El cielo se presentaba este martes un tanto gris, pero finalmente las previsiones metereológicas no evitaron que los melillenses pudiesen disfrutar de unas de las actividades más y espectaculares de la jornada del Día de Melilla.
Poco a poco la gente fue llegando llegando y haciéndose un hueco en la playa de Los Cárabos para ver las las maniobras de exhibición que realizaba el Regimiento de Ingenieros Número 8 (RING8) y la Brigada paracaidista del Ejército de Tierra (BRIPAC) por el Día de Melilla. Muchos melillenses decidieron perdieron esta jornada tan especial de su ciudad y vinieron como todos los años para celebrar su historia. Algunas familias tratan de pasar el testigo a las siguientes generaciones trasladando el la ciudad que les ha visto nacer o bien les acogió tan bien llevándolos a las actividades conmemorativas.
La meteorología retrasó un poco las actividades previstas, aunque finalmente se desarrollaron con total normalidad. Los primeros en aparecer fueron el equipo de los zapadores. Ataviados con el uniforme de combate y avanzando en forma de ‘v’ buscaban con un detector de metales un supuesto explosivo, que previamente había sido colocado entre la arena.
Pero el protagonistas ha sido un soldado a cuatro patas que forma parte del servicio cinológico del Ejército de Tierra. Como si fuera un juego, el perro encontró lo que habían detectado previamente los zapadores. Se acercó varias veces hasta sentarse, lo que significaba que en ese lugar hay debe haber un explosivo.
Tras el hallazgo del can, otro zapador, con un gran traje especial de protección, se acercaba al lugar marcado. Después de buscar un poco la arena, lo que se encontraba escondido en el cofre no era otra cosa que el tesoro de Pedro Estopiñán.
A modo de homenaje a la ciudad, se encontraba allí la bandera de Melilla y unas bolsas de golosinas para dos niños que llevaron a las autoridades civiles y militares de Melilla la enseña de la ciudad autónoma. “El verdadero tesoro de Estopiñán: la ciudad de Melilla como parte de España”, dijeron.
El capitán Díez Vega, de RING8, explicó que esta acción sería un ejemplo de ejercicio tipo de los que harían en zona de operaciones cuando se reconoce una zona sensible.
Todos atentos al cielo
Haciéndose de rogar a la espera de la disminución de la fuerza del viento, finalmente llegaba el turno de que la Brigada Paracaidista del Ejército de Tierra hiciese su aparición.
De tal forma que de un momento a otro, todos los presentes en la playa de Los Cárabos se mirando al cielo y avistando a los seis paracaidistas. Aunque hubo uno paracaidista más, un séptimo especialista de que portaba una gran bandera de española. y todos los melillenses ahí presentes comenzaron a aplaudir en este día tan especial para la Ciudad de Melilla.
Para el brigada Del Campo llevar la bandera de España es todo un orgullo, además, subrayó que aún más porque toda su familia paterna es autóctona de Melilla. Además, quiso agradecer y hacer especial mención al general Otazu. “Fue mi padrino en la Brigada Paracaidista cuando entré de cachorrito con 17 años”, decía antes las cámaras el brigada y saludando al excomgemel que se encontraba también atento.