La secretaria general del PSOE en Melilla, Gloria Rojas, pide al Partido Popular que abandone su “estrategia de calle”, basada en insultos y descalificaciones, y que deje a un lado su “doble moral” y respete la democracia. Sobre la investidura, Gloria Rojas ha expresado su esperanza de que en estos días se consiga llegar a un acuerdo definitivo y que Pedro Sánchez pueda gobernar el país cuatro años más. Los posibles acuerdos que se están negociando se están llevando a cabo con la “máxima discreción”, por lo que ni ella misma está al tanto de ellos. Por el momento, la líder del PSOE melillense cree que España necesita ya un Gobierno. El pasado sábado los militantes socialistas fueron consultados por los posibles pactos para formar Gobierno. Casi el 88% han apoyado estos pactos y en Melilla ha tenido una alta participación. “Hemos tenido más de un 90% de apoyo. Somos un partido que vota nuestras cuestiones internas y respaldamos de forma democrática y consensuada las decisiones de nuestro Secretario General y de su equipo”, afirma la dirigente local. Algo que, dice, ni el Partido Popular ni Vox “pueden decir”, quienes, a pesar de los resultados en las urnas, siguen utilizando “desde hace cinco años” una “estrategia de la calle” con el insulto y la descalificación. Para Rojas está muy clara la situación: la derecha y la ultraderecha no pueden “soportar” que los socialistas vayan a gobernar en el país. Recuerda que ya durante la campaña electoral, PP y Vox se habían repartido en toda España los cargos institucionales estatales (incluida Melilla) y ahora están “totalmente frustrados” por la situación. No obstante, alerta de que la actitud que toma la oposición es “muy peligrosa” y que las exageradas declaraciones de la derecha están desencadenando en ataques a algunas sedes del PSOE del país. “Hemos visto a Esperanza Aguirre cortando el tráfico en la puerta de Ferraz y acompañando a esos gritos de ‘Viva Franco’, e incluso insultando al Rey de España”, pone de ejemplo. Hechos que, denuncia, el Partido Popular no ha condenado en ningún momento y que, por el contrario, ampara y apoya. La socialista asegura que la amnistía y España poco importan al PP, cuyo único fin es impedir que el país tenga un nuevo gobierno progresista. Por no aceptar los resultados democráticos, dice, está dispuesto a “estropear” la convivencia nacional y local. “Nunca ha aceptado el resultado de las elecciones cuando no le son favorables a ellos. El PP no quiere la democracia y, por tanto, no quiere a España”. En ese sentido, Gloria Rojas se ha retraído en el tiempo para poner de manifiesto que cuando la mitad de los diputados de Alianza Popular no apoyaron la Constitución española. También recuerda que el Partido Popular lleva ya cinco años impidiendo la renovación del Consejo General del Poder Judicial. De este modo, critica la “doble moral” de los populares porque “las mayores cesiones a Cataluña las firmó Aznar para ser investido presidente” y, sin embargo, en aquel entonces “nadie habló de repetir elecciones”. Tampoco ha pasado por alto cuando el expresidente popular aprobó 1.443 indultos “sin argumentar ningún tema de interés general y de todo tipo de delitos, y no pasó nada” o como en 1996 indultó a quince terroristas de ETA. También lo hizo Mariano Rajoy, explica, cuando aprobó una amnistía fiscal que perdonó a más de 30.000 defraudadores para pagar sus deudas a España, entre los que se encontraba Rodrigo Rato Bárcenas, o cuando ofreció a Carles Puigdemont una posible amnistía. “Si el PP hace todas estas cosas es por la estabilidad del país, pero si lo hace el PSOE se rompe España y se rompe el mundo”, critica la líder socialista. Sin embargo, pone de relieve que desde que Pedro Sánchez llevó al Gobierno los diálogos de acuerdos, el independentismo ha bajado en Cataluña más de un 15%. “Los datos demuestran que solo se rompe España cuando gobierna la derecha. Eso está claro”. Por este motivo, Gloria Rojas ha lanzado un mensaje y pide al Partido Popular nacional y local que dejen de obedecer a esa estrategia que los “jefes” les mandan desde la calle Génova contra los socialistas. “Somos una ciudad pequeña y este tipo de actitudes son muy perjudiciales para nuestra convivencia. La discrepancia política es necesaria, pero los insultos, descalificaciones y provocaciones no deben tener cabida en una democracia”, concluye.