El propietario de la tienda retuvo al ladrón cerca del paso de Beni Enzar hasta que llegó la Policía Nacional. El ciudadano marroquí de iniciales K.A., acusado de un robo con intimidación y una falta de lesiones, no se presentó al juicio ayer, pero éste se celebró en su ausencia en el Penal número 2. Los hechos ocurrieron en agosto de hace dos años, cuando el procesado entró en un bazar cercano a la frontera de Beni Enzar y con una pistola. Luego, ante la Policía, aclaró que era de juguete. No obstante, intimidó con ella a la dependienta a la que pidió, según declaró la mujer, el dinero de la caja y un portátil que tenía en el mostrador. La empleada comenzó a gritar y el ladrón únicamente se llevó de la tienda una riñonera. Sin embargo, el propietario dijo no estar seguro del botín que consiguió llevarse el acusado, pues cuando le interceptó en las inmediaciones del paso fronterizo de Beni Enzar no había rastro del botín ni de la supuesta pistola. De hecho, los agentes de la Policía Nacional que acudieron al lugar revisaron las calles aledañas y no encontraron el arma. El caso quedó visto para sentencia.
La dependienta, según declaró, estaba sola una pequeña tienda en la calle Huerta Cabo el 7 de agosto de 2011, cuando entró el ladrón. “Se subió la camiseta y mostró lo que parecía una pistola. Me pidió el dinero y el portátil. Yo grité, pero no pasaba nadie por la calle. Cogí un cúter, se lo enseñé y se marchó corriendo. Se llevó una riñonera”, explicó la dependienta.
Inmediatamente llamó a su jefe, el propietario de esa tienda y de otra cercana al paso fronterizo de Beni Enzar, y le dio una descripción del ladrón. El dueño salió a la calle y le interceptó. Según la declaración del propietario, el acusado tenía una actitud “nerviosa”, por ello, al retenerle, se produjo un forcejeo. Al lugar llegó una patrulla de la Policía Nacional quien detuvo a K.A. tras ser identificado por la dependienta. No se encontró la supuesta pistola, de la que el acusado dijo que era de juguete.
El agente, que declaró como testigo, aseguró que la víctima del robo reconoció al ladrón en el mismo lugar de los hechos. También confirmó que no se encontró la supuesta arma de fuego con el que había intimidado a la mujer en el interior del establecimiento.