¿Qué dificultades se encuentra la mujer en la enseñanza?
–Como en todos los trabajos puedes tener los mimos problemas de acoso, de que te pongan mala cara si tienen que faltar porque tienes un hijo enfermo, por ejemplo. El problema en el tema laboral de la mujer es que arrastra la familia. Parece que es que yo como mujer no solo soy trabajadora, también tengo que llevar al niño al médico, mi madre está mala, la tengo que llevar yo; la compra, también la tengo que hacer yo. Cada vez van cambiando más las cosas pero el problema siempre es la familia. Es, verdad que con las funcionarias, le podría parecer mejor o peor al de al lado, pero todas comprendemos que si tienes un hijo enfermo tienes que llevarlo al médico. En el caso de las profesoras, tienen menos problemas, pero nadie está libre de tener un compañero que te acose, un director o una directora que te amenace con que te pone mal horario por algo. Los problemas de acoso son menos, pero sí que los hay, no es una excepción.
–¿Y en el caso de las interinas?
–Si has tenido un niño y eres interina y en el tiempo de la baja maternal obligatoria te llaman para sustituir a una persona, tienes que renunciar a la plaza y no te la guardan. Eso puede implicar que pierdas un trabajo. Imagina que te llaman para una vacante a principio de curso. Has tenido un niño y te obligan por ley a estar x tiempo de baja. Al reto puedo renunciar, al tiempo obligatorio no. No puede ser que porque haya sido madre y que porque el Estado me obligue a coger un derecho, me pierda un trabajo. Que sigo en la lista y me pueden llamar para una sustitución pero no es lo mismo. A mí es que eso me parece una auténtica barbaridad y no pueden renunciar. Es una injusticia. Es una discriminación, porque tampoco puedes tener un hijo cuando te convenga, para que no te coincida con las oposiciones o para cuando te vayan a llamar de interina, que esto no es una ciencia exacta. Los sindicatos reivindican esto todos los años y todos los años les dicen que no se puede arreglar. Cambia ese punto de la ley, si ves que obstaculiza que una persona pueda tener su puesto de trabajo. Cambia ese punto y organízalo de otra manera. No me parece tan difícil. Es que nos dicen que tengamos hijos, y si luego por tener hijos pierdo mi puesto de trabajo, pues tampoco está bien. Todos los años se pide, y nos hablan de la ley. Pero la ley es injusta y discriminatoria. Eso ha pasado, no es un caso hipotético.
–¿Vamos encaminados para la igualdad?
–Yo creo que sí, pero cuesta mucho, porque las primeras que educamos somos las madres. Educar en igualdad es muy difícil en una familia porque yo tengo amigas que me dicen ‘¿Cómo va mi hijo o mi hija a recoger la mesa, si la recojo yo?’. Y ellos preguntan que por qué tienen que recoger su cama, si su padre no es capaz de llevar la ropa sucia a la lavadora. Entonces, ¿cómo cambias todos eso sin que sea una pelea constante? Pues desde abajo, diciéndole al niño que tiene que recoger los platos porque le toca, aunque solo sea una cosa así. Cositas pequeñas para cosas, y que si tu niña lo hace, tu niño también, porque sino no estamos dándoles el ejemplo tampoco.
–¿Cómo ve a la generación del futuro?
–Me gustaría ver a la mujer del futuro feliz en lo que hace y que sea capaz de compaginar lo que considere sus responsabilidades con sus sueños y ambiciones; que sea capaz de dirigir una empresa y no por ello tenga que renunciar a ser madre, si quiere; y que sea capaz de dedicarse a la política porque se vea capaz de generar un beneficio a la sociedad. Que se sienta más libre en todos los sentidos y el trabajo no sea una esclavitud pero la familia tampoco. Sino que todo contribuya a hacerla libre y feliz, porque si no hay mujeres educadas, ni mujeres libres, no hay una sociedad libre. Eso no existe. No hay países con mujeres sin educación que avancen.
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