El artista melillense Francisco Ruiz Peinado y el escultor Domingo Saura presentaron ayer en una exposición conjunta sus últimas obras al público melillense. Los pirograbados de esta muestra son retratos de la ciudad, algunas de las imágenes antiguas de edificios que ya no existen como el Hotel Reina Victoria, y otras son un deseo del autor, como el dibujo de la cúpula que aún no existe en la iglesia del Sagrado Corazón. Junto a ellas, una muestra de que el trabajo minucioso, tranquilo y sencillo convierte un material metálico desechable en una magnífica escultura.
La exposición estará disponible hasta el 31 de octubre en el Real Club Marítimo y la intención es que la sala donde se recogen estas obras de arte esté abierta los fines de semana con el objetivo de facilitar a todos lo públicos su visita.
Impresiones de los autores
Los melillenses que visiten esta muestra van a ver imágenes de Melilla de hace 40 ó 50 años y de la ciudad en la actualidad. Unos 20 cuadros recogen esta visión en pirograbado, una técnica que mediante una punta candente aplicada sobre una superficie deja una huella.
En este sentido, Peinado ha querido trasladar su trabajo a superficies más granes e indicó su ilusión porque sea un trabajo que guste al público.
Para saber la impresión de los espectadores de estos cuadros, el artista local ha colocado un libro en el que se podrán despachar a gusto sobre esta exposición, desde comentar las obras que más les han gustado hasta criticar su trabajo como repetitivo o estancado, tal y como informó el propio Peinado.
También indicó su ilusión porque Domingo Saura finalmente proyecte una de sus esculturas en grande y salgan de la sala de exposiciones para instalarse en la calle.
Primera exposición
Por su parte Saura aseguró que estaba nervioso, ya que se trataba de la primera vez que mostraba sus esculturas al público en general. Así, deseó que los melillenses se acercaran a la sala de exposiciones y juzgaran ellos mismos este trabajo en el que ha invertido mucho tiempo y algo de imaginación.
La principal característica del trabajo de este artista que acaba de ser apadrinado por Peinado es que utiliza todos los desechos metálicos para poner en pie las imágenes que desea representar. Así, el público podrá ver cómo tuercas, torillos y las arandelas pasan a componer un increíble ajedrez de blancas y negras donde se distinguen perfectamente los caballos, el rey o los peones.
De una bella sencillez son otras esculturas como el faro, una representación del mar de Alborán o la escultura de una regata. Además, se podrá disfrutar de la aportación detallista que este escultor imprime en sus obras con trocitos de metal en piezas como el Quijote, un guardia civil o un gladiador.
“Estas obras son maquetas y se realizaron con la intención de que en un futuro se hagan en un tamaño mayor”, confirmó Saura.
Con incredulidad y fascinación fueron observadas por el numeroso público que se acercó ayer a la inauguración de la exposición las esculturas de Saura, ya que sacar de la nada una representación abstracta no es un trabajo sencillo.
Para el futuro, este escultor sólo se plantea mejorar y mantener la mente abierta. Así, indicó que va a esperar a ver el resultado de esta muestra y aseguró que no va a parar y que seguirá adelante con este tipo de proyectos.